Ir al contenido principal

1931 CALENDARIO NACIONAL Monumento a Güemes

En el cerro San Bernardo

En esta fecha el presidente José Félix Uriburu inauguró el monumento al general salteño muerto el 17 de junio de 1821


El 20 de febrero de 1931 se inauguró en Salta el monumento a Martín Güemes. Está al final del paseo Güemes y a los pies del cerro San Bernardo. Güemes es uno de los héroes indiscutidos de Salta.
Fue construido con piedras de más de 75 kilos cada una, sacadas del cerro San Bernardo, tiene 25 metros de altura y está ubicado—más o menos—donde cayó por primera vez de su caballo mientras cabalgaba herido de bala a la cañada de la Horqueta, donde murió unos días después. La obra empezó en 1920 y fue concluida en 1931.
Cada 17 de junio, los salteños honran al fallecido general con desfiles de a caballo. Se destaca la “Guardia bajo las estrellas” desde la tarde del 16 hasta antes de que amanezca el 17, cuando los paisanos se reúnen al pie del monumento en tradicionales fogones y guitarreadas.
Martín Güemes, cuyo nombre completo era Martín Miguel Juan de Mata Güemes Montero de Goyechea y la Corte, nació el 8 de febrero de 1785 en Salta y murió el 17 de Junio de 1821 en Cañada de la Horqueta.
Fue gobernador de la provincia y Jefe de la Vanguardia del Ejército Auxiliar del Perú, que cumplió una destacada actuación en las luchas por la independencia. Pero no estuvo en la Batalla de Salta, desterrado por Manuel Belgrano porque prefirió andar detrás de las polleras de una mujer casada, antes que la patria.
Con escasos recursos libró una guerra defensiva de guerrillas, la única posible, que mantuvo al resto del territorio de las Provincias Unidas libre de invasiones realistas.
En 1920 en el primer gobierno de Hipólito Yrigoyen se empezó a levantar el monumento bajo la supervisión de la Dirección de Arquitectura de la Nación. La obra estuvo a cargo del arquitecto Andrés Iñigo y la dirección artística la supervisaron René Villeminot y Alberto Milillo.
El ajuste de las piezas de bronce fue hecho por obreros del arsenal Esteban de Luca del Ejército Argentino. En la inauguración estuvo presente el presidente José Félix Uriburu.​
El autor del diseño del monumento, Víctor Juan Garino, era hijo de italianos, nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1779 y falleció en Salta en 1858 a los 79 años de edad.
Este poco recordado artista, fue becario argentino en Europa, para perfeccionar sus estudios plásticos en Francia, Alemania e Italia. De regreso se dedicó al dibujo y la escultura.
Fue catedrático en la Universidad Nacional de Buenos Aires, y actuó varias veces como jurado nacional, interviniendo además en numerosos concursos en los que obtuvo premios y distinciones por sus valiosos trabajos escultóricos.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.