Karl Jaspers |
El 26 de febrero de 1969 muere Karl Jaspers, filósofo alemán que abordó el tema desde la preocupación directa del hombre por su propia existencia
El 26 de febrero de 1969 murió Karl Jaspers, en Basilea, Suiza. Fue un filósofo alemán, uno de los existencialistas más importantes de su país, que abordó el tema desde la preocupación directa del hombre por su propia existencia. En su obra posterior, como reacción a las perturbaciones del dominio nazi en Alemania y la Segunda Guerra Mundial, buscó una nueva unidad de pensamiento a la que llamó filosofía mundial. Había nacido el 23 de febrero de 1883 en Oldenburg, Alemania.Era el mayor de los tres hijos de Karl Wilhelm Jaspers y Henriette Tantzen. Sus antepasados de ambos lados eran campesinos, comerciantes y pastores que habían vivido en el norte de Alemania durante generaciones. Su padre, abogado, era alto agente de policía del distrito y, finalmente, director de un banco.Fue delicado y enfermizo en su infancia. Como consecuencia de sus numerosas enfermedades infantiles, desarrolló bronquiectasias (una dilatación crónica de los bronquios) durante su adolescencia, y esta condición le provocó una descompensación cardíaca (la incapacidad del corazón para mantener una circulación adecuada). Estas dolencias supusieron una grave desventaja a lo largo de su vida adulta.
Ingresó en la Universidad de Heidelberg en 1901 y se matriculó en la facultad de derecho; al año siguiente se trasladó a Munich, donde continuó sus estudios de derecho, pero sin mucho entusiasmo. Pasó los siguientes seis años estudiando medicina en las universidades de Berlín, Göttingen y Heidelberg. Después de completar su examen estatal para ejercer la medicina en 1908, escribió su disertación Heimweh und Verbrechen (“Nostalgia y crimen”). En febrero de 1909 se registró como médico. Ya durante sus años de estudiante conoció a su futura esposa, Gertrud Mayer, con la que se casó en 1910.
En 1909 se convirtió en asistente de investigación voluntario en la clínica psiquiátrica de la Universidad de Heidelberg, cargo que ocupó hasta 1915. La clínica estaba dirigida por el renombrado neuropatólogo Franz Nissl, quien había reunido un excelente equipo de asistentes. Debido a su deseo de aprender psiquiatría a su manera, sin que sus profesores lo restringieran a ningún patrón particular de pensamiento, Jaspers eligió trabajar en su propio tiempo, a su propio ritmo y con pacientes en los que estaba particularmente interesado. Esto se le concedió sólo porque aceptó trabajar sin salario.
Cuando comenzó su investigación, se consideraba que la psiquiatría clínica tenía una base empírica, pero carecía de un marco sistemático subyacente de conocimiento. Se ocupaba de diferentes aspectos del organismo humano que podían afectar al comportamiento de los seres humanos que padecían enfermedades mentales. Estos aspectos iban desde influencias anatómicas, fisiológicas y genéticas hasta influencias neurológicas, psicológicas y sociológicas. El estudio de estos aspectos abrió el camino a la comprensión y explicación del comportamiento humano. El diagnóstico era de suma importancia; La terapia fue en gran medida descuidada. Consciente de esta situación, Jaspers se dio cuenta de las condiciones que se requerían para establecer la psicopatología como ciencia: había que encontrar un lenguaje que, sobre la base de investigaciones realizadas previamente, fuera capaz de describir los síntomas de la enfermedad lo suficientemente bien como para facilitar resultados positivos.
Intentó llevar los métodos de la fenomenología (la investigación directa y la descripción de fenómenos experimentados conscientemente, sin teorías sobre su explicación causal) al campo de la psiquiatría clínica. Estos esfuerzos pronto dieron sus frutos y se estableció su reputación como investigador a la vanguardia de los nuevos avances en psiquiatría. En 1911, cuando sólo tenía 28 años, Ferdinand Springer, un conocido editor, le pidió que escribiera un libro de texto sobre psicopatología; completó la Allgemeine Psychopathologie (Psicopatología General) dos años después. El trabajo se distinguió por su enfoque crítico de los diversos métodos disponibles para el estudio de la psiquiatría y por su intento de sintetizar estos métodos en un todo cohesivo.
En 1913, en virtud de su estatus en el campo de la psicología, ingresó en la facultad de filosofía (que tenía un departamento de psicología) de la Universidad de Heidelberg. Su avance académico en la universidad fue rápido. En 1916 fue nombrado profesor asistente de psicología; en 1920 profesor asistente de filosofía; en 1921 profesor de filosofía; y en 1922 asumió la segunda cátedra en ese campo.
La transición de la medicina a la filosofía se debió en parte al hecho de que, si bien la facultad de medicina contaba con personal completo, la facultad de filosofía necesitaba un psicólogo empírico. Pero la transición también correspondió al desarrollo intelectual de Jaspers.
