Reynaldo y Adolfo Aragón, parientes challueros |
Una comida a la olla típicamente santiagueña: por qué es el bicho del agua preferido de las amas de casa y de qué manera manducarlo
No es una receta fácil la de chupín de bagre, sobre todo porque se debe acudir temprano a las pescaderas del mercado o tener la suerte de que un amigo le traiga del Dulce, del Salado. La demanda del bagre es superior a la de cualquier otro bichito del agua en Santiago, sobre todo porque su gusto tiene cuerpo, algo de grasita y sus espinas no son traicioneras.Una buena ama de casa sabe que por lo menos una vez al año deberá hacer un chupín, so pena de que su marido se le mande a mudar con la vecina o, peor, que vuelva a casa de su madre ofendido y la denuncie.La receta que se hace en casa es la siguiente, dos puntos. En una olla pirula se ponen dos cebollas cortadas en rodajas. Luego,también cortado en trozos más o menos, previamente lavado, obviamente, viene el bagre propiamente dicho. A continuación, el pimiento cortado en finas tiras y finalmente la zanagoria en pedazos tipo moneda el tomate es opcional y la papa, medio gruesita debe ir encima de todo. Luego se debe salpimentar y agregarse yuyos varios, a gusto del comensal.Ponga la olla con la hornalla en mínimo o en su defecto, si es en cocina a leña, con poco fueguito y unas brasas en la tapa. Deje hervir el tiempo suficiente hasta que la papa esté totalmente cocida. Entonces sacar del fuego y emplatar.
Digan lo que digan en su casa, amigo, siempre se debe colgar una servilleta en el cogote para degustar este sabroso plato típico de la gastronomía aborigen ya que, de no hacerlo, se manchará con el abundante jugo de este rico manjar. Como el bagre tiene espinas grandes, es recomendable iniciar en su degustación a los niños desde los seis años, cosa que se vayan acostumbrando a la buena mesa.
Los pescados, como se sabe, se acompañan con vino blanco, pero para esta exquisitez además deberá haber abundante pan, ya que al final habrá que sopar el juguito para no dejar ni el más mínimo rastro en el plato.
Si usted vive en el exterior, señor, señora y quiere degustar algo similar, puede reemplazar el bagre por otro pescado de río con cuerito, bigote, flecha y pocas espinas o tan grandes que sea imposible atragantarse con ellas. Si no, diga que hizo una comida parecida a la receta que aprendió en esta nota, pero no denigre su buen nombre diciendo que era un chupín santiagueño, porque el verdadero se come aquí, bajo el cielo que de noche alberga la Cruz del Sur y si es posible, a la sombra de un árbol blanco, mistol también puede ser o, de última, paraíso japonés.
©Juan Manuel Aragón
A 31 de octubre del 2023, en Cantarranas. Zurciendo las medias
Yo le pongo jugo de un limón a mi plato y al bagre crudo .En fin gusto son gustos decía mi mami .
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