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| Pekín hoy |
El 11 de diciembre del 2001 la República Popular de China ingresa en la Organización Mundial del Comercio
El 11 de diciembre del 2001 la República Popular de China ingresó en la Organización Mundial del Comercio, convirtiéndose en el miembro número 143 de ese organismo tras quince años de negociaciones, abriendo así un nuevo capítulo en la integración de su economía con el sistema multilateral de comercio y marcando un hito global que redefinió las reglas del intercambio internacional.El proceso que llevó a China a la Organización comenzó en 1986, cuando presentó una solicitud para incorporarse al antiguo Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio en busca de restablecer su participación en el comercio internacional. Con la creación de la Organización en 1995, esa aspiración se transformó en un largo proceso de acceso que implicó intensas negociaciones multilaterales y compromisos con cada uno de los países miembros.Durante esos quince años, la delegación china debió enfrentar discusiones arduas sobre aranceles, barreras no arancelarias, inversión extranjera y la protección de la propiedad intelectual. Otros países miembros, incluidos Estados Unidos, Japón y la Unión Europea, le exigieron reformas profundas para abrir sectores que hasta entonces estaban protegidos por políticas de economía planificada.
En septiembre del 2001 se cerraron las negociaciones clave en Ginebra y, un mes después, en una conferencia ministerial de la Organización en Doha, Qatar, se aprobó el acuerdo de ingreso por consenso. Tras la ratificación formal por parte del parlamento chino, el 11 de diciembre de ese año Pekín se integró plenamente al organismo.
Ese ingreso no fue solo un acto protocolar: para cumplir con los requisitos, China debió comprometerse a reducir progresivamente sus aranceles, abrir mercados internos a empresas extranjeras y adoptar normas que facilitaran la transparencia y la competencia en su economía. Las reformas requeridas afectaron diversos sectores, desde manufactura hasta servicios financieros y agricultura.
La apertura al comercio mundial tuvo efectos profundos en la economía china. En las décadas siguientes, el país experimentó un crecimiento acelerado del comercio exterior, redujo aranceles y atrajo inversiones extranjeras, contribuyendo a dinamizar su producción y ampliar su presencia en cadenas globales de valor.
La incorporación representó un paso hacia una mayor universalización del sistema multilateral de comercio, al incluir a una economía de enorme peso demográfico y productivo. Ese hecho desafió las estructuras comerciales existentes y requirió ajustes en las relaciones económicas entre países desarrollados y en desarrollo.
El impacto de la adhesión a la Organización fue observado también en otros países. Para economías exportadoras, abrió nuevas oportunidades para vender bienes y servicios en un mercado masivo; para sectores industriales en naciones desarrolladas y en desarrollo generó desafíos por la competencia de productos manufacturados chinos a bajo costo.
Con el paso del tiempo, la evaluación de ese ingreso ha sido objeto de análisis y debates. Instituciones globales y gobiernos han destacado cómo la integración al comercio mundial impulsó la modernización económica china, al tiempo que surgieron discusiones sobre el cumplimiento de las normas y la adaptación del modelo económico chino al marco multilateral.
Dos décadas después, ese acontecimiento es visto como un punto de inflexión en la historia del comercio internacional moderno: la inclusión de China en la Organización cambió estructuras económicas, relaciones comerciales y dinámicas geoeconómicas a nivel global, moldeando gran parte del comercio internacional del siglo XXI.
Ramírez de Velasco®


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