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El 19 de septiembre de 1991, la Argentina anuncia su retirada del Movimiento de Países No Alineados
El 19 de septiembre de 1991, bajo la presidencia de Carlos Saúl Menem, la Argentina anunció su retirada del Movimiento de Países No Alineados, que integraba desde 1973. La decisión se comunicó durante la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Se argumentó que el país buscaba alinearse con las potencias occidentales, especialmente Estados Unidos, en el contexto de la posguerra fría. La salida marcó un cambio en la política exterior argentina.El Movimiento de Países No Alineados se fundó en 1961 en Belgrado, Yugoslavia. Agrupaba a naciones que evitaban alinearse con las superpotencias durante la Guerra Fría. La Argentina se unió en 1973, durante el gobierno de Héctor Cámpora. La adhesión reflejaba una postura de neutralidad frente a Estados Unidos y la Unión Soviética. Participó activamente en cumbres y reuniones del movimiento.Menem asumió la presidencia en 1989. Su gobierno impulsó una política exterior de acercamiento a Estados Unidos. Se promovieron reformas económicas neoliberales y una reorientación diplomática. La Guerra Fría había concluido con la caída del Muro de Berlín en 1989. El contexto global favorecía la alineación con Occidente.
El 19 de septiembre de 1991, el canciller Guido Di Tella anunció la decisión en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas. Se informó que Argentina abandonaba el Movimiento para priorizar relaciones con países desarrollados. La medida se justificó como un paso hacia la integración en la economía global. El anuncio se realizó en un discurso oficial.
La Argentina había participado en el Movimiento durante 18 años. Asistió a cumbres como la de Argel (1973) y La Habana (1979). Su papel fue relevante en debates sobre descolonización y desarrollo. Sin embargo, la postura de Menem marcó un giro hacia el “realismo periférico”, doctrina que buscaba relaciones pragmáticas con potencias occidentales.
La salida se formalizó tras el anuncio. No se requirió aprobación del Congreso argentino. La decisión fue comunicada a los miembros del movimiento. Algunos países No Alineados expresaron sorpresa, pero no hubo reacciones oficiales significativas. La Argentina mantuvo su membresía en la Organización de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
El gobierno de Menem fortaleció lazos con Estados Unidos. En 1990, el país apoyó la coalición liderada por Washington en la Guerra del Golfo. En 1998, se convirtió en aliado extra-OTAN de Estados Unidos. Estas acciones reflejaron el nuevo rumbo diplomático iniciado en 1991.
La retirada no implicó la salida de otros foros multilaterales. La Argentina continuó activa en el Mercosur, fundado en 1991, y en la Organización de Estados Americanos. La decisión se centró exclusivamente en el Movimiento de Países no Alineados. No se registraron cambios inmediatos en las relaciones con países del movimiento.
El anuncio generó debates en la política interna. Sectores del peronismo y la oposición cuestionaron la medida. Argumentaron que abandonaba una tradición de neutralidad. Sin embargo, el gobierno mantuvo su postura. No se revirtió la decisión durante la presidencia de Menem.
En los años siguientes, la Argentina no retomó su membresía en el Movimiento. La salida de 1991 marcó el fin de su participación en el movimiento. En el 2025, sigue sin reintegrarse. La política exterior argentina evolucionó, priorizando acuerdos bilaterales y regionales.
Ramírez de Velasco®
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