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El 22 de diciembre del 2000, la Cámara de Supermercados pide protección previendo desmanes de hambrientos
El 22 de diciembre del 2000 la Cámara Argentina de Supermercados solicitó al gobierno nacional, que le brinde protección policial para sus comercios ante la posibilidad de desmanes vinculados a movilizaciones de personas que reclamaban alimentos. Se vivía un momento social tenso, con protestas que se habían intensificado en las semanas previas. El pedido buscó reforzar la seguridad y evitar incidentes en vísperas de las fiestas de fin de año.Ese día, las autoridades de la cámara comunicaron que existían advertencias respecto de grupos que planeaban presentarse en supermercados para exigir comida, una modalidad de protesta que había empezado a observarse en distintas zonas urbanas del país. Las convocatorias circulaban entre organizaciones sociales que reclamaban asistencia alimentaria para familias sin recursos.La situación de fines del 2000 estaba marcada por índices crecientes de desempleo, dificultades económicas en varios sectores y una ampliación de los reclamos por ayuda estatal. Esto generaba tensiones que se manifestaban en cortes de ruta, marchas y pedidos de provisión de alimentos básicos para comedores y grupos comunitarios.
Ante ese panorama, dirigentes del sector supermercadista expresaron que los establecimientos podían convertirse en escenarios de conflicto si no se disponía de medidas preventivas. El objetivo central consistía en evitar incidentes que pusieran en riesgo la integridad del personal y de los clientes, además de resguardar el funcionamiento habitual de los comercios.
La Cámara Argentina de Supermercados trasladó su inquietud a organismos de seguridad nacionales y provinciales, solicitando presencia policial en los lugares comerciales de mayor actividad. La demanda incluía la vigilancia en horarios de mayor circulación y la posibilidad de refuerzos en puntos estratégicos.
En los días previos ya habían circulado versiones sobre protestas orientadas a reclamar alimentos directamente en supermercados, lo que aumentó la incertidumbre en el sector. La cámara advirtió que debía evitarse cualquier situación que derivara en daños o violencia, especialmente en un período de alto movimiento comercial por la proximidad de las fiestas.
El pedido se sumó a otras expresiones de preocupación de comerciantes minoristas y mayoristas, que advertían sobre el deterioro de las condiciones sociales y la aparición de nuevas formas de protesta vinculadas a la demanda urgente de comida. Ese clima había llevado a reforzar medidas preventivas en diversas ciudades.
En paralelo, las autoridades gubernamentales analizaban la situación social y mantenían contactos con distintas organizaciones para intentar encauzar los reclamos por vías institucionales. Sin embargo, la tensión seguía elevada, especialmente en áreas donde se registraban dificultades económicas más severas.
La jornada del 22 de diciembre transcurrió con vigilancia adicional en varios centros comerciales y supermercados, en respuesta al pedido formulado por la cámara. Los establecimientos funcionaron con normalidad, aunque bajo estrictas medidas de precaución.
En ese contexto, la solicitud de protección formulada ese día quedó registrada como un gesto preventivo frente a un escenario social que continuaría deteriorándose durante los meses siguientes, cuando los reclamos por alimentos se convirtieron en un componente cada vez más visible de la situación económica argentina.
Ramírez de Velasco®


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