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| Fray Luis de León |
El 30 de diciembre de 1576 la Inquisición rehabilita a fray Luis de León, terminando el proceso que lo había mantenido en cárcel durante casi cinco años
El 30 de diciembre de 1576 la Inquisición española resolvió rehabilitar a fray Luis de León, poniendo fin al proceso que lo había mantenido preso durante casi cinco años y permitiéndole retomar su vida académica y religiosa en la Universidad de Salamanca.Poeta, teólogo, humanista, biblista, catedrático universitario y religioso agustino, Luis de León, conocido como fray Luis de León, nació en Belmonte, Reino de Castilla, en 1527. Fue hijo de Lope de León, jurista, y de Inés de Varela, dentro de una familia vinculada al mundo del derecho y de los estudios humanísticos.Ingresó joven en la Orden de San Agustín y cursó estudios en la Universidad de Salamanca, en la que se destacó por su dominio del latín, el griego y el hebreo. Ese conocimiento de las lenguas originales de la Biblia lo situó entre los intelectuales más respetados de su tiempo, aunque también lo expuso a recelos en una época marcada por la vigilancia doctrinal.
El origen del proceso inquisitorial estuvo ligado a su traducción directa del Cantar de los Cantares del hebreo al castellano y a su enfoque filológico de los textos sagrados. En el contexto de la Contrarreforma, el acceso a la Escritura fuera de la Vulgata latina era considerado una práctica peligrosa.
En 1572, fray Luis de León fue arrestado y encarcelado en Valladolid por orden del Santo Oficio. Permaneció privado de su libertad durante cerca de cinco años, mientras sus escritos eran examinados y sus ideas sometidas a interrogatorios prolongados, en un proceso caracterizado por la lentitud y la cautela extrema.
Las acusaciones fueron de supuestas desviaciones doctrinales y el uso indebido de fuentes hebreas. El caso reflejó los límites impuestos a la investigación intelectual en la España del siglo XVI, cuando el rigor académico podía ser interpretado como desafío a la autoridad religiosa.
El 30 de diciembre de 1576, la Inquisición dictó sentencia favorable, declarando que fray Luis de León no sostenía doctrinas heréticas. La resolución implicó su rehabilitación, la restitución de su honor y la posibilidad de reincorporarse a la docencia universitaria.
Al regresar a su cátedra en Salamanca, la tradición sostiene que inició su primera clase tras el encierro con la célebre frase "decíamos ayer", en latín Dicebamus hesterna die, retomando la lección como si la interrupción no hubiese existido. Aunque no hay constancia documental directa, la anécdota se convirtió en símbolo de continuidad intelectual.
La frase adquirió un valor emblemático dentro de la cultura hispánica, asociada a la serenidad del saber frente a la arbitrariedad del poder y a la persistencia del pensamiento aun después de la persecución y el encierro.
Murió el 23 de agosto de 1591 en Madrigal de las Altas Torres, siendo recordado por su proceso inquisitorial, su rehabilitación y la expresión “decíamos ayer”, incorporada de manera estable a la historia cultural en lengua española.
Ramírez de Velasco®


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