Ir al contenido principal

ABRIGO Quién sale las noches de frío

Barrio de Santiago

Relato en primera persona de un temor santiagueño que se pierde entre los resquicios de modernidad que le avivan el alma

A veces pienso que está mal salir las noches frías de invierno, como las que se vivieron estos últimos tiempos. Hay poca gente en las calles, los que andan caminando lo hacen apurados, con frío, van a alguna parte y quieren llegar antes, resguardarse del clima, llegar al abrigo de una casa, un bar repleto de simpatizantes de fútbol. No sé qué será esa nueva superstición argentina, quizás un zafio gusto por el sudor ajeno, según he averiguado por ahí, pero lo ignoro.
De todas maneras, me dedico a lo mío, que es otra cosa, no gritar en el momento en que una pelota pasa por entre tres palos. Lo que hago viene desde el fondo de la historia a tocar el alma de cada santiagueño con la certeza de lo que no existe, para darle vida, si es que el aludido sale vivo, algo que a veces ocurre.
Me nombran en la feria de artesanos que instaló la municipalidad en el parque Aguirre, pero lo hacen con un candor más propio de ocasiones festivas de lo que correspondería. Porque al final de cuentas soy real, existo, vivo, respiro
.
Estos días prefiero marcharme hacia los barrios más alejados, recorro con sigilo calles en las que se aventuran pocos valientes. El frío, la soledad, la oscuridad de la noche estrellada son los elementos por los que me muevo, los necesito más que el alimento de los que se quedan en sus casas mirando esas pantallas multicolores que les traen alegrías de un lugar lejano, exótico, con hombres transpirados vestidos de celeste y blanco. Nada entiendo de esas nuevas actividades, divertimentos modernos que vacían el alma para llenarla del aire viciado de lo patéticamente ajeno.
Me agazapo en esquinas del viejo barrio Ulluas, otrora uno de los más alejados del centro de la ciudad, repto por el siempre popular Huaico Hondo, me enredo en la costa del río, frente a la Católica, aguaitando que quizás vayan los amantes a ofrecerse el beso de la noche helada. Lo mío es el casi despoblado universo de los intersticios de una ciudad a la que le cuesta dejar atrás siglos de historia yuxtapuestos entre la modernidad que la abruma y la aplasta y las luces con que intenta alejar los últimos vestigios de lo que fui.

Leer aquí, el mal uso de una palabra que casi siempre sobra cuando se la pronuncia

No, amigo, no trate de entenderme, vengo de un tiempo sin tiempo, soy de cuando las palabras valían más que mil pájaros volando en la imaginación de una caja mágica de colores brillantes y el cuento de un abuelo tenía el peso de la verdad que hoy es se omite o es siempre relativa. Y doy vueltas por calles desconocidas, intentando asustar a dos o tres viandantes desprevenidos.
Es posible que, mientras esperan el ómnibus en una parada cualquiera, por mirar el aparato que llevan entre las manos a todos lados, se pierdan la maravilla de observar cómo intenta asustarlos el último espanto que sigue dando vueltas en la ciudad.
Que les aproveche.
Juan Manuel Aragón
A 16 de julio del 2024, en el Utis. Buscando quirquinchos.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. Cristian Ramón Verduc16 de julio de 2024, 8:27

    Muy bueno. Me ha gustado.

    ResponderEliminar
  2. Excelente Relato....Me hace volver a los Mejores Años. ,Felicitaciones Juan Manuel

    ResponderEliminar
  3. Final imprevisto, muy bueno Juan Manuel!!!

    ResponderEliminar
  4. Muy bueno!!! Pero hay que aclarar que el aparato que llevamos entre las manos es el medio muchas veces de poder leer las publicaciones,no hay que desvalorizar lo

    ResponderEliminar
  5. Me gustó mucho tu relato
    Un abrazo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

DESPEDIDA Hasta la próxima Chacarera Musha (con vídeo)

Velorio de Musha, con música A último momento, cuando ya no quedaba mucho por hacer, se pensó en traerlo a La Banda, pero ya era tarde, la enfermedad estaba ganando Por Alfredo Peláez, “Fredy” Tenía un aprecio especial por Musha. Muchos años de amistad. Era como de la familia. Vi todas las fotos y leí todo los posteos que se publicaron en las redes con motivo de su fallecimiento. De todas la que más me gusto, fue una despedida que decía: "Hasta la próxima chacarera". Y sí. "Musha" Carabajal era pura chacarera. En los escenarios, solía gritar anta cada tema con voz impuesta: "Chacareraaa…". De su círculo íntimo, me contaron, que cuando ya no había nada que hacer, cuando la situación era irreversible, se pensó con SADAIC en trasladarlo a La Banda para que se apague su vida en la tierra que lo vio nacer un 2 de junio de 1952. Fue imposible. "Musha" ya no podía moverse. La terrible enfermedad que padecía le estaba ganando la batalla final. A sus amig...

