La heroína de Francia |
En 1412 nació Juana de Arco, la Doncella de Orleáns, heroína de Francia y santa católica, quemada por bruja
El 6 de enero de 1412 nació Juana de Arco, en Domrémy, Lorena, en el seno de una familia campesina acomodada. También llamada Doncella de Orleans, fue una joven hoy considerada heroína de Francia por su papel durante la parte final de la Guerra de los Cien Años.Era una joven muy piadosa que crecía al mismo tiempo que la Guerra de los Cien Años sacudía a Francia. A los doce o trece años, declaró haber oído voces que le dieron la orden de devolver al Delfín al trono y liberar a Francia de la presencia inglesa.Resistió durante cuatro años antes de responder a este llamado. Pero las termina obedeciendo y marchó a Vaucouleurs para encontrarse con el capitán Robert de Baudricourt y convencerlo de que la ayude a obtener una audiencia con el Delfín.Luego fue a Chinon para reunirse con el futuro Carlos VII y le habló de las voces que había oído. Pero Carlos sospechó y la sometió a interrogatorios que le hicieron las autoridades religiosas de Poitiers, quienes comprobaron, entre otras cosas, su virginidad.
Les hizo cuatro predicciones: los ingleses levantarán el sitio de Orleans, el rey será coronado en Reims, París volverá al dominio real de Carlos y el duque de Orleans regresará de su cautiverio en Inglaterra. Carlos aceptó confiarle un ejército para liberar Orleans de los ingleses.
Ya la llamaban la Doncella, cuando partió hacia Orleans vestida con una armadura y llevando una espada. Envía una carta a los ingleses para advertirles de su llegada y pedirles que abandonen Orleans. Los ingleses se negaron y la declararon bruja. Juana devolvió la confianza a las tropas de soldados.
En la noche del 7 al 8 de mayo de 1429, obtuvo la victoria contra los ingleses y la noticia se extendió por toda Francia. Subió a Reims, entregando a su paso cada uno de los pueblos. El 17 de julio de 1429, Carlos fue coronado rey de Francia en la catedral de Reims en presencia de Juana y tomó el nombre de Carlos VII.
Juana de Arco había cumplido su misión: dar a Francia un rey legítimo. Luego intentó liberar París con acuerdo del rey. Pero fracasó y los borgoñones la hicieron prisionera en Compiègne el 23 de mayo de 1430.
Fue vendido a los ingleses y llevada a Rouen para ser juzgada por un tribunal religioso francés. La acusaron de herejía y la quemaron viva en la Place du Vieux-Marché de Rouen el 30 de mayo de 1431.
Carlos VII no intervino para entregarla cuando ella le había ayudado a acceder al trono. Pero 25 años después, a pedido de su madre y del Papa Calixto III, se hizo un proceso de rehabilitación. Se anuló la primera sentencia que la acusaba de bruja.
Fue canonizada en 1920 por Benedicto XV.
©Juan Manuel Aragón
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