Ir al contenido principal

CONSPIRACIÓN El origen de todas las teorías

El Sol girando alrededor de la Tierra

Un libro tratará sobre una reunión en la casa de las señoritas Hernández, en la calle Urquiza: ahí fue el puntapié inicial de ideas que siguen dando vueltas en todo el mundo


En Santiago del Estero a principios del siglo XX, se puso en marcha el más grande movimiento mundial destinado a terminar con lo que los sabios llamaron las “fabulosas mentiras” de la ciencia, que estaban causando mucho daño por todos lados, según dijeron en aquel tiempo, informa León Alberto Saganías, vecino del barrio Centenario mientras revuelve un café.
Saganías es un historiador aficionado que, luego de un encontronazo detrás de una pared, hurgó en los archivos de principios del siglo pasado, a fin de desentrañar un misterio que, si bien corría de boca en boca como una leyenda urbana, nunca había sido debidamente investigado en forma documental. 
En estos momentos anda ultimando los últimos detalles para publicar un libro con su descubrimiento que, asegura, moverá algunos cimientos de la percepción mundial de la ciencia gracias a sus asombrosas revelaciones.
Por una parte, el libro estará basado en dichos de dichos, que se remontan más de cien años atrás, cuando, se dice, fue la famosa reunión de los Sabios del Mundo, que se hizo en esta ciudad, en febrero de 1911 más precisamente, a la que acudieron médicos, ingenieros, matemáticos, barberos, filósofos, alquimistas, religiosos, expertos en mesmerismo y otros hombres de la ciencia conocida en aquellos tiempos, cuando el mundo cambiaba de manera acelerada.
Desde Bonn, uno de los ejes centrales del conocimiento de aquellos años, estos sabios de toda laya fueron convocados a reunirse en un lugar lejano del mundo, Santiago del Estero, a fin de no levantar sospechas, pues casi todos eran “observados con sumo interés” por las autoridades de sus respectivos países, salieron en forma discreta de Europa y se embarcaron hacia aquí como si no se conocieran, señala Saganías, a quien tengo sentado al frente en una mesa del Barquito, el único bar emblemático que le va quedando al centro de Santiago.
Me ha pedido que no le saque fotografías ni lo grabe. Estas notas fueron tomadas ayer a la mañana y tipiadas a la tarde, de apuro, antes de que la memoria se lleve el eco de sus palabras resonando en mis oídos y el olvido haga , como siempre, su destructiva faena. Me apuro en escribirla, no vaya a ser que también se enteren los periodistas de los diarios y me ganen de mano.
Con voz suave y firme explica que su trabajo fue desentrañar, a través de una serie de notas que aparecieron en el diario El Siglo, cómo se desarrolló aquella reunión en Santiago del Estero. No acudió a El Liberal, pues en ese periódico ponen tantas restricciones, son tan mezquinos para abrir su archivo, tan desconfiados, que es imposible consultarlo. Sostuvo que, si alguna vez el archivo de ese diario abriera sus puertas a los investigadores, es posible que la historia de Santiago tenga el avance que le es negado en estos días.
La primera nota que halló fue del profesor José Eladio Basualdo, con el sugestivo título “La redondez de la Tierra”. Basualdo pertenecía a la segunda camada de profesores de la escuela Normal de Paraná, en la que enseñaban las maestras norteamericanas traídas al país por Domingo Faustino Sarmiento y en esos momentos era director de la escuela Normal de Santiago. Sostenía, en un párrafo: “Si alguien en estos días, negara la redondez de la Tierra, habría que enfrentarlo a las enseñanzas del movimiento del Cosmos”. Se entiende, los profesores de aquel tiempo estaban preparados, como que, cuando lo dejaron cesante en la Normal, durante el tiempo de Hipólito Yrigoyen, anduvo por Catamarca haciendo mensuras, es decir que sabía manejar un teodolito, aparato desconocido incluso para algunos ingenieros agrimensores de hoy.
Esa nota daba a entender que Basualdo quizás sabía lo que se tramaba en la ciudad, o tal vez lo estuviera denunciando. El caso es que unos días después, en ese mismo diario, un suelto anuncia que habría una reunión, previa invitación, en casa de las señoritas Hernández, en lo que ahora es la calle Urquiza al 200, en pleno barrio de las Catalinas, justo donde se declaró la Autonomía Provincial, al lado de la casa de Tito Alegre. No se ofrecían los nombres de los concurrentes ni cuál era el motivo, solamente “una reunión”.
Más adelante, a la semana, aparece otro suelto en que se revela los nombres de los asistentes, tres o cuatro franceses, una cantidad igual de alemanes, había apellidos austríacos, dos o tres ingleses, españoles, pero todos “de factura desconocida”, dice Saganías y lo tengo apuntado en mi cuaderno. No se correspondían a ningún conocido en las ciencias de aquel tiempo, pues eran, en cierta medida, renegados de sus propias disciplinas. En ninguna parte se aclaraba qué asuntos se habían tratado, cuál había sido el orden del día, para qué estuvo convocada la reunión aquella. Después de eso, el diario El Siglo continuó, por supuesto, pero hizo un silencio sobre el asunto, que duró hasta su cierre.
El caso es que Saganías fue uno de los obreros que trabajó en el reciclado de la galería El Siglo, donde funcionaron primero el diario y luego, durante muchos años, los billares “Okey” abajo y el museo de Bellas Artes de la Provincia en su planta alta.
Detrás de una pared que mandaron voltear, los obreros hallaron algunos papeles, que desecharon enseguida, pero él se quedó con una buena cantidad, la mayoría documentos inútiles, asientos contables, libros viejos y un infolio (hojas dobladas en dos partes), escritas a mano, que le llevó varios meses descifrar, sobre todo porque una parte estaba borrosa por la humedad. Allí se lee, entre otras cosas, que había al menos un periodista del diario que sabía que la reunión aquella trataría de imponer la teoría de que la Tierra era plana, más o menos con los mismos argumentos de hoy, que la vacuna antivariólica (contra la viruela), era una mentira, pues no causaba ningún efecto, que el Cielo era un gran manto negro, perforado al azar por el tiempo, y que detrás seguía brillando el Sol: las estrellas eran el filtro de aquella luz. Y el último postulado afirmaba que el hombre jamás lograría llegar al espacio exterior, ni siquiera a la Luna, porque era imposible hacer un disparo que llegara tan lejos y alguien quedara vivo adentro de la bala para contarlo.
Según Saganías, el libro contará quiénes fueron esos “sabios” europeos que aquí, en Santiago del Estero, una tarde cualquiera de estos pagos, sentaron las bases de la mayoría de las teorías conspirativas que dan vueltas en el mundo entero. 
Le pregunto si tiene algún inconveniente en que publique la noticia de la publicación de su libro, me dice que puedo hacerlo, pues le servirá de necesaria propaganda para vender una edición modesta, de unos 500 ejemplares que posiblemente le imprima una editorial de Tucumán.
Tendrá unas 200 páginas, traerá un apéndice documental, reveladoras ilustraciones, testimonios que nunca antes vieron la luz y es posible que, a precio de hoy salga unos 15 mil pesos, pero habrá que ver cuánto cuesta cuando finalmente llegue a las librerías.
Con voz seria afirma: “Si obtengo una buena repercusión en otro libro contaré la historia del paso por la provincia, de la Sábana Santa, la verdadera, la que ahora está en Turín y veneran millones de católicos por haber cubierto el cuerpo de Nuestro Señor”. Dice que uno de estos días, me citará en su casa para que vea, con mis propios ojos, las pruebas del paso de la más antigua reliquia cristiana por Santiago del Estero.
"Se va a asombrar cuando vea lo que tengo", indica, mirando las palomas que revolotean en la plaza. "Es posible", digo. Pero, quién sabe.
©Juan Manuel Aragón
A 12 de enero del 2024, en Ánimas. Juntando mistol

