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Ángel Fernández Franco |
El 26 de febrero de 1991 muere El Torete, recordado por su carrera como delincuente y por su destacada participación en el cine quinqui
El 26 de febrero de 1991 murió Ángel Fernández Franco en Monteagudo, Murcia, conocido también como El Torete o El Trompetilla. Es recordado tanto por su carrera como delincuente como por su destacada participación en el cine quinqui, un género cinematográfico español que retrataba la vida de jóvenes marginales y delincuentes durante los años 70 y 80. Había nacido el 22 de enero de 1960 en Barcelona.Creció en el barrio de La Mina, en San Adrián de Besós, lugar conocido por su alta tasa de crímenes y marginación. A los diez años, conoció a Juan José Moreno Cuenca, apodado "El Vaquilla", con quien forjó una amistad que marcaría su vida tanto en la delincuencia como en el mundo del cine. Se conocieron gracias a El Tío Manolo, una figura influyente en el barrio, quien los introdujo al director José Antonio de la Loma, en busca de jóvenes para protagonizar sus películas.La carrera actoral de El Torete comenzó bajo la dirección de José Antonio de la Loma con la película "Perros callejeros" en 1977, donde interpretó un papel que lo catapultó a la fama. A este éxito le siguieron "Perros callejeros II" en 1979 y "Los últimos golpes de El Torete" en 1980. En estas películas, trabajó junto a su hermano, Basilio Fernández Franco, que también era parte del mundo delictivo. Posteriormente, en 1985, participó en "Yo, el Vaquilla", cuando interpretó a un abogado, mostrando una nueva faceta de su capacidad actoral.
Antes de rodar "Los últimos golpes de El Torete", en 1980, fue enviado a cumplir con el servicio militar en Melilla. Intentó probar suerte en el fútbol, llegando a jugar para el Bar Artillero. Durante un permiso militar, regresó a Barcelona para casarse con Soledad García, una joven de origen murciano.
No pudo escapar de sus actividades delictivas, siendo detenido en varias ocasiones. En 1987, fue capturado en Villafranca del Panadés por posesión de cocaína y un arma, un hecho que refleja la dualidad de su vida entre la fama y la ilegalidad.
En sus últimos años intentó rehacer su vida en Monteagudo, donde trabajó como transportista. Fue aquí donde supo que padecía sida, una enfermedad que en esa época no tenía cura y que finalmente le causó la muerte en 1991. Está enterrado en el Cementerio de Montjuic en Barcelona.
La música también jugó un papel importante en su vida y en el reconocimiento de su figura; grupos de rumba como Los Chichos, Los Chunguitos y Bordón 4 pusieron música a la trilogía de "Perros Callejeros". Este último grupo incluso le dedicó una canción titulada "Al Torete", consolidando su leyenda tanto en la cultura popular como en el cine.
No solo fue una figura del cine quinqui sino también un símbolo de una época y un entorno social específico en la España post-franquista. Su vida, llena de contrastes entre la delincuencia y la fama, refleja las complejidades de la juventud marginalizada de su tiempo. Su legado perdura en las películas que protagonizó y en la memoria de aquellos que aprecian el cine que documenta las realidades sociales de una forma cruda y realista.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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