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| Arco de entrada de Matará |
El 22 de noviembre del 2013, la Legislatura sanciona la ley que declaró “Pueblo Histórico a Villa Matará, en el departamento Ibarra
El 22 de noviembre del 2013, la Legislatura sancionó la ley 7131, que declaró a Villa Matará, departamento Ibarra, como “Pueblo Histórico”. Se trata de un lugar de profunda relevancia histórica y cultural, cuna de figuras clave y acontecimientos que marcaron el devenir de la región.Conocida como Villa Matará, a 125 kilómetros de la capital provincial, en el corazón del monte santiagueño, es un símbolo de la identidad provincial, estrechamente ligado a la historia de la autonomía de Santiago del Estero y a la evangelización del norte argentino.En sus calles, el 27 de abril de 1820 resuena con fuerza, pues esa fecha fue la elegida por Juan Felipe Ibarra, nacido en este antiguo pueblo de indios para proclamar la autonomía provincial, hito que consolidó la independencia de Santiago del Estero respecto de otras jurisdicciones.
Ibarra, guerrero de la independencia y figura central de la historia argentina, es recordado como el autor material de este acto fundacional, y su legado sigue vivo en las conmemoraciones que cada año reúnen a la comunidad en Villa Matará. La ley reconoció su papel como cuna de gobernadores y espacio de evangelización.
El 1 de septiembre de 1814, nació ahí el que sería el general Antonino Taboada, hijo de Leandro Taboada y María Agueda Ibarra, que se convirtió en una figura clave en las luchas políticas del siglo XIX, fortaleciendo la influencia de la región en el contexto nacional.
La presencia de la santa María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como Mama Antula, añade un capítulo espiritual a la historia de Matará. En el siglo XVIII, esta beata jesuita evangelizó el lugar, dejando una huella imborrable que aún se celebra en actos religiosos y culturales.
En el 2016, otro hito, Villa Matará fue escenario de un emotivo festejo por los 196 años de la autonomía provincial, organizado por la docente Sonia Villalba y acompañado por una misa concelebrada por los padres Rubén Lassaga y Enrique Álvarez, cuando se destacó la conexión de la comunidad con su pasado.
Más allá de acontecimientos puntuales, Matará es un reflejo de la resistencia y la riqueza cultural santiagueña. Durante los siglos XVII y XVIII, ese antiguo pueblo de indios fue escenario de padrones para la recaudación de tributos, como el ordenado por el Sargento Mayor José Díaz Caballero, evidenciando la organización social de la época.
Además, la región fue hogar de figuras como Francisco de Urréjola Peñaloza, nacido en Santiago del Estero y miembro de la Compañía de Jesús, cuya vida ilustra los lazos transnacionales de la colonia.
Hoy, Villa Matará sigue siendo un punto de encuentro para la memoria colectiva, pues las tradiciones, la fe y el orgullo por su historia se entrelazan en cada celebración, reafirmando su lugar como un pilar de la identidad santiagueña.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®



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