La respuesta de Perón |
En esta fecha del 46, el Departamento de Estado norteamericano se inmiscuyó en la política argentina
El 12 de febrero de 1946, el Departamento de Estado norteamericano, dio a conocer el “Libro Azul”. Intentaba así favorecer a Unión Democrática, coalición de partidos políticos que enfrentarían a Juan Perón en la elección del 24 de ese mes.Fue un evidente intento de desprestigiar la candidatura de Juan Domingo Perón. El documento llevaba por título “Consultas entre las repúblicas americanas respecto de la situación argentina”, pero se lo conoció como Libro Azul, por el color de sus tapas. Se intentaba vincular al gobierno militar argentino, y en especial a Perón, con la Alemania nazi durante la guerra.El diario La Vanguardia ofreció una amplia cobertura. Su tapa del 15 llevaba un título a toda página: “La pandilla nazi crea a la Argentina una situación gravísima”. Decía que la aparición del documento norteamericano fue “de luto para la Patria” pues “una camarilla ha negociado con el bando nazi el prestigio internacional de la Argentina”.Este documento era impulsado por Spruille Braden, secretario para Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado norteamericano y antiguo embajador en la Argentina entre mayo y septiembre de 1945.
Sostenía que las autoridades militares argentinas buscaban instalar un “Cuarto Reich” y que el principal instigador era Perón —que a la sazón era vicepresidente—Braden se inmiscuyó deliberada y descaradamente en los asuntos internos del país. Durante el tiempo de su embajada, fue el virtual jefe de la oposición política al gobierno y principal auspiciante de la Unión Democrática.
Braden era resistido por los trabajadores, que carecían de medios para opinar, la prensa escrita no ahorró elogios para este atrevido diplomático. La Vanguardia lo llamaba “eminente demócrata”, “extraordinario embajador” y “benemérito amigo de la Argentina “. El gobierno de Edelmiro Farell refutó las acusaciones norteamericanas con otro documento, pero la gente esperaba la respuesta de Perón.
Y no se hizo esperar, en la proclamación de su candidatura dijo: “¡Denuncio al pueblo de mi Patria que el señor Spruille Braden es el inspirador, creador, organizador y jefe verdadero de la Unión Democrática! Sepan quienes voten el 24 por la fórmula del contubernio oligárquico-comunista, que con este acto entregan el voto al señor Braden. La disyuntiva en esta hora trascendental es esta: ¡Braden o Perón¡”.
La Vanguardia ratificó su defensa del diplomático norteamericano. Dijo que las palabras de Perón eran “el golpe anticipado que el candidato del nazinacionalismo continuista pretende asestar al ex embajador de Estados Unidos “, por lo que “miente y agravia al país, al atacar a Braden” Y agregó: “El señor Braden vino aquí, enviado por el gobierno de su país, para poner al descubierto el doble juego de la dictadura en materia de sus compromisos panamericanos. Su actividad, su energía y su claridad sin eufemismos contribuyó sí, a que definiéramos a Perón y al núcleo al que está ligado”.
Como suele suceder en estos casos, al menos en estos países del sur, la maniobra del Departamento de Estado terminó de convencer a los últimos indecisos de la conveniencia de votar a Perón. Días después, el candidato que a la postre resultó vencedor respondió con el “Libro Azul y Blanco”, en el que refutaba las conclusiones del documento yanqui, pero en realidad no importaba lo que decía, sino la indignación que movió a muchos a votar a Perón para castigar la insolencia norteamericana.
©Juan Manuel Aragón
Evidentemente fue una lamentable intervención en los asuntos del país, que no debió apoyar abiertamente a un candidato en tiempos de elecciones.
ResponderEliminarPero evidentemente era todo cierto.