![]() |
| The Buenos Aires Herald |
El 15 de septiembre de 1876 comienza a publicarse en The Buenos Aires Herald, periódico en lengua inglesa
El 15 de septiembre de 1876 comenzó a publicarse en Buenos Aires, The Buenos Aires Herald, un periódico en lengua inglesa que marcó un hito en la historia del periodismo argentino por su cobertura independiente, su enfoque en la comunidad angloparlante y su papel en la denuncia de violaciones a los derechos humanos durante la dictadura militar (1976-1983). Fundado por el escocés William Cathcart, se convirtió en un referente para lectores locales e internacionales, destacándose por su periodismo crítico, su estilo sobrio y su compromiso con la verdad en contextos políticos complejos. A lo largo de sus 140 años de existencia, evolucionó de un semanario marítimo a un diario de prestigio, enfrentando desafíos económicos, políticos y culturales hasta su cierre en el 2017.Nacido como un semanario, al principio se enfocó en noticias marítimas y comerciales para servir a la comunidad británica en Argentina, que entonces era numerosa debido a las inversiones en ferrocarriles y comercio. Su primera edición, de cuatro páginas, se imprimió en una pequeña oficina en el centro de Buenos Aires. Publicaba anuncios, cotizaciones de la bolsa e informes de barcos, reflejando los intereses de los expatriados. Con el tiempo, amplió su cobertura a política, economía y cultura, atrayendo a un público más diverso.En 1925, la familia estadounidense Cox adquirió el periódico, marcando un cambio significativo. Bajo la dirección de William Cox, se profesionalizó la redacción y se adoptó un enfoque más periodístico. En la década de 1940, se transformó en diario, consolidándose como una voz confiable. Su tirada, aunque modesta frente a los grandes diarios en español como La Nación o Clarín, alcanzó relevancia por su perspectiva externa sobre la realidad argentina.
Durante las décadas del 60 y 70, ganó reconocimiento por su independencia editorial. Bajo la dirección de Robert Cox (sin parentesco con los fundadores), se destacó por su valentía al cubrir temas sensibles. En 1976, luego del golpe militar, se convirtió en una de las pocas publicaciones que denunció las desapariciones forzadas. Mientras otros medios callaban por miedo, publicaba listas de desaparecidos y editoriales críticos, arriesgando la seguridad de sus periodistas.
El trabajo de Cox y su equipo tuvo un costo. En 1979, amenazas contra su familia lo obligaron a exiliarse. Sin embargo, el periódico mantuvo su postura bajo nuevos editores, como James Neilson. Su cobertura de la dictadura le valió prestigio internacional, incluyendo premios como el Maria Moors Cabot en 1978. Sus artículos en inglés llegaban a embajadas y organizaciones, amplificando las denuncias.
En las décadas siguientes, enfrentó desafíos económicos. La comunidad angloparlante disminuyó, y la competencia con medios digitales creció. En 1998, el grupo Amfin, ligado al diario Ámbito Financiero, adquirió el Herald. Aunque mantuvo su línea editorial, las dificultades financieras persistieron. En el 2007, se convirtió en un suplemento semanal dentro de Ámbito Financiero, perdiendo su formato diario.
La crisis de la prensa escrita le pegó fuertemente. En el 2010, un grupo de inversores intentó relanzarlo como diario, pero las deudas se acumularon. En el 2016 dejó de imprimirse y pasó a ser una publicación digital. La falta de recursos y la caída de lectores llevaron a su cierre definitivo el 31 de julio de 2017.
A lo largo de su historia, tuvo periodistas destacados como Uki Goñi y Andrew Graham-Yooll, quienes documentaron momentos clave de Argentina. Su archivo, preservado parcialmente en bibliotecas y hemerotecas, es una fuente valiosa para historiadores. Su enfoque en derechos humanos inspiró a generaciones de reporteros.
El Herald cubrió eventos como la Guerra de Malvinas (1982) desde una perspectiva crítica, lo que generó tensiones con el gobierno militar. Sus editoriales abogaban por la democracia y la libertad de prensa. También ofrecía secciones culturales, con reseñas de libros y teatro, que atraían a lectores bilingües.
Su legado perdura en el periodismo argentino. Aunque pequeño en circulación, su impacto fue desproporcionado. Representó una voz alternativa en un país de medios polarizados, dejando una huella imborrable en la lucha por la verdad y la justicia.
Ramírez de Velasco®



Comentarios
Publicar un comentario