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VISITAS Los parientes que se quedan y no se van

La familia que antes era

Dicen venir por tres días, pero entre guisos espesos y largas charlas, se quedan como dueños de casa

Dios te libre, lector, de las visitas de parientes que vienen a quedarse “dos o tres días nomás”, según calculan y a veces terminan instalados una semana o tres meses, haciéndote la vida imposible con pequeñas grandes molestias.
A saber
1) Siempre hay alguien en el baño a la hora que más lo precisas, 2) dejan el dentífrico abierto, apretado, chorreado, mal puesto, 3 ) usan las toallas tirándolas húmedas en un rincón o peor, tendidas unas encima de otras en el barral de la cortina de la ducha, 4) si tu esposa no está, te obligan a comer los guisos de su señora, unos mazacotes insufribles, 5) piden “¿puedo usar un ratito el teléfono?”, y hablan media hora larga distancia, 6) se burlan a) del largo de las uñas de tus pies, b) de tus calzoncillos con agujeros que hallaron colgados de la soga del patio y c) de la falta de pintura de las paredes, 6) amenazan, lanzando una risotada atroz, con que contarán a todo el mundo en el pago de tus costumbres, 7) se ponen a discutir de política con el vecino de al lado, con el que vos te cuidaste puntillosamente toda la vida de que la relación no pasara de un “buenos días, buenas tardes, buenas noches”, 8) te preguntan por qué no pones el sillón del living para allá, por qué has contratado tal empresa de cable si la otra es mejor y qué tienes que hacer todo el día en la computadora, “vení a conversar con nosotros” piden, como si no hubieras sentido mil veces ya sus anécdotas fastidiosas, repetidas, poco graciosas, 9) tu mujer te demanda que: a) no te enojes con ninguno, que muestres tu mejor sonrisa y que dejes de gruñir, a pesar de que tienes ganas de acogotarlos uno por uno, b) compres ochocientos kilos de carne para agasajarlos como se debe y c) hagas el asado y no te enfurezcas cuando te reprochen porque la carne está dura, cruda o suela y 10) toman todo por asalto: la vereda, el living, la cocina, los dormitorios, el escritorio, el baño, el patio, la heladera, tu humilde bodeguita de Malbec más o menos, comprados en el súper, el televisor, los ventiladores, las camas, la mesa del comedor, la pava y el mate.
Ruega a todos los santos del Cielo que no te pase. Ni te vuelva a suceder.
Juan Manuel Aragón
A 27 de agosto del 2025, en Pozo del Campo. Buscando la mula.
Ramírez de Velasco®

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