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1977 ALMANAQUE MUNDIAL Voyager

La Voyager 2

El 20 de agosto de 1977, se lanza la nave Voyager 2 desde la Estación de Cañaveral, Florida, rumbo a Saturno y más allá

El 20 de agosto de 1977, se lanzó la nave Voyager 2 desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, Florida, rumbo a Saturno y más allá, como parte del programa Voyager de la NASA para explorar los planetas exteriores del sistema solar. Equipada con instrumentos científicos y un disco de oro con sonidos de la Tierra, marcó un hito en la exploración espacial al visitar Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno.
En la década de 1970, la NASA aprovechó una rara alineación planetaria que ocurría cada 175 años para planificar la misión Voyager. Diseñada para estudiar Júpiter y Saturno, la trayectoria de Voyager 2 tenía la posibilidad de visitar Urano y Neptuno. El proyecto, liderado por el Jet Propulsion Laboratory (JPL) en Pasadena, California, tuvo un presupuesto de 250 millones de dólares para ambas naves, Voyager 1 y 2.
Voyager 2, construida por el JPL, pesaba 721 kilogramos y llevaba 11 instrumentos científicos, entre ellos cámaras, espectrómetros y detectores de plasma. Alimentada por generadores termoeléctricos de radioisótopos, podía operar durante décadas. El diseño incluyó una antena de alta ganancia de 3,7 metros para enviar datos a la Tierra desde distancias interplanetarias, una hazaña tecnológica para la época.
El lanzamiento fue a las 10 y 29 de la mañana, utilizando un cohete Titan IIIE-Centaur. La fecha, 20 de agosto de 1977, fue elegida para aprovechar la ventana de lanzamiento óptima. Voyager 2 despegó 16 días antes que Voyager 1, aunque esta última llegó primero a Júpiter y Saturno debido a una trayectoria más directa. Cientos de ingenieros y científicos monitorearon el despegue desde Cabo Cañaveral.
El objetivo inicial era estudiar los sistemas de Júpiter y Saturno, sus lunas y anillos. Voyager 2 alcanzó Júpiter en julio de 1979, enviando imágenes detalladas de la Gran Mancha Roja y descubriendo volcanes activos en Ío. En agosto de 1981, llegó a Saturno, capturando datos sobre sus anillos y lunas como Titán. La misión se extendió a Urano en 1986 y Neptuno en 1989.
El Disco de Oro, ideado por Carl Sagan, fue una adición icónica. Grabado en cobre y cubierto de oro, contenía 115 imágenes, sonidos naturales, música de Bach, Beethoven y Chuck Berry, y saludos en 55 idiomas. Pensado como un mensaje para posibles civilizaciones extraterrestres, se fijó en la estructura de la nave junto a instrucciones para reproducirlo.
La preparación del lanzamiento involucró años de trabajo. Desde 1972, el JPL diseñó las naves para resistir la radiación de Júpiter y operar en el vacío espacial. Los instrumentos fueron calibrados para medir campos magnéticos, partículas cósmicas y atmósferas planetarias. El equipo, dirigido por Edward Stone, coordinó pruebas rigurosas para garantizar el éxito de la misión.
El cohete Titan IIIE-Centaur, de 50 metros de altura, fue ensamblado en Cabo Cañaveral. El lanzamiento, transmitido por canales como CBS, atrajo la atención de millones. La nave alcanzó una velocidad de escape de 15 kilómetros por segundo, abandonando la órbita terrestre en minutos. La trayectoria fue ajustada con maniobras precisas para alinearse con Júpiter.
Voyager 2 enfrentó desafíos técnicos iniciales. Días después del lanzamiento, un fallo en el sistema de control de la antena amenazó la comunicación. Los ingenieros del JPL reprogramaron la nave desde la Tierra, resolviendo el problema. Este incidente demostró la robustez del diseño y la capacidad del equipo para manejar imprevistos a millones de kilómetros.
La misión marcó un hito en la colaboración internacional. Científicos de universidades de Estados Unidos y Europa contribuyeron al análisis de datos. Las imágenes y mediciones enviadas por Voyager 2, recibidas por la Red del Espacio Profundo de la NASA, proporcionaron información sin precedentes sobre los planetas exteriores, redefiniendo el conocimiento del sistema solar.
Ramírez de Velasco®

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