La guerrilla en Tucumán |
El 20 de septiembre de 1974, el Ejército Revolucionario del Pueblo toma el pueblo de Santa Lucía en Tucumán y hace ajusticiamientos
El 20 de septiembre de 1974, el Ejército Revolucionario del Pueblo tomó por asalto el pueblo de Santa Lucía, a 50 kilómetros al sur de Tucumán e hizo lo que llamó ajusticiamientos, es decir mató gente a sangre fría.Era una banda de 45 delincuentes subversivos, con uniformes militares, que bajó del cerro y entró en Santa Lucía, pueblo a 50 kilómetros al sudoeste San Miguel de Tucumán. En la acción murieron el agente de policía Eudoro Ibarra y el vecino Héctor Oscar Zaraspe.Ibarra fue acusado por el Ejército Revolucionario del Pueblo de haber asesinado a Ramón Rosa Jiménez dos años antes y Zaraspe fue señalado como cómplice. Los ejecutaron a ambos.A fines de septiembre de ese mismo año, en un procedimiento de la policía de Tucumán terminaron detenidos casi todos los responsables de la regional del Partido Revolucionario de los Trabajadores, el brazo político bajo el que se arropaban los delincuentes.
Fueron detenidos Osvaldo de Benedetti, Ricardo Ripoda, Humberto Tumini y Alberto Genoud.
La violencia estaba desatada en Tucumán, como que el 22 de octubre miembros del Partido y el Ejército Revolucionario quisieron secuestrar a Juan Roberto Bargut, presidente del directorio de la empresa Galizia y Bargut, que escapó herido.
Dos días después, los guerrilleros se adjudicaron una emboscada entre Monteros y Los Sosa. Dejaron dos soldados muertos y 9 heridos. Unos días después los delincuentes emitieron un comunicado conjunto con el Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria de Chile, el Ejército de Liberación Nacional en el que acordaron crear la "Junta de Coordinación Revolucionaria", colaborando en el fortalecimiento de las guerrillas.
El 15 de noviembre de ese año, una unidad de la Compañía copó una finca en Sauce Huacho, cuyo dueño era el gobernador peronista Amado Juri y prendieron fuego a cuatro tractores y un jeep.
A principios de diciembre mataron al capitán Humberto Viola y su hija, hecho que todavía hoy siguen reclamando como una operación legítima y de la que no se arrepienten. Y el 15 de diciembre hicieron una ceremonia de entrega de grados. Se designó a Hugo Irurzún jefe de la compañía Ramón Rosa Jiménez. Participaron unos 40 combatientes del ERP y se tomaron fotografías de la ceremonia con el puño en alto.
El país estaba bañando en sangre y bandas de asesinos fuertemente ideologizados querían apoderarse de sus instituciones con el fin de enriquecerse personalmente (máxima aspiración de muchos izquierdistas) y quedarse en el poder lo más que pudieran, tal como han venido haciendo en cada lugar en que tumbaron a los gobiernos existentes.
©Juan Manuel Aragón
Parte de la verdad, que nunca se cuenta
ResponderEliminarLos derechos humanos son solo para los guerrilleros, que martaron tantaaa gente inocentee
Y encima los indemnizaron..
BRILLANTE...MANDALE A ROSSI ASI LA LEA TAMBIÉN
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