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| El cura Campo |
El 25 de diciembre de 1853 se libra el combate de los Laureles: Antonino Taboada y José María del Campo derrotan a Celedonio Gutiérrez
El 25 de diciembre de 1853 se libró el combate de Los Laureles, en territorio tucumano. Se enfrentaron fuerzas de Antonino Taboada, nacido en Santiago del Estero, y del presbítero y dirigente político José María del Campo, nacido en Monteros, contra las tropas del gobernador tucumano Celedonio Gutiérrez, en un episodio decisivo de la larga disputa por el control político del Norte argentino tras la caída de Juan Manuel de Rosas.Militar y jefe de milicias provinciales, Taboada, nacido en Santiago del Estero en 1814, formaba parte de una de las familias más influyentes de la región. Era hermano del caudillo y gobernador Manuel Taboada, figura central del liberalismo santiagueño. Desde joven participó en las campañas que dieron forma al predominio de su familia en la política del Norte, lo que le otorgó experiencia militar y vínculos directos con los sectores antirosistas.Presbítero, político y posteriormente gobernador interino, José María del Campo, nacido hacia 1826 en Monteros, pertenecía a una familia local con arraigo en la vida pública tucumana. Ordenado sacerdote, se vinculó tempranamente con los grupos opositores al régimen de Celedonio Gutiérrez, y su participación en operaciones militares, algo frecuente en la época, lo volvió conocido como “el cura Campo”, designación que quedó asociada a su figura en crónicas y memorias provinciales.
Político, militar y gobernador, Celedonio José María Gutiérrez, nacido en Tucumán en 1809, provenía de una familia de tradición pública y había accedido al poder tras la derrota de la Coalición del Norte. Su gobierno se sostenía sobre alianzas federales que buscaban preservar la autonomía provincial frente a la reorganización institucional impulsada por Justo José de Urquiza.
El escenario del combate fue el lugar conocido como Los Laureles, dentro del ámbito rural del sur tucumano, en una región con montes, hondonadas y campos despejados. La elección del terreno respondía a las necesidades tácticas de Taboada, cuya caballería ligera se beneficiaba de los espacios abiertos y de la rapidez de maniobras que ofrecía la topografía.
Las fuerzas taboadistas llevaban contingentes santiagueños y tucumanos, articulados a través de la influencia de Manuel Taboada en la región. Se estiman alrededor de 600 hombres, con predominio de caballería. Los de Gutiérrez, más numerosos, rondaban los 800 efectivos, integrados por veteranos de milicias provinciales y oficiales con experiencia en las campañas federales.
El combate comenzó al amanecer. La caballería dirigida por Campo avanzó sobre el flanco izquierdo de Gutiérrez, provocando desconcierto inicial. El frente central resistió algunos minutos, pero la carga combinada de los jinetes santiagueños y las líneas tucumanas quebró la posición defensiva, obligando a un repliegue desordenado.
La ruptura del dispositivo de Gutiérrez derivó en la dispersión de sus fuerzas hacia los campos vecinos. La retirada dejó en manos de Taboada y Del Campo armamento, caballos y pertrechos que consolidaron su posición militar y redujeron la capacidad de reacción del gobierno provincial.
La derrota debilitó de inmediato la autoridad de Celedonio Gutiérrez. Tras abandonar la capital, buscó apoyo en jefes federales de otras provincias, mientras el triunfo de Los Laureles fortalecía la influencia política de los Taboada en el Norte y la presencia de Campo en la estructura dirigente tucumana.
Según las crónicas de la época, el combate dejó alrededor de 40 muertos y más de 100 heridos, cifras significativas para una acción rápida pero decisiva que alteró el equilibrio regional y abrió paso a la reorganización política posterior en Tucumán y Santiago del Estero.
Ramírez de Velasco®


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