![]() |
| Imagen de ilustración |
El 4 de noviembre del 2003 se anuncia el descubrimiento de la galaxia enana del Can Mayor, considerada entonces la más cercana a la Vía Láctea
El 4 de noviembre del 2003 se anunció el descubrimiento de la galaxia enana del Can Mayor, considerada entonces la más cercana a la Vía Láctea. Fue observada por un equipo internacional de astrónomos europeos y australianos. El hallazgo, posible gracias al análisis de datos infrarrojos del proyecto 2MASS, reveló una estructura compuesta por aproximadamente mil millones de estrellas, ubicada a tan solo 25.000 años luz del Sistema Solar, lo que modificó la comprensión sobre las vecinas inmediatas de nuestra galaxia.La investigación se llevó a cabo a través del Two Micron All Sky Survey, un ambicioso proyecto que cubrió el cielo completo en longitudes de onda infrarroja. El uso de esta tecnología permitió observar regiones ocultas tras el polvo interestelar del plano galáctico, donde se escondía la nueva galaxia. El método se basó en la detección de gigantes rojas de clase M, que sirvieron como trazadores estelares de la estructura subyacente.La galaxia enana del Can Mayor se encuentra en la constelación homónima, hacia el hemisferio sur celeste, en una posición difícil de distinguir debido a su proximidad al plano de la Vía Láctea. Los datos obtenidos confirmaron que estaba más cerca que la galaxia enana de Sagitario, detectada en 1994, lo que le otorgó el título de satélite más próximo descubierto hasta ese momento. La distancia aproximada al centro galáctico es de 42.000 años luz.
Los astrónomos describieron al objeto como una galaxia enana irregular, diferente a las esferoidales más comunes. Estimaron que contenía del orden de mil millones de estrellas, cifra pequeña en comparación con los cientos de miles de millones de la Vía Láctea, pero relevante por su aporte material al entorno galáctico. Las estrellas más visibles resultaron ser gigantes rojas, muchas de ellas distribuidas en corrientes estelares.
Las observaciones sugirieron que la galaxia enana estaba siendo desmembrada por la atracción gravitatoria de la Vía Láctea. Sus estrellas parecían extenderse formando un anillo alrededor del disco galáctico, fenómeno denominado sobredensidad de Monoceros. Este anillo fue interpretado como una corriente estelar resultante de la interacción entre ambas galaxias, prueba de que la Vía Láctea se encontraba absorbiendo a su vecina.
El descubrimiento se enmarcó en la teoría de que las grandes galaxias crecen mediante la fusión con otras más pequeñas. En el caso de la Vía Láctea, el proceso incluiría la incorporación gradual de estrellas procedentes de Can Mayor al disco grueso, alterando su composición. La masa de esta enana representaría aproximadamente un uno por ciento de la masa total de la Vía Láctea.
El hallazgo fue realizado por un consorcio de astrónomos de Francia, Italia, el Reino Unido y Australia, quienes trabajaron en la interpretación de los datos de 2MASS. El anuncio despertó interés inmediato en la comunidad científica, ya que mostraba un ejemplo cercano de cómo se forman y evolucionan las galaxias a través de interacciones jerárquicas.
Las primeras publicaciones científicas describieron tanto la posición como la distribución estelar de la enana, destacando la dificultad de diferenciarla del fondo galáctico. El reto consistía en separar las estrellas propias de la Vía Láctea de las que pertenecían a la estructura recién identificada. La coincidencia de corrientes estelares reforzó la interpretación de un objeto externo en proceso de fusión.
El hecho de que la galaxia se encontrara tan próxima al Sistema Solar resultó llamativo, ya que demostraba que aún podían descubrirse grandes estructuras en regiones relativamente cercanas. El uso de la observación infrarroja, sumado a técnicas de análisis estadístico de estrellas, abrió una nueva etapa en la exploración de la vecindad galáctica inmediata.
Con el tiempo, los estudios posteriores confirmaron la existencia de la sobredensidad de Canis Major, aunque surgieron debates sobre su naturaleza exacta. Algunos equipos propusieron interpretarla como una distorsión del propio disco galáctico, mientras otros mantuvieron la hipótesis de una galaxia enana en proceso de disolución. El anuncio del 4 de noviembre de 2003 marcó, en todo caso, un hito en la identificación de las estructuras más próximas a la Vía Láctea.
Ramírez de Velasco®



Comentarios
Publicar un comentario