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| Cándido López |
El 31 de diciembre de 1902 muere Cándido López, pintor, dibujante, fotógrafo y combatiente de la Guerra del Paraguay, manco desde Curupaytí
El 31 de diciembre de 1902 murió Cándido López. Fue un pintor, dibujante, fotógrafo, veterano de guerra y militar, combatiente de la Guerra del Paraguay, mutilado en combate y autor de una obra pictórica única como testimonio visual del mayor conflicto armado del Cono Sur en el siglo XIX. Había nacido el 29 de agosto de 1840 en Buenos Aires, en el barrio de Barracas.Era hijo de Vicente López y María de la Cruz Osornio, integrantes de una familia de recursos limitados. Desde la adolescencia manifestó aptitudes para el dibujo y la observación minuciosa, inclinación que lo llevó a formarse de manera autodidacta y luego a trabajar como fotógrafo retratista, oficio que exigía precisión técnica y sentido compositivo.A comienzos de la década de 1860 se estableció como fotógrafo comercial, actividad que combinaba con la ilustración. En ese contexto estalló la guerra contra Paraguay. En 1865 se incorporó voluntariamente al Ejército Argentino, integrando fuerzas que marcharon hacia el frente del Litoral, allí comenzó a registrar escenas militares mediante bocetos realizados en plena campaña.
Participó en varias acciones bélicas hasta el combate de Curupaytí, una de las jornadas más sangrientas de la guerra. Allí fue alcanzado por una explosión de artillería que destrozó su brazo derecho, lo que obligó a una amputación inmediata. La herida lo dejó fuera del servicio activo y marcó de manera definitiva su trayectoria vital y artística.
Durante la convalecencia inició un proceso de reaprendizaje físico y mental. Decidió continuar pintando utilizando la mano izquierda, tarea que le demandó años de práctica. A partir de ese esfuerzo nació un proyecto sostenido: reconstruir la guerra desde la memoria del combatiente, no como exaltación heroica sino como registro ordenado de operaciones, escenarios y movimientos.
Entre fines del siglo XIX y comienzos del XX realizó una extensa serie de óleos dedicados casi exclusivamente al conflicto paraguayo. Las obras presentan panorámicas amplias, perspectiva elevada y una notable exactitud topográfica. Los ríos, esteros, fortificaciones y caminos aparecen delineados con rigor casi cartográfico.
Las figuras humanas, pequeñas y numerosas, se organizan en formaciones reconocibles. No hay protagonismos individuales ni gestos épicos. El énfasis está puesto en la dimensión colectiva de la guerra, en la repetición de maniobras, marchas, descansos y enfrentamientos, integrados a un paisaje que domina la escena.
Para completar sus cuadros recurrió a cuadernos de campaña, mapas militares, relatos de antiguos camaradas y documentos oficiales. Cada pintura incluye datos precisos sobre lugar, fecha y unidad interviniente, lo que convierte a la serie en una fuente visual de gran valor para el estudio histórico del conflicto.
Vivió con austeridad y sin reconocimiento masivo durante décadas. Expuso poco y vendió escasas obras en vida. Su producción no siguió las corrientes estéticas dominantes de su tiempo, lo que contribuyó a una recepción tardía por parte de la crítica y de las instituciones culturales.
Tras su muerte, el conjunto de sus pinturas fue progresivamente incorporado a colecciones públicas. Hoy sus obras se conservan principalmente en el Museo Histórico Nacional; constituyen uno de los registros visuales más completos de la Guerra del Paraguay, con indicación detallada de batallas, posiciones, fechas y escenarios geográficos precisos del conflicto.
Ramírez de Velasco®


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