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SALAMANCA Hasta estuvo Tchaikovski

¿Santigueño por opción?

El famoso compositor ruso también fue un visitante de la Salamanca, según anoticia el autor de esta nota


Por Alfredo Peláez
Leí y releí la nota del amigo Juan Manuel Aragón en el blog Ramírez de Velasco sobre una entrevista a Jorgelina Anríquez de Toledo, que fue nombrada por Cesar Eusebio Iturre como portera de la Salamanca, dependiente de la Dirección de Cultura. Ella fue la encargada de llevarlo a Peteco Carabajal a la Salamanca para que saliera mejor cantor y compositor. Dice Jorgelina que era un trabajo sencillo, había que entregarle el boarding pass (tarjeta de embarque) a los músicos que querían ir a la Salamanca. Para algunos era rápido, para otros el trámite demoraba una barbaridad. A Peteco le salió al toque.
Pero en la nota nada se dice de (Piotr Ilich Tchaikovsky o Chaikovski; Votkinsk, Rusia, 1840 - San Petersburgo, 1893). La historia dice que era un compositor ruso, pero los hermanos Ábalos le sacaron la ficha al muy sotreta, era santiagueño, hasta le hicieron un "Gatito para Tchaikovsky", en el que dicen: “Parece que Tchaikovsky era santiagueño”.
“Por Sumamao
o por Mailín,
muchos gatos i' hallao'
De esos que son de violín.
Por Sumamao
o por Mailín.
A este gato loi' encontrao'
en la Sinfónica del Colón.
Le dije así, ¡vamos ya!
que a Santiago voy.”

Sera que el santiagueño-ruso también se hizo en la Salamanca y de allí salieron sus obras más hermosas y originales, entre las que sobresalen el Concierto para violín y orquesta (1877), el ballet El lago de los cisnes (1877), la ópera Evgeny Oneguin (1878), la Obertura 1812 (1880) y Capricho italiano (1880).
En 1885, ya restablecido, regresó a Rusia, y dos años después inició una vasta gira de conciertos por Europa y América. Puede ser que en esa oportunidad llegó a Santiago y se mandó a la Salamanca, en esa época doña Jorgelina no existía.
©Ramírez de Velasco y el autor.

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