Rehenes del terrorismo |
Cansancio y bronca por la guerra en Israel, pero con la moral alta, según escribe uno de los corresponsales en Raanana
Por Matías Mondschein
A 98 días, del 7 de octubre, con más de 120 rehenes, varios de ellos con ciudadanía argentina, es insólito que Israel sea acusado en la Corte Internacional de La Haya. Quien lo acusa es Sudáfrica, con el apoyo de varios países, que se prestaron a esta parodia del Hamás.
Tras el feroz ataque del 7 de octubre, Israel se mantiene atada voluntariamente a los convenios internacionales de las guerras. Pero del otro lado, no hay con quién hablar, ni la Organización de las Naciones Unidas ni la Cruz Roja, pueden dar certeza o ayuda a los rehenes israelíes y su situación.
El Hamás utiliza escudos humanos, roba ayuda humanitaria y sigue su juego mental en una guerra desigual. Pero acusan a Israel de genocidio.
Pregunta, ¿dónde estaba Sudáfrica cuando fueron las muertes en Yemen, Sudán o Siria?
La única acusación que vale es que que sostiene que porque Israel está en el medio se debe atacarlo. No hay otra forma de explicar el odio a este país y al movimiento sionista que, con éxito, forma la base del Estado de Israel.
En el territorio israelí, hay 2 millones de musulmanes que tienen cédula de identidad israelí. Trabajan en diferentes lugares, como mi escuela de educación especial, soy testigo de la integración entre diferentes religiones.
La acusación se dio solo por el odio a Israel, el odio a que pueda defenderse y habitar esta tierra. Odio que pueda cumplir la voluntad de D´s (Dios), en este mundo: Hacer que sea una morada divina en la Tierra.
Son ya 98 días sin respuestas, con cansancio y bronca, Pero la moral sigue alta.
Shabat Shalom
©Ramírez de Velasco
El Hamás utiliza escudos humanos, roba ayuda humanitaria y sigue su juego mental en una guerra desigual. Pero acusan a Israel de genocidio.
Pregunta, ¿dónde estaba Sudáfrica cuando fueron las muertes en Yemen, Sudán o Siria?
La única acusación que vale es que que sostiene que porque Israel está en el medio se debe atacarlo. No hay otra forma de explicar el odio a este país y al movimiento sionista que, con éxito, forma la base del Estado de Israel.
En el territorio israelí, hay 2 millones de musulmanes que tienen cédula de identidad israelí. Trabajan en diferentes lugares, como mi escuela de educación especial, soy testigo de la integración entre diferentes religiones.
La acusación se dio solo por el odio a Israel, el odio a que pueda defenderse y habitar esta tierra. Odio que pueda cumplir la voluntad de D´s (Dios), en este mundo: Hacer que sea una morada divina en la Tierra.
Son ya 98 días sin respuestas, con cansancio y bronca, Pero la moral sigue alta.
Shabat Shalom
©Ramírez de Velasco
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