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ISRAEL Ilusoria rendición del Hamás

Noa Marciano, muerta en el hospital Shifa,
en Gaza. Su muerte fue vengada

Si se eliminan cientos o quizás millones de musulmanes, a los palestinos no les moverá un músculo


Por Alejandro Goldstein
cierta gente pretende que los palestinos se "humillen" firmando una rendición podría decirse que viven en el "Maravilloso mundo de Disney". Eso no va a suceder bajo ningún concepto. A las pruebas me remito. Después de los ataques de Israel, Gaza pasó a ser una ruina de escombros y sus muertos se cuentan por decenas de miles. Dos razones más que fundamentales como para ondear la bandera blanca, ¿verdad?
Para las estructuras mentales demócratas y occidentales podrá ser, pero para el lado musulmán, podrán ser eliminados cientos de miles, millones quizás, y esos números escalofriantes no les moverán un músculo.
A esta política de resistencia se le dio visos de mandato divino, y contra el fanatismo es imposible establecer una negociación. Muestras de ello las dio el finado Ismail Haniyeh, cuando le mataron a media familia. Su expresión corporal fue similar a la de los amantes del fútbol, cuando su equipo cae derrotado en el último minuto: "¡No pasa nada, el próximo partido lo ganamos!".
Una foto similar a la de las rendiciones de Alemania y Japón en la Segunda Guerra Mundial forman parte de la entelequia y de la ubérrima imaginación de los "pacifistas".
Los medios de prensa israelíes gastan horas en debates políticos acerca de las "negociaciones" por la liberación de los rehenes, y todavía no comenzaron. Con decir que el mediador, Qatar, no reconoce al Estado de Israel está todo dicho. Los palestinos hasta ahora ni siquiera se dignan en aparecer.
Si uno se manejara con los números fríos, llegaría a la inmediata conclusión de que quienes tienen premura por llegar a un acuerdo son los palestinos, pues tienen miles de víctimas y miles de prisioneros en las cárceles israelíes. Pero la realidad es otra, su actitud es propia de los ganadores. La realidad es que la vida de sus paisanos les importa poco o nada, por eso no tienen empacho en exigir "el oro y el moro", y, así y todo, no tienen la más mínima intención de devolver a los rehenes, pues estos son sus únicas y preciadas cartas de triunfo.
Israel debería vaciar sus cárceles infestadas de presos palestinos, tendría que salir de Gaza y del corredor Filadelfia ya, entre otras exigencias, y nada garantiza el retorno de los cautivos.
A aquellos que no están de acuerdo en tamañas y "disparatadas" concesiones, la interpelación va mirándolos a los ojos: "Haz de cuenta que uno de los rehenes es tu hijo".
El principal foco de guerra se libra dentro de fronteras, pues el odio gratuito genera más y más rencor.
Ramírez de Velasco®

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