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1959 AGENDA PROVINCIAL Vidal

Alicia Vidal

El 5 de noviembre de 1959 nace Alicia Vidal, artista plástica, escultora, grabadora y docente

El 5 de noviembre de 1959 nació en Santiago del Estero Alicia Vidal. Es una artista plástica, escultora, grabadora y docente, cuya trayectoria se consolidó en el ámbito de las artes visuales a través de la experimentación con materiales diversos y la docencia en técnicas de escultura y grabado. Su nombre está vinculado al desarrollo de un lenguaje plástico propio, marcado por la memoria, lo cotidiano y las búsquedas simbólicas.
Desde muy joven se interesó por la creación manual y la relación entre materia y forma. La elección de la escultura y el grabado como especialidades la condujo a profundizar en la enseñanza, formando generaciones de estudiantes que encontraron en ella una guía en la exploración de procedimientos técnicos y expresivos. La labor docente se combinó con una producción constante de obra, donde el gesto artesanal adquirió protagonismo.
El recorrido creativo incluyó también la cerámica y el arte textil, disciplinas que sumó como campos de experimentación estética. En esas áreas desarrolló piezas en las que las fibras, los hilos, las arpilleras y los botones se integraron con recursos escultóricos y visuales, conformando objetos que remitían a la infancia, lo doméstico y la memoria familiar. La materialidad se convirtió en vehículo para representar fragmentos biográficos y símbolos culturales.
Entre sus exposiciones se destacó la muestra “La memoria de mis manos”, inaugurada en el 2022 en la casa taller de artes visuales La 48, en la capital santiagueña. Allí presentó las series “Tiempo de ñecas” y “Genus”, en las que las muñecas de tela y los ensamblajes textiles evocaron tanto los juegos infantiles como la herencia de las mujeres de su familia. El trabajo con restos de pasamanería, cuentas y bisutería reciclada puso en escena un mundo íntimo de recuerdos y emociones.
La crítica señaló en esas obras un diálogo entre lo personal y lo colectivo, en tanto las muñecas y figuras antropomorfas se convirtieron en símbolos de identidades compartidas. Los materiales simples y cotidianos fueron resignificados como soportes de la memoria cultural, al tiempo que las figuras zoomorfas y las formas híbridas introdujeron una dimensión mítica y alegórica.
La artista explicó en distintas entrevistas que su impulso creativo estaba ligado a las sensaciones que afloraban en la práctica manual. Afirmó que la experiencia de representar con las manos la liberaba y la llevaba a un espacio en el que convivían supersticiones, miedos, recuerdos y sueños. Esa declaración reflejó un enfoque donde el arte se asumió como un medio de autoconocimiento y de conexión con el inconsciente.
La formación académica y el ejercicio como profesora de escultura y grabado consolidaron su lugar en el ámbito educativo. Sus talleres fueron reconocidos por el énfasis en la técnica y la experimentación, promoviendo la búsqueda individual de cada estudiante. En ese papel combinó la transmisión de conocimientos con la motivación para explorar materiales no convencionales.
Las referencias a sus raíces familiares también aparecieron en varias obras, en las que evocó su ascendencia andaluza y su crianza en el noroeste argentino. Esa doble influencia se plasmó en símbolos, colores y formas que remitían tanto a tradiciones mediterráneas como a imaginarios locales. La conjunción dio lugar a un lenguaje mestizo, de fuerte carga simbólica y emocional.
La trayectoria expositiva se extendió a muestras individuales y colectivas, tanto en espacios culturales de Santiago del Estero como en otras provincias argentinas. La recepción de su obra subrayó el aporte a la escena artística regional, en un contexto donde la experimentación con materiales textiles y reciclados cobró cada vez más relevancia.
Desde la escultura y el grabado, pasando por la cerámica y el textil, su camino se caracterizó por la exploración constante y por la construcción de un universo visual que enlazó memoria, materia y gesto artesanal.
Ramírez de Velasco®

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