Primer auto en la Antártida |
El 6 de agosto de 1907 llegó el primer automóvil a la Antártida, con la expedición de Ernesto Shackleton, que pretendía llegar al Polo Sur
El 6 de agosto de 1907 llegó el primer automóvil a la Antártida. Fue cuando la “Bristish Antarctic Nimrod Expedition”, dirigida por Ernesto Shackleton, pretendía llegar al Polo Sur geográfico. Para lograrlo, llevó perros, ponis y el automóvil.
El coche era un New Arrol-Johnston especialmente diseñado, un biplaza abierto con una bandeja trasera utilitaria. Tenía un motor de cuatro cilindros refrigerado por aire, usaba aceite anticongelante, tenía un silenciador que también servía como calentador de los pies, producía agua caliente al pasar el tubo de escape a través de una tolva que podía llenarse con nieve. Además, tenía cómo ser equipado con un par de patines de esquí en las ruedas delanteras.
Sin embargo, también era pesado y tenía poca tracción, se hundía hasta los ejes en la nieve, y su motor a nafta funcionó mal desde el principio. Estaba guardado en el refugio de la expedición de Shackleton en Cabo Royds, de la Antártida, y sólo servía en el hielo marino para transportar cargas ligeras, y una vez cayó en una grieta. Si bien quedan un par de piezas en Cabo Royds, el automóvil salió de la Antártida con Shackleton y los esquís ahora están en el Museo de Canterbury en Christchurch, donde fueron sometidos a un tratamiento de conservación.
La empresa fue financiada por el empresario sir William Beardmore que acababa de salvar de la quiebra a la empresa escocesa fabricante de autos "Arroll Johnston". Para promover la marca envió en el Nimrod, velero usado por Shackleton, un auto especialmente equipado para climas fríos.
Era de diseño clásico pero se le sacó el radiador. El motor tenía 15 caballos de fuerza, con el caño de escape envolviendo el carburador, serpenteaba debajo del piso, para calentar los pies del conductor y terminaba adherido a un pequeño compartimiento para derretir la nieve. Se enviaron juegos de ruedas con neumáticos y también con madera.
Pero no hubo tiempo para probarlo bien en Escocia, en bajas temperaturas, y en el sur no resultó como esperaban. La idea era usarlo para llevar los víveres desde donde pudiera llegar el barco, hasta Cape Rod, en tierra firme, donde se construyó la casa principal.
Sin embargo, al desembarcarlo y ponerlo en funcionamiento, se enterró en la nieve hasta los ejes, lo que fue una decepción porque se esperaba llevarlo hasta el polo sur, el fin del viaje de Shackleton, recorriendo 2.800 kilómetros, pero era evidente que solo se podía utilizar en hielo firme.
Bernard Day, mecánico de la expedición, construyó un garaje con los cajones de latas de aceite para motores marca "Prices", que todavía están ahí. Lo más insólito fue que, muy seguido, tenían que parar de usarlo porque a pesar de las bajas temperaturas, el motor recalentaba y debían hacer pausas de 20 minutos antes de seguir. Tampoco llevaron orugas que hubieran ayudado mucho en su desplazamiento
El único auto similar existente, está en el museo Antártico de Christchurch en Nueva Zelandia, desde donde partió el Nimrod en 1907. En 1912 Shackleton volvió a la Antártida en el buque Endurance, para mandarse una de las hazañas más grandes que se tiene registrada entre exploradores. Pero esa historia queda para otra vez, si cuadra.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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