Comentarios

  1. Puede que sea verdad, o tendrá que hacer las de Colon a la reina de España q tubo que probar que la tierra era redonda parando un huevo de punta? Yo le creo al hombre y ud como periodista lo debería hacer, de lo contrario no tendría razón sus escritos.

    ResponderEliminar
  2. Impresionante nota , no veo la hora que salga la publicación de ese libro.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

EFEMÉRIDES SANTIAGUEÑAS Del 8 de julio

¿Mengele o Ascher? En 1985, el juez del crimen de La Banda empieza un expediente para dilucidar si un criminal nazi había vivido en esa ciudad El 8 de julio de 1985, el juez del crimen de La Banda Andrés Francisco Miotti inicia una investigación para saber si Gualterio o Walter Ascher era el criminal de guerra nazi José Mengele. Unos días antes, el diario El Liberal había publicado una sensacional historia, casi una confirmación de la leyenda urbana que sostenía que un criminal de guerra nazi, había vivido en La Banda con un nombre supuesto. Walter o Gualterio Ascher había vivido en La Banda entre fines de la década del 40 y principios del 50 y se sospechaba que podría haber sido un nazi prófugo de los tribunales de Núremberg. Para iniciar su investigación, el fotoperiodista Jesús del Carmen Martínez, conocido como “Chito”, amplió una fotografía de Mengele, tomada de un libro sobre la II Guerra Mundial y la mostró a quienes decían haber conocido a Ascher. Les preguntaba si sabían ...

