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Pampita |
Abraza sus rarezas y las tuyas con garra: solo así forjarás un amor épico que resistirá todo
Si alguien dice: “Amo a mi mujer, aunque sea gritona, hable mucho o no sepa cocinar”, tal vez no la ama de verdad. En ese caso, parece que uno se ama a sí mismo en el reflejo de ella. Porque los defectos —los de ella y los propios—siempre están ahí, son parte del combo.Hay que aceptar que, si vienen de lo más profundo, no desaparecerán por mucho esfuerzo que se haga. Lo mejor, aunque no soy experto en estos temas, es quererla precisamente por esas manías, ponele, no a pesar de ellas.Si sus caprichos te resultan insoportables y sientes que no podrás seguir a su lado, dejala. Esa mujer no es para vos. Imagina que sos un tipo sencillo, conforme con tu vida sin lujos, tranquilo en la mediocridad de un barrio cualquiera. Ella sueña con alguien que le dé una vida que no puedes ofrecer. Si ceder te hace sentir menos, es hora de decir adiós. Imaginá que Pampita te da algo de bola. No es para vos, gaucho, y ella te lo hará saber al toque si no te ubicas.
Amar de verdad es quererla completa, como viene de fábrica, pequeñas grandes tonterías incluidas. En Santiago dicen “con aca y todo”, y ese es el amor que vale, el que dura. Es un pacto mutuo: “Yo te acepto como sos, vos me aceptas como soy, y juntos enfrentamos lo que venga”. Si ambos se empeñan en cambiar al otro sin ceder, la relación se convierte en una pelea en la que todos pierden.
No es el enamoramiento inicial lo que cuenta, sino el amor que crece después, el que requiere esfuerzo, garra y voluntad para sostenerse. Porque el amor, al final de cuentas, no es más que un ejercicio constante de compromiso. Cuestión de voluntad, ¿no?
Los amigos que han tenido varias mujeres suelen admitir, cuando hablan en serio, que cada una tenía sus cositas. Algunas las llevaban mejor, otras peor, pero todas daban problemas y los hacían renegar. Y ellos también las hacían sufrir con sus rarezas, sus errores y, sí amigo, sus propias maldades.
¿Un consejo final para los que buscan enamorarse?
No, mejor no.
Si hoy conoces a alguien especial, seguí tu instinto: tirate a la pileta o esperá, pero decidite por vos mismo. No busques respuestas definitivas en un texto como este. Enamorate, probá, equivocate y sacá tus propias conclusiones. Porque el amor a prueba de balas no está en un chaleco: se forja con coraje, día a día, en un pacto que resiste cualquier tormenta.
(Dedicado a Marcela, que soporta mis graves imperfecciones, mucho más pesados que los suyos. Y todavía, sigue aquí. Por el momento).
Juan Manuel Aragón
A 11 de julio del 2025, en Copo. Degustando queso cuartirolo.
Ramírez de Velasco®
Muy bueno Juan, agrego que hay que aprender a dialogar y buscar puntos de acuerdo y, desde ahí, meterle nomás, como dices vos. Corto porque esto da para mucho más.
ResponderEliminar"El amor es eterno mientras dura".
ResponderEliminarAsi es Verduc lo dice Vinicius de Moraes
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