Ir al contenido principal

1869 CALENDARIO NACIONAL Civil

El Código Civil Argentino

El 25 de septiembre de 1869 se sanciona el Código Civil, marcando la unificación jurídica del país

El 25 de septiembre de 1869 se sancionó el Código Civil argentino, un hito que marcó la unificación jurídica del país. Redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield, recopiló normas de derecho civil, comercial y procesal, basándose en fuentes romanas, españolas, francesas y en códigos de otros países. Entró en vigor el 1 de enero de 1871 y reguló aspectos como personas, bienes, contratos, sucesiones y obligaciones. Con 4.058 artículos, organizados en cuatro libros, sentó las bases del derecho privado. Influyó en legislaciones de América Latina y permaneció vigente, con reformas, hasta el 2015.
En 1864 se encargó a Dalmacio Vélez Sarsfield la redacción del Código Civil. Abogado, jurista y político, trabajó en solitario durante cinco años. Inspirado por el Código Napoleón de Francia, el Código Civil español de 1851 y los trabajos de juristas como Aubry, Rau y Zachariae, adaptó las normas a la realidad argentina. Incorporó elementos del derecho romano y las Partidas de Alfonso X, así como costumbres locales. Su objetivo fue unificar el derecho en un país con leyes dispersas y tradiciones coloniales.
La sanción ocurrió en el Congreso de la Nación, en Buenos Aires. El proyecto, presentado por Vélez Sarsfield, fue debatido durante varias sesiones. Aprobado por unanimidad, reflejó el consenso sobre la necesidad de un cuerpo legal unificado. La ley 340, promulgada por el presidente Domingo Faustino Sarmiento, oficializó el Código. Su entrada en vigor se fijó para el 1 de enero de 1871, dando tiempo a su difusión y estudio.
El Código Civil se estructuró en cuatro libros. El primero abordó las personas, regulando capacidad jurídica, matrimonio y derechos familiares. El segundo trató los bienes, su clasificación y propiedad. El tercero se centró en contratos, obligaciones y derechos reales. El cuarto reguló sucesiones, testamentos y herencias. Incluyó un título preliminar con principios generales del derecho, que sirvió como base interpretativa.
Tenía 4.058 artículos, redactados con precisión y claridad. Cada artículo abordó aspectos específicos, desde el nacimiento hasta la extinción de obligaciones. Se destacó por su sistematicidad, ordenando normas antes fragmentadas. Incorporó innovaciones como la libertad de testar, que permitió disponer de bienes con menos restricciones que en el derecho colonial.
El proceso de redacción enfrentó desafíos. Vélez Sarsfield trabajó sin una comisión, asumiendo la carga de armonizar fuentes diversas. Consultó códigos de Brasil, Chile y Prusia, además de tratados jurídicos europeos. Adaptó conceptos foráneos a la realidad argentina, como la regulación de la propiedad rural, clave en un país agropecuario.
La sanción del Código respondió a la necesidad de unificar el derecho tras la independencia. Antes, regían leyes coloniales, ordenanzas locales y costumbres. La diversidad jurídica dificultaba el comercio y la administración. El Código buscó homogeneidad, facilitando la integración nacional y el desarrollo económico.
Fue traducido al francés, inglés e italiano, lo que permitió su estudio en el extranjero. Influyó en códigos civiles de países como Paraguay, Uruguay y Bolivia. Su prestigio derivó de su claridad y adaptabilidad, siendo un modelo para legislaciones de la región.
Se aplicó en todo el territorio nacional, reemplazando normas locales. Jueces, abogados y escribanos lo adoptaron como referencia principal. Su implementación fortaleció el sistema judicial, al proporcionar un marco claro para resolver disputas civiles.
Permaneció vigente hasta el 1 de agosto del 2015, cuando fue reemplazado por el Código Civil y Comercial. Durante casi siglo y medio, sufrió modificaciones parciales para adaptarse a cambios sociales, como los referidos al matrimonio y la familia. Su sanción marcó un antes y un después en la historia jurídica argentina.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

  1. Y... Desde entonces se lo viola...

    ResponderEliminar
  2. Su mayor fuente, fue de derecho de familia, verdaderos monumentos a la desigualdadel "esboco" del Jurista brasileño Freitas, el cual a su vez copio el código Napoleón, redactado en Francia a instancias del gran prócer francés, el cual tomó prioritariamente normas del derecho romano. El código de Vélez tenía normas anacrónica s en materia de familia , verdaderos monumentos a la desigualdad y al privilegio. Dividía a los hijos en: Naturales, adulterinos, sacrílego s. Prohibía investigar el origen del hijo, si se involucraba a un clérigo. Y así, una serie de lindezas , demostrativas de quién mandaba. Una vergüenza en esta materia.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares (últimos siete días)

FÁBULA Don León y el señor Corzuela (con vídeo de Jorge Llugdar)