En 1919 publicó algunas de sus conferencias, tituladas Psychologie der Weltanschauungen (“Psicología de las visiones del mundo”). No pretendía presentar una obra filosófica sino una destinada a demarcar los límites de una comprensión psicológica del hombre. Sin embargo, este trabajo tocó la frontera de la filosofía. Allí se presagiaban todos los temas básicos que se desarrollaron plenamente más tarde en sus principales obras filosófica. Al investigar los límites legítimos del conocimiento filosófico, intentó aclarar la relación entre la filosofía y la ciencia. Para él la ciencia era el conocimiento de hechos que se obtienen mediante principios metodológicos eruditos y que son apodícticamente ciertos y universalmente válidos. Como Max Weber, sociólogo e historiador, afirmó que los principios científicos también se aplicaban a las ciencias sociales y a las humanísticas. A diferencia de la ciencia, Jaspers consideraba la filosofía como una interpretación subjetiva del Ser, que, aunque proféticamente inspirada, intentaba postular normas de valor y principios de vida como universalmente válidos. A medida que Jaspers profundizó su comprensión de la filosofía, gradualmente descartó su creencia en el papel de una visión profética en filosofía. Invirtió todas sus energías en el desarrollo de una filosofía que fuera independiente de la ciencia pero que no sustituyera a las creencias religiosas.
Aunque el sistema resultante presuponía la ciencia, traspasó los límites de la ciencia en un esfuerzo por iluminar la totalidad de la existencia del hombre. La existencia del hombre no significaba simplemente estar en el mundo sino más bien la libertad de ser del hombre. La idea de ser uno mismo significaba para Jaspers la posibilidad de realizar la libertad de estar en el mundo. Así, la tarea de la filosofía era apelar a la libertad del individuo como sujeto que piensa y existe y centrarse en la existencia del hombre como centro de toda realidad.
La elaboración de estas ideas germinales ocupó el pensamiento de Jasper de 1920 a 1930. Durante esta década, su cuñado, Ernst Mayer, filósofo de renombre, trabajó con él. Durante estos años disfrutó también de la amistad de Martín Heidegger. Un poco más tarde, esta amistad se rompió debido a la entrada de Heidegger en el Partido Nacionalsocialista.
En los primeros años de la década de 1930 los frutos de su labor intelectual se hicieron evidentes: en 1931 se publicó Die geistige Situation der Zeit (El hombre en la edad moderna); en 1932 aparecieron los tres volúmenes de Philosophie (Philosophy), quizás la presentación más sistemática de la filosofía existencial en lengua alemana. En 1932 también apareció un libro sobre Max Weber.
Cuando Hitler llegó al poder en 1933, Jaspers fue tomado por sorpresa, ya que no se había tomado en serio el nacionalsocialismo. Pensó que este movimiento se destruiría a sí mismo desde dentro, lo que conduciría a una reorganización y liberación de las otras fuerzas políticas activas en ese momento. Estas expectativas, sin embargo, no se materializaron. Como su esposa era judía, calificaba como enemigo del Estado.
A partir de 1933 fue excluido de los consejos superiores de la Universidad, pero se le permitió enseñar y publicar. En 1935 apareció la primera parte de su futuro trabajo sobre lógica, titulada Vernunft und Existenz (Razón y Existencia); en 1936 un libro sobre Nietzsche; en 1937 un ensayo sobre Descartes; en 1938 publicó otro trabajo preliminar a su lógica, titulado Existenzphilosophie (Filosofía de la Existencia, 1971). A diferencia de muchos otros intelectuales de esa época, no estaba dispuesto a hacer concesiones a las doctrinas del nacionalsocialismo. En consecuencia, se promulgaron una serie de decretos en su contra, incluida la destitución de su cátedra y la prohibición total de cualquier publicación posterior. Estas medidas le impidieron efectivamente continuar su trabajo en Alemania.
Sus amigos intentaron ayudarlo a emigrar a otro país. Al final le concedieron permiso en 1942 para ir a Suiza, pero los nazis exigieron que su esposa permaneciera en Alemania. Se negó a aceptar esta condición y decidió quedarse con su esposa, a pesar de los peligros. Sus amigos tuvieron que esconder a su esposa. Ambos habían decidido, en caso de ser detenidos, suicidarse. En 1945, una fuente fiable le dijo que su deportación estaba prevista para el 14 de abril. Sin embargo, el 30 de marzo, Heidelberg fue ocupada por los norteamericanos.
Desilusionado por los acontecimientos de estos años, Jaspers se encerró cada vez más en sí mismo. Revisó la Psicopatología general en un esfuerzo por hacerla representar el punto culminante de una búsqueda libre pero responsable del conocimiento del hombre, distinto de la ciencia, que lo había traicionado. También completó su obra sobre lógica, Von der Wahrheit (“De la verdad”), cuya primera parte pretendía arrojar luz de la razón sobre las enseñanzas irracionales de la época. Estas obras aparecieron impresas en 1946 y 1947.