TRENES Voces de madrugada

Johny Barrionuevo canta en el Urquiza Un cantor santiagueño recorre el Roca llevando canciones del alma, recuerdos del pago y la memoria de los amigos que quedaron atrás Todos los días salgo de mi casa, Pellegrini 1458, Burzaco, bien de madrugada. Trabajo en el tren Roca, pero no soy ferroviario. Soy el que ameniza el viaje de los pasajeros, cantando canciones que quizás les quedaron prendidas en el alma como abrojo en la tira de las zapatillas, y les recuerdo su infancia, su juventud, allá lejos, algún bosque norteño, con los parientes que se quedaron para siempre jóvenes en sus pensamientos. También voy a fiestas; me llaman para amenizar asados, celebraciones, esas cosas. Fue mucho mi penar andando lejos del pago Tanto correr pa' llegar a ningún lado Y estaba donde nací lo que buscaba por ahí. Me despierto a las cinco de la mañana y a las seis y media ya estoy en el tren, siempre cantando lo mismo. "La del Puente Carretero" y "Añoranzas" no pueden faltar; cuan...

1927 ALMANAQUE MUNDIAL Bernardini

Micheline Bernardini El 1 de diciembre de 1927 nace Micheline Bernardini, estríper, desnudista, primera mujer que se anima a lucir una bikini en público El 1 de diciembre de 1927 nació Micheline Bernardini en Colmar, departamento de Haut-Rhin, Francia. Fue una estriper, desnudista, de origen italiano, famosa por haber sido la primera mujer que se animó a lucir una bikini en público. Su familia emigró de Italia a Francia en una época en la que los movimientos migratorios entre ambos países eran comunes, especialmente en regiones fronterizas como Alsacia. Desde joven, mostró un carácter audaz y poco convencional, lo que la llevó a trabajar como bailarina exótica en el célebre Casino de París, prestigioso cabaret del número 16 de la Rue de Clichy, en París. Este lugar, fundado en 1890, era conocido por sus espectáculos de variedades y su ambiente atrevido, en el que actuaban artistas que desafiaban las normas sociales de la época con sus actuaciones cargadas de sensualidad y glamour. En 1...

IDIOMA ¿Latino?, ¡las pelotas!

América al sur del río Bravo No es válida la generalización norteamericana que ve a todos los que no son rubios y blancos en una categoría que no corresponde Acaban de entregarse los premios “Grammy Latinos”, que refleja de manera cabal, cómo conoce el mundo a quienes nacen desde el Río Bravo hasta la Tierra del Fuego, como si todos los nacidos y criados ahí fueran iguales, como si el nombre fuera correcto. Y no, amigo. En algunos casos los pueblos no son ni parecidos y el nombre, obviamente, está mal puesto. Para empezar porque es un tratamiento ofensivo, era la manera en que los norteamericanos trataban a los mexicanos, a los puertorriqueños, a los que no eran como ellos, blancos, rubios, lindos. Es tan ofensivo decirle latino a un argentino, a un brasileño, a un boliviano, como llamar “nigger” a un descendiente de esclavos africanos en Estados Unidos. Para empezar el término tal como se lo usa actualmente no nació en América, sino en el siglo XIX en Francia, durante el Segundo Imper...

BICHOS Me presento, soy la juanita

Hedionda juanita Breve historia de un molesto bicho que todos los veranos vuelve a los pueblos con su historia a cuestas Yo soy la juanita, así nomás, con minúsculas, porque soy nombre genérico, como león, torcaza, omeprazol. Nada de delicadezas ortográficas para mí. Las únicas que llevan mayúscula son Juanita Simón, Juanita Viale, Juanita Tinelli, Juanita Repetto, sor Juana Inés de la Cruz. A nosotras nadie nos invita a una foto ni a una alfombra roja; con suerte ligamos un chancletazo bien aplicado. En las tradiciones argentinas, al menos, no figuramos como protagonistas de ninguna leyenda, cuento, mito, fábula, novela o quimera. Ni siquiera se dignaron a inventarnos una superstición digna, de esas que asustan changuitos. Y eso que nuestra pestilente presencia, si algo tiene, es potencial narrativo. Sin embargo, apenas ocupamos un rincón mínimo del acervo pop-folklórico del país. En la Sociedad Argentina de Autores y Compositores hay contadas canciones que llevan mi nombre —con o sin...