Carlos Carabajal le dedicó unos sentidos versos
El 26 de noviembre de 1897 nace José Ponciano Luna, talentoso músico autodidacto, ejecutante de guitarra, bandoneón, mandolín y violín El 26 de noviembre de 1897 nació José Ponciano Luna, en El Sauce, cerca de Nueva Esperanza, departamento Pellegrini. Fue un talentoso músico autodidacto, ejecutante de la guitarra, el bandoneón, el mandolín y el violín.Se casó con Arminda Prado y su vida estuvo marcada por la música y su habilidad innata para tocar varios instrumentos musicales lo convirtió en una figura central en la escena musical de su región.A lo largo de su carrera estuvo acompañado por diversos músicos talentosos. Tuvo por acompañantes a Lucindo Prado, Segundo Gutiérrez, Julián Chávez, Froilán Rea y el reconocido Carlos Carabajal. Su último acompañante fue Guido Mendieta, oriundo de la Vuelta de la Barranca, con quien tocó desde 1950 hasta su muerte.
Era un músico muy activo en su comunidad y se lo veía con frecuencia tocando en carnavales, cumpleaños, fiestas familiares, actos escolares, rezabailes, veladas y velorios de angelitos. Su presencia musical se sintió en muchos lugares como El Ojito, El Mojón, Puesto Nuevo, Santo Domingo, Taco Punco, El 20, El Saladillo, Quebracho Coto, 7 de Abril y Agua Amarga, entre otros. Su repertorio variado abarcaba valses, tangos, chacareras, gatos, triunfos y escondidos.
Su centro de operaciones musicales, por llamarlo de alguna era la pista de Borja Vera. Allí solía formar grupos musicales, como tercetos y cuartetos con músicos como Juan Díaz en el bandoneón. Celín Rea, conocido como “El Llamador” por la resonancia de su bombo, fue su bombisto preferido.
Su influencia y su obra se perpetúan en el recuerdo y en la inspiración que dejaron a los jóvenes músicos de la región, como Carlos Villalba, Pirucho Mendieta, René Nazar y Luis Vega. A pesar de su muerte en mayo de 1970, su espíritu sigue vivo en la música de la zona.
Carlos Carabajal uno de sus compañeros de música, ofreció un testimonio conmovedor sobre Ponciano. Recordó cómo lo conoció en 1947 o 1948, cuando visitó Nueva Esperanza para participar en un campeonato de fútbol. Desde su primer encuentro, quedó impresionado por su nobleza y bondad. Juntos formaron un trío y tocaban en fiestas y bailes, viajando largas distancias en sulkys para llegar a sus actuaciones. Ponciano, con su humor característico, respondía con gracia a las solicitudes del público, manteniendo siempre su buen ánimo y su amor por la música.
La vida de José Ponciano Luna es un testimonio de la dedicación, la pasión y la duradera influencia de un músico que dejó una huella indeleble en su comunidad.
Dicen que a veces le preguntaban “qué va a tocar”. Haciéndose el sordo respondía: “Cerveza nomás”.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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