Ir al contenido principal

1975 CALENDARIO NACIONAL Scotta

Héctor Scotta

El 23 de noviembre de 1975 Héctor Scotta, de San Lorenzo de Almagro, convierte su gol número 48 y supera un récord

El 23 de noviembre de 1975 Héctor Horacio Scotta, delantero de San Lorenzo de Almagro, convirtió su gol número 48 en el Campeonato Metropolitano y superó el récord histórico de Arsenio Erico, quien en
1937 había alcanzado la marca de 47 tantos con la camiseta de Independiente. El logro, conseguido en el estadio de Huracán frente a Estudiantes de La Plata, quedó registrado como una de las hazañas individuales más notorias en la historia del fútbol argentino, en un torneo que lo consagró como máximo artillero de la temporada.
Nacido el 27 de septiembre de 1950 en San Justo, provincia de Santa Fe, Scotta llegó a San Lorenzo en 1971 procedente de Unión. Se destacó rápidamente por su capacidad goleadora, su remate potente y su instinto dentro del área, lo que lo convirtió en una de las figuras más relevantes del equipo azulgrana en la primera mitad de la década de 1970. Su estilo de juego, directo y eficaz, lo llevó a ser apodado “El Gringo” por la hinchada.
El récord que superó llevaba 38 años vigente. Arsenio Erico, delantero paraguayo que brilló en Independiente, había establecido en 1937 una marca de 47 goles en un solo torneo, considerada inalcanzable durante décadas. La comparación entre ambos goleadores fue inmediata, y el logro de Scotta adquirió resonancia no solo en el ámbito local, sino también en la prensa internacional, que destacó la vigencia de una cifra de tal magnitud.
La campaña de San Lorenzo en aquel Metropolitano de 1975 fue irregular, pero la producción ofensiva de Scotta marcó la diferencia. El delantero convirtió en casi todos los partidos y acumuló jornadas con más de un tanto. Su capacidad para ejecutar remates de larga distancia y su efectividad en situaciones de área pequeña resultaron decisivas para alcanzar la marca que lo colocó en la cima de los artilleros históricos de un torneo de Primera División.
El gol número 48 llegó en la última fecha del campeonato, disputada en el estadio Tomás Adolfo Ducó, donde San Lorenzo actuaba como local frente a Estudiantes de La Plata. La anotación superó la cifra de Erico y fue celebrada con especial énfasis por los hinchas, conscientes de estar presenciando un hecho sin precedentes en el fútbol argentino. Ese día, además, se cerraba la participación del equipo en el certamen.
La cifra final de 48 goles en 52 partidos convirtió a Scotta en el máximo artillero no solo de ese Metropolitano, sino también de toda la temporada 1975. A lo largo del año sumó 60 tantos oficiales, cifra que reforzó su condición de especialista en la definición. Su promedio de casi un gol por encuentro se mantuvo como referencia en los registros estadísticos del fútbol argentino.
El impacto de la marca se extendió al plano internacional. Diversos medios destacaron la proeza de un futbolista que, en una época sin los actuales recursos de preparación física y táctica, había conseguido superar un récord que parecía insuperable. La trascendencia del hecho fortaleció el prestigio de los delanteros surgidos en el fútbol argentino en una década particularmente fértil en figuras.
Scotta permaneció en San Lorenzo hasta 1976, cuando fue transferido al Sevilla de España. Allí continuó su carrera en el fútbol europeo, aunque la huella más profunda de su trayectoria quedó asociada al récord de 1975 en Argentina. Con la camiseta azulgrana disputó más de 200 partidos oficiales y sumó 140 goles, muchos de ellos convertidos en aquella temporada histórica.
La marca de 48 goles en un torneo quedó registrada en la estadística oficial de la Asociación del Fútbol Argentino y permaneció vigente como un hito de referencia durante décadas. En la memoria de la competición local, el registro de Scotta de 1975 se mantuvo como uno de los grandes logros individuales.
Ramírez de Velasco®

Comentarios

Entradas populares (últimos siete días)

Por qué la Roca no es avenida

La Roca, calificada por la comuna Una arteria de la ciudad es calificada de una manera que no corresponde, entérese en una nota que publicaron en Info del Estero , por qué sucede esto Este artículo  de Juan Manuel Aragón, intenta develar el misterio de porqué a la Roca, en Santiago, le dicen avenida cuando es una simple y cualunque calle, como cualquier otra. De paso cuenta otras cositas que seguramente a usted le van a interesar mucho. Y deja unas incógnitas que se contarán más adelante. Por si no se dio cuenta, mire la nota aquí

