Lo que sucedió en Valencia fue un desastre |
En Valencia no hubo una tempestad, una riada, un desborde, una inundación, sino algo distinto que pocos saben con qué se come
La política es una guerra a brazo partido contra la realidad. Para triunfar, como primera medida hay que ganar la batalla de las palabras. Como viene pasando en Valencia. Cualquiera diría que sucedió una tormenta tremenda, un vendaval, una avenida de la san puta, un huracán, un desgraciado ciclón que arrasó con todo. Pero no amigos, lo que sucedió, según dicen los diarios y repite la televisión, fue una “Dana”. Que significa, oiga bien, “Depresión Aislada en Niveles Altos”. Ah, no, si fue una “Dana” entonces me quedo más tranquilo, uf, por un momento pensé que era una tempestad de aquellas, un torbellino, una riada, un desborde, una inundación, pero qué tonto soy.¿Usted dice que fue nada más que una “Dana”?, entonces tranquilos muchachos, no pasa nada que no se solucione con una ayudita del gobierno, un sana, sana, culito de rana, si no sana hoy, sanará mañana.El mundo entero acude a los diarios de España para averiguar qué pasó en Valencia y se da con que fue ese fenómeno extrañísimo de la “Dana”. Corre a San Google a preguntarle qué es, y las siglas tampoco lo ayudan mucho, salvo, claro, que usted sea un experto en meteorología, clima o asuntos similares.
Hay que estar atentos muchachos, cuando sucede algo grande, suele presentarse algún vivillo inventando una palabra para desconcertar a la gilada y siempre, pero siempre, siempre, siempre, siempre, siempre, que los periodistas hallan una palabra que no saben qué quiere decir, la adoptan como suya.
Saludos.
Ramírez de Velasco®
En su momento fue el turno de "adrenalina" para reemplazar varias palabras, entre ellas, emoción, excitación, tensión.
ResponderEliminarNo podías estar más acertado con esta, Juan Manuel. Si la llamaban por lo que es, una vil tormenta de frente frío, como ha sido llamada por años, nadie le daba un cinco de bolilla. Pero como salieron con una palabra nueva, entonces los medios le dan a la matraca y la gilada compra.
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