Después de la capitulación de Alemania, se vio ante la tarea de reconstruir la universidad y ayudar a lograr un renacimiento moral y político del pueblo. Dedicó todas sus energías en los años de la posguerra al cumplimiento de estas dos tareas. También representó los intereses de la universidad ante las potencias militares. Reunió sus ideas sobre la mejor manera de reconstruir las universidades en su obra Die Idee der Universität (La idea de la universidad). Pidió una desnazificación completa del personal docente, pero esto resultó imposible porque el número de profesores que nunca habían llegado a un acuerdo con los nazis era demasiado pequeño. Sólo gradualmente la universidad autónoma de los años prenazis pudo volver a imponerse en Alemania.
Consideró que el reconocimiento de la culpa nacional era una condición necesaria para el renacimiento moral y político de Alemania. En una de sus mejores obras políticas, Die Schuldfrage (La cuestión de la culpa alemana), afirmó que quien hubiera participado activamente en la preparación o ejecución de crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad era moralmente culpable.
Sin embargo, aquellos que toleraron pasivamente estos acontecimientos porque no querían convertirse en víctimas del nazismo sólo eran responsables políticamente. En este sentido, todos los supervivientes de esta época tenían la misma responsabilidad y compartían una culpa colectiva. En su opinión, el hecho de que nadie pudiera escapar de esta culpa y responsabilidad colectivas podría permitir al pueblo alemán transformar su sociedad desde su estado de colapso a una democracia más desarrollada y moralmente responsable.
El hecho de que estas ideas apenas atrajeran la atención fue una decepción adicional para Jaspers. En la primavera de 1948 aceptó una cátedra de filosofía en Basilea, Suiza. A pesar del aparente abandono de sus ideas sobre una regeneración moral del pueblo alemán, muchos alemanes consideraron su partida a Basilea como una traición. El propio Jaspers esperaba encontrar allí una tranquilidad que le permitiera trabajar y revisar una vez más su enfoque en todo el campo de la filosofía.
Esta revisión estuvo guiada principalmente por la convicción de que la tecnología moderna en la esfera de las comunicaciones y la guerra había hecho imperativo que la humanidad luchara por la unidad mundial. Este nuevo desarrollo en su pensamiento fue definido por él como filosofía mundial, y su tarea principal era la creación de un modo de pensamiento que pudiera contribuir a la posibilidad de un orden mundial libre.
La transición de la filosofía de la existencia a la filosofía del mundo se basó en su creencia de que un tipo diferente de lógica haría posible que existiera la libre comunicación entre toda la humanidad.
Dado que todo pensamiento se basa esencialmente en creencias, razonó, la tarea que enfrenta el hombre es liberar el pensamiento filosófico de todos los apegos a los objetos transitorios de este mundo. Para reemplazar las objetivaciones anteriores de todos los sistemas metafísicos y religiosos, Jaspers introdujo el concepto de cifrado. Se trataba de una abstracción filosófica que podía representar todos los sistemas, siempre que se comunicaran entre sí mediante la cifra.
En otras palabras, el concepto de cifra permitió que todos los diversos sistemas de pensamiento compartieran un terreno común, lo que condujo a una tolerancia mucho mayor de la que nunca antes había sido posible. Una historia mundial de la filosofía, titulada Die grossen Philosophen (La gran filosofía), tenía como objeto investigar hasta qué punto todo pensamiento pasado podía llegar a ser comunicable.
Jaspers también se comprometió a escribir una historia universal del mundo, llamada Vom Ursprung und Ziel der Geschichte (El origen y el objetivo de la historia). En el centro de la historia está el período axial (del 800 al 200 a. C.), durante el cual surgieron todas las creaciones fundamentales que subyacen a la civilización actual del hombre. A partir de las ideas que tuvo al preparar este trabajo, se dio cuenta de la posibilidad de una unidad política del mundo en una obra de 1958 llamada Die Atombombe und die Zukunft des Menschen (El futuro de la humanidad). El objeto de esta unión política mundial no sería la soberanía absoluta sino más bien una confederación mundial, en la que las distintas entidades pudieran vivir y comunicarse en libertad y paz.
Bajo la influencia de estas ideas, observó de cerca, durante los últimos años de su vida, tanto la política mundial como la política de Alemania. Cuando le pareció que los esfuerzos por la democracia en Alemania se estaban convirtiendo cada vez más en una oligarquía nacional de partidos, escribió un amargo ataque contra estas tendencias en Wohin treibt die Bundesrepublik (El futuro de Alemania). Este libro causó mucha molestia entre los políticos de Alemania Occidental de todos los matices. Jaspers, a su vez, reaccionó a su injusta recepción devolviéndole su pasaporte alemán en 1967 y obteniendo la ciudadanía suiza.
En el momento de su muerte en 1969, había publicado 30 libros. Además, había dejado 30.000 páginas manuscritas, así como una extensa e importante correspondencia.
©Juan Manuel Aragón
Comentarios
Publicar un comentario