1951 AGENDA PROVINCIAL Castiglione

Antonio Castiglione El 19 de noviembre de 1951 nace Antonio Virgilio Castiglione, abogado, escribano e historiador El 19 de noviembre de 1951 nació Antonio Virgilio Castiglione. Es un abogado y escribano santiagueño, recibido en la Universidad Nacional de Tucumán en 1975. También es historiador. Es, además Magister en Dirección de Empresas de la Universidad Católica de Santiago del Estero y empresario, periodista, investigador y escritor. Tiene un Certificate of Proficiency in English de la Universidad de Michigan, otorgado en 1971. Ha sido presidente del Tribunal de Cuentas de Santiago del Estero de 1984 a 1987 y vicepresidente del Secretariado Permanente de Tribunales de Cuentas de la Argentina. Coautor del proyecto de reformas de la Constitución provincial, y convencional constituyente provincial en 1986. Fue asesor en la Convención Nacional Constituyente de Santa Fe, en 1994. También se desempeñó como expositor y panelista en el XIII Congreso de Tribunales de Cuentas de Brasil, en ...

ANTISEMITISMO Espejo desagradable del momento

Claudia Sheinbaum Claudia Sheinbaum Pardo: la actual presidente de México convertida en blanco del odio por un origen que nunca abrazó Por Bernardo Abramovici Levin Que a Claudia Sheinbaum Pardo, actual presidente de México, la hayan insultado con un “puta judía” es mucho más que una agresión: es un espejo desagradable del momento histórico que estamos viviendo. Y no solo porque el insulto es repugnante en sí mismo, sino porque revela la lógica más podrida del antisemitismo contemporáneo: perseguir incluso a quien jamás se vinculó con la identidad que otros le atribuyen. Porque si algo caracterizó a Sheinbaum desde el inicio de su vida política es justamente esto: nunca se definió como judía. Nunca lo militó, nunca lo exhibió, nunca lo convirtió en identidad pública, cultural ni religiosa. Su biografía, sus discursos, sus prioridades, sus batallas… nada en su trayectoria gira en torno a ese origen familiar remoto. Y, aun así, el odio la encuentra. El antisemitismo la persigue. Los coba...

SEXO Masculino y femenino (con imprescindibles vídeos)

La foto que nunca se sacaron Malats y Tárrega Joaquín Malats y Francisco Tárrega, dos músicos españoles, componen piezas que, en una mirada muy particular, son simétricamente humanas Dedicado a mis hermanos y sobrinos A continuación, propondré a los seguidores de esta página, una lectura diferente. Para eso he agregado a esta nota, dos vídeos, que ayudarán a entenderla. Para empezar, diré que mi padre era guitarrista aficionado que tocaba, por música, piezas de Fernando Sors, Francisco Tárrega, Joaquín Malats, Atahualpa Yupanqui, Eduardo Falú. Además, tangos, boleros, lo típico entre los que suelen tocar en el living de la casa, para los parientes, para los amigos. De entre todo lo que tocaba, destacaba dos composiciones la Serenata Española, de Joaquín Malats, y Adelita, de Francisco Tárrega. Adelita es una mazurca para guitarra inspirada en la danza polaca popularizada por Chopin. Está dedicada probablemente a una alumna o admiradora llamada Adela y combina ternura melódica con refin...

COSTUMBRES Los nombres que fuimos

Ilustración nomás Santos del almanaque, series extranjeras y otras fuentes de la elección revelan un modo de entender el mundo y la pertenencia cultural Marcelo. Rubén. Clara. Alicia. Ernesto. Rosa. Más o menos así eran los nombres cuando los elegían comunes, corrientes. Los padres sabían que, siendo un acto fundamental, no debían buscar la originalidad: eso estaba garantizado por la misma esencia humana. Así como no había dos personas iguales, un Juan Carlos no se parecía a otro. Aunque muchos no lo supieran, había conciencia del idioma en que se pronunciarían los nombres de pila. No se trataba solo de gusto o tradición: había una intuición del sonido, de la música del nombre dentro de la lengua materna. Los padres sabían, aunque no lo dijeran o no lo supieran, que un Juan o un María sonaban naturales en español, redondos, familiares. Un Pedro tenía peso; un Ana, dulzura. Cada nombre encajaba como una pieza dentro del idioma, sin chirridos ni extranjerías. Nadie pensaba en cómo lo pro...