Corzuela (captura de vídeo) Pasaron de ser íntimos amigos a enemigos, sólo porque el más poderoso se enojó en una fiesta: desde entonces uno es almuerzo del otro Aunque usté no crea, amigo, hubo un tiempo en que el león y la corzuela eran amigos. Se visitaban, mandaban a los hijos al mismo colegio, iban al mismo club, las mujeres salían de compras juntas e iban al mismo peluquero. Y sí, era raro, ¿no?, porque ya en ese tiempo se sabía que no había mejor almuerzo para un león que una buena corzuela. Pero, mire lo que son las cosas, en esa época era como que él no se daba cuenta de que ella podía ser comida para él y sus hijos. La corzuela entonces no era un animalito delicado como ahora, no andaba de salto en salto ni era movediza y rápida. Nada que ver: era un animal confianzudo, amistoso, sociable. Se daba con todos, conversaba con los demás padres en las reuniones de la escuela, iba a misa y se sentaba adelante, muy compuesta, con sus hijos y con el señor corzuela. Y nunca se aprovec...

IDENTIDAD Vestirse de cura no es detalle

El perdido hábito que hacía al monje El hábito no es moda ni capricho sino signo de obediencia y humildad que recuerda a quién sirve el consagrado y a quién representa Suele transitar por las calles de Santiago del Estero un sacerdote franciscano (al menos eso es lo que dice que es), a veces vestido con camiseta de un club de fútbol, el Barcelona, San Lorenzo, lo mismo es. Dicen que la sotana es una formalidad inútil, que no es necesario porque, total, Dios vé el interior de cada uno y no se fija en cómo va vestido. Otros sostienen que es una moda antigua, y se deben abandonar esas cuestiones mínimas. Estas opiniones podrían resumirse en una palabra argentina, puesta de moda hace unos años en la televisión: “Segual”. Va un recordatorio, para ese cura y el resto de los religiosos, de lo que creen quienes son católicos, así por lo menos evitan andar vestidos como hippies o hinchas del Barcelona. Para empezar, la sotana y el hábito recuerdan que el sacerdote o monje ha renunciado al mundo...

ANTICIPO El que vuelve cantando

Quetuví Juan Quetuví no anuncia visitas sino memorias, encarna la nostalgia santiagueña y el eco de los que se fueron, pero regresan en sueños Soy quetupí en Tucumán, me dicen quetuví en Santiago, y tengo otros cien nombres en todo el mundo americano que habito. En todas partes circula el mismo dicho: mi canto anuncia visitas. Para todos soy el mensajero que va informando que llegarán de improviso, parientes, quizás no muy queridos, las siempre inesperadas o inoportunas visitas. Pero no es cierto; mis ojos, mi cuerpo, mi corazón, son parte de un heraldo que trae recuerdos de los que no están, se han ido hace mucho, están quizás al otro lado del mundo y no tienen ni remotas esperanzas de volver algún día. El primo que vive en otro país, el hermano que se fue hace mucho, la chica que nunca regresó, de repente, sienten aromas perdidos, ven un color parecido o confunden el rostro de un desconocido con el de alguien del pago y retornan, a veces por unos larguísimos segundos, a la casa aquel...

CALOR Los santiagueños desmienten a Borges

La única conversación posible Ni el día perfecto los salva del pronóstico del infierno, hablan del clima como si fuera destino y se quejan hasta por costumbre El 10 de noviembre fue uno de los días más espectaculares que regaló a Santiago del Estero, el Servicio Meteorológico Nacional. Amaneció con 18 grados, la siesta trepó a 32, con un vientito del noreste que apenas movía las ramas de los paraísos de las calles. Una delicia, vea. Algunas madres enviaron a sus hijos a la escuela con una campera liviana y otras los llevaron de remera nomás. El pavimento no despedía calor de fuego ni estaba helado, y mucha gente se apuró al caminar, sobre todo porque sabía que no sería un gran esfuerzo, con el tiempo manteniéndose en un rango amable. Los santiagueños en los bares se contaron sus dramas, las parejas se amaron con un cariño correspondido, los empleados públicos pasearon por el centro como todos los días, despreocupados y alegres, y los comerciantes tuvieron una mejor o peor jornada de ve...

SANTIAGO Un corazón hecho de cosas simples

El trencito Guara-Guara Repaso de lo que sostiene la vida cuando el ruido del mundo se apaga y solo queda la memoria de lo amado Me gustan las mujeres que hablan poco y miran lejos; las gambetas de Maradona; la nostalgia de los domingos a la tarde; el mercado Armonía los repletos sábados a la mañana; las madrugadas en el campo; la música de Atahualpa; el barrio Jorge Ñúbery; el río si viene crecido; el olor a tierra mojada cuando la lluvia es una esperanza de enero; los caballos criollos; las motos importadas y bien grandes; la poesía de Hamlet Lima Quintana; la dulce y patalca algarroba; la Cumparsita; la fiesta de San Gil; un recuerdo de Urundel y la imposible y redonda levedad de tus besos. También me encantan los besos de mis hijos; el ruido que hacen los autos con el pavimento mojado; el canto del quetuví a la mañana; el mate en bombilla sin azúcar; las cartas en sobre que traía el cartero, hasta que un día nunca más volvieron; pasear en bicicleta por los barrios del sur de la ciu...