RELIGIÓN Por qué la masonería no es una inocente asociación

Masones (imagen de ilustración) A veces se debe recordar conceptos simples que están en la base de una creencia, pues hay gente que deliberada o inadvertidamente los olvida o los ignora Para quien crea que no hay nada malo en la masonería, que muchos próceres fueron sus afiliados, cabe hacer una lista de los presidentes y vice que fueron masones o hermanos tres puntos, como también los llaman. Presidentes, Bernardino Rivadavia, Vicente López y Planes, Justo José de Urquiza, Santiago Derqui, Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento (presidente de 1868 a1874 que renunció a la masonería antes de asumir, porque era incompatible con el juramento católico que debía formular y que en ese tiempo era obligatorio), Miguel Juárez Celman, Carlos Pellegrini, Manuel Quintana, José Figueroa Alcorta, Roque Sáenz Peña, Victorino de la Plaza, Hipólito Yrigoyen y Agustín Pedro Justo. Vicepresidentes argentinos afiliados a la masonería fueron Salvador María del Carril, Juan Esteban Pedernera, Marcos Pa...

RECURRENCIA Tu perro es sólo un perro

Choco sin raza, obvio No es parte de tu familia, nunca lo será, porque la familia es el proyecto de vida que forman un hombre y una mujer para tener hijos y criarlos sanos y buenos Es sólo un perro, es sólo un perro, es sólo un perro. No, jamás será un ser humano, aunque pasen mil años él, su cría y la cría de sus crías, jamás serán gente. Seguirá siendo un perro, un triste perro. Un animal, ¿entiendes? Es animal y por lo tanto irracional, no razona, no piensa como vos, tu marido o tu señora. Y aunque estamos en pleno tiempo de autopercepción sensiblera, compasiva y tierna, no lo voy a reconocer como tu hijo. No es tu hijo. ¿Vos lo ves así?, bien por vos, para mí no lo es. Dile Pedrito o María Eugenia, para mí es lo mismo, es decir un perro, un pichicho, un choco, un firulais, como lo llaman los mejicanos. Y no, no me gusta tu perro, no es agradable, ¿no ves que tiene cara de perro?, ¿cómo quieres que me guste? Tampoco voy a tener la cortesía de decirte que es lindo. Porque, disculpame...

SAUDADES El cuadro de la abuela

Frente de una casa antigua “En el medio, como chorizos superpuestos y una tras otras, la pieza de los padres, después la de los abuelos, la de los tíos…” Me gusta el liviano aire que portan las casas viejas, que tienen un aparente desorden en las cocinas con el que las abuelas suelen confundir a la gente que llega por primera vez. Me gusta cuando las conozco, cuando me dejan pasar a ese lugar sagrado, que solamente era profanado por los íntimos, y también por el electricista, el gasista, el plomero, cuando llegaban, tras un pedido de auxilio. En ocasiones, como esta madrugada de domingo en que escribo mi diaria crónica, algo en el aire trae el recuerdo de aquello y crece en el pecho un rencor añejo, por las cosas que no están, porque no hicimos mucho para retenerlas y porque, de alguna manera que no sabría explicar, podríamos haber cubierto de eternidad aquellos tiempos y no lo hicimos, ¡caracho! Le cuento por si lo ha olvidado o no lo experimentó, en esas casas había una sala española...

1998 AGENDA PROVINCIAL Tragedia

El Tabycast El 10 de abril de 1998, se desata una tragedia en un departamento del TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató a la niña, se tiró por el balcón y murió El 10 de abril de 1998, se desató una tragedia en un departamento del edificio TabyCast cuando un joven llegó a dejar a su hija, baleó a la madre, mató de dos disparos la niña y se tiró por el balcón, muriendo casi al instante. A las 8 y 10 de la noche, Diego José Zaín, que tenía 24 años, llegó al departamento en que la joven, Ana Lugones Castiglione, de 19 años, vivía con la hija de ambos, Dolores de 4, y su abuela Carmen Garay. Estaban separados, su abuela no estaba en Santiago y una amiga que debía visitarla a esa hora, se había demorado. La niña había nacido el 8 de marzo de 1995 y el padre la llevó de vuelta al departamento del cuarto piso del TabyCast, frente a la plaza Libertad. Cuando Zaín tocó el portero eléctrico, la joven sintió miedo, porque él ya la había amenazado y en ese moment...