Ir al contenido principal

44 a. C. ALMANAQUE MUNDIAL Julio César

El asesinato del dictador

El 15 de marzo del 44 a.C. muere apuñalado Julio César, dictador vitalicio de Roma: síntesis de ese momento


El 15 de marzo del 44 a. C., Julio César fue apuñalado hasta la muerte en Roma. Era dictador de la República Romana, y sus asesinos eran senadores, compañeros políticos que ayudaron a dar forma a la política y al gobierno romanos.
Las tensiones continuas entre César y el Senado, en medio de temores de que también planeara reclamar el título de rey, derrocar al Senado y la regla como tirano, fueron los principales motivos para su asesinato.
Los celos personales también entraron en juego. La presencia de tantas animosidades personales explica por qué la conspiración no fue traicionada a pesar de su gran tamaño. Pero las preocupaciones de los senadores pueden haber sido fuera de lugar: Suetonio, escribiendo casi 150 años después, informó que, a medida que se acercaba el fatídico día, una multitud le gritó Rex ("Rey"), a lo que César respondió: "Soy César, no Rey”.
Cuando lo mataron César se estaba preparando para invadir a los partos, una campaña posteriormente realizada por Marco Antonio, sin resultados duraderos, y quería abandonar Roma en la segunda mitad de marzo para supervisar el ataque. Esto forzó el horario de los conspiradores. Dos días antes del asesinato, Cassius les dijo que, si alguien descubría el plan, debían convertirse en sus cuchillos.
Cuando lo atacaron intentó alejarse de sus asaltantes, pero, cegado por la sangre, tropezó y cayó. Los otros siguieron y le dieron 23 puñaladas. Suetonio relata que un médico que realizó una autopsia estableció que solo una herida, la segunda en su pecho, había sido fatal. El informe de la autopsia, la primer de la historia, describe la muerte de César como atribuible a la pérdida de sangre de sus heridas.
Era inmensamente popular entre la gente y fue un exitoso líder militar que amplió la República para incluir partes de lo que ahora son España, Francia, Alemania, Suiza y Bélgica. También fue un autor popular que escribió sobre sus viajes, teorías y opiniones políticas.
Lo apuñalaron entre todos cerca del teatro de Pompeyo.
Su muerte tuvo el impacto opuesto de lo que sus asesinos esperaban. Gran parte del público romano odiaba a los senadores que participaron del asesinato, y tras su funeral, hubo una serie de guerras civiles.
Al final, el sobrino nieto de César surgió como líder de Roma. Se renombró a sí mismo Augusto César. El reinado de Augusto marcó el fin de la República y el comienzo del Imperio Romano.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

HISTORIA La Casa de los Taboada

La Casa de los Taboada, recordada en El Liberal del cincuentenario Por qué pasó de manos de una familia de Santiago al gobierno de la provincia y los avatares que sucedieron en la vieja propiedad Los viejos santiagueños recuerdan que a principios de 1974 se inundó Santiago. El gobernador Carlos Arturo Juárez bautizó aquellas tormentas como “Meteoro”, nombre con el que todavía hoy algunos las recuerdan. Entre los destrozos que causó el agua, volteó una pared del inmueble de la calle Buenos Aires, que ya se conocía como “Casa de los Taboada”. Y una mujer que había trabajado toda la vida de señora culta, corrió a avisarle a Juárez que se estaba viniendo abajo el solar histórico que fuera de la familia más famosa en la provincia durante el siglo XIX. No era nada que no pudiera arreglarse, aunque ya era una casa vieja. Venía del tiempo de los Taboada, sí, pero había tenido algunas modernizaciones que la hacían habitable. Pero Juárez ordenó a la Cámara de Diputados que dictara una ley exprop

RECUERDOS Pocho García, el de la entrada

Pocho García El autor sigue desgranando sus añoranzas el diario El Liberal, cómo él lo conoció y otros muchos siguen añorando Por Alfredo Peláez Pocho GarcÍa vivió años entre rejas. Después de trasponer la entrada principal de El Liberal, de hierro forjado y vidrio, había dos especies de boxes con rejas. El de la izquierda se abría solo de tarde. Allí estaba Juanito Elli, el encargado de sociales; se recibían los avisos fúnebres, misas, cumpleaños. Cuando Juanito estaba de franco su reemplazante era, el profesor Juan Gómez. A la derecha, el reducto de Pocho García, durante años el encargado de los avisos clasificados, con su ayudante Carlitos Poncio. Pocho era un personaje. Buen tipo amantes de las picadas y el vino. Suegro de "Chula" Álvarez, de fotomecánica, hijo de "Pilili" Álvarez, dos familias de Liberales puros. A García cuando salía del diario en la pausa del mediodía lo esperaba en la esquina de la avenida Belgrano y Pedro León Gallo su íntimo amigo Orlando

HOMBRE San José sigue siendo ejemplo

San José dormido, sueña Un texto escrito al calor de uno de los tantos días que el mundo secularizado ideó para gambetear a los santos Todos los días es día de algo, del perro, del gato, del niño, del padre, de la madre, del mono, del arquero, de la yerba mate, del bombo, del pasto hachado, de la madrastra, del piano de cola, de la Pachamama, del ropero, de la guitarra, del guiso carrero, de la enfermera, del abogado, del pañuelo usado. Todo lo que camina sobre la tierra, vuela en el cielo, nada en el agua, trepa las montañas, nada en las lagunas, patina en el hielo, surfea en las olas o esquiva a los acreedores, tiene su día. Nada como un día sin connotaciones religiosas, sólo nuestro, bien masón y ateo, para recordar a los panaderos, a las mucamas, a los canillitas, a los aceiteros, a los carpinteros, a los periodistas a los lustrines, a los soderos, a los mozos, a los vendedores, a los empleados públicos, a los policías, a los ladrones, a los jugadores, a los abstemios y a los tomad