Ir al contenido principal

RECETAS Helados fáciles

El recorte

Se podían hacer en esos recipientes que venían con un motorcito

Estalló el calor del verano y Ramírez de Velasco continúa en su tarea de ayudar a las amas de casa, entregándoles ideas para mejorar su vida familiar, hacer las delicias de los hijos y ser la dulzura del corazón del marido. Aquí va una receta de helados fáciles con la que seguramente los suyos quedarán amándola por siempre, doña.
Ingredientes. 1 litro de leche, 1 chaucha de vainilla, 3 cucharadas soperas de maicena, 3 yemas, 6 cucharadas colmadas de azúcar molida, 3 claras, 100 gramos de crema de leche.
Varios. 2 barritas de chocolate rallado, 1 cucharada de café instantáneo, 2 cucharadas de nueces molidas, ½ vasito de coñac, ½ taza de frutas confitadas picadas.
Preparación. Hervir la leche junto con la vainilla durante unos minutos. Disolver la maicena con unas cucharadas de leche y agregar a la leche. Retirar la vainilla y dejar hervir hasta que se espese. Batir las yemas con el azúcar, agregar poco a poco, la leche espesa fría, seguir batiendo hasta que esté tibia, incorporar la crema batida y, por último, las claras batidas a nieva. Poner en las cubeteras del congelador y dejar helar. Pueden darse otros sabores, agregando, al hervir, los ingredientes mencionados en varios.
Sugerencia. Esta misma crema sirve para hacerse en las máquinas heladoras que se conectan en la heladera y se colocan en el congelador. (Nota del autor. Eran unas heladoras cuyo motorcito siempre se terminaba rompiendo y no se lo hacía arreglar, entonces el recipiente solo se ponía en el congelador para que el helado salga duro como piedra. El motorcito chau).
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.