Niño rezando |
Buscan limitar las prácticas religiosas en lugares públicos y convertir en criminales a quienes expresen pacíficamente su fe
El gobierno de Quebec anunció un proyecto de ley para prohibir la oración en lugares públicos, como parte de su política de laicismo, según informó CBC News. Eel ministro Jean-François Roberge, dijo que se busca limitar prácticas religiosas en espacios como calles y parques, siguiendo declaraciones del primer ministro François Legault de diciembre del 2024. La propuesta ha generado duros cuestionamientos de líderes religiosos y defensores de derechos, que la consideran una violación a las libertades fundamentales. El arzobispo de Montreal, Christian Lépine, y otros críticos argumentan que la medida podría criminalizar expresiones pacíficas de fe, mientras el gobierno evalúa usar la cláusula ´no obstante´ para sortear restricciones legales.El 28 de agosto de 2025, Roberge describió la “proliferación de oraciones en la calle” como un asunto delicado que requiere acción. La propuesta surge tras debates sobre la neutralidad religiosa en Quebec, un tema recurrente desde la aprobación de la Ley 21 en el 2019, que prohíbe símbolos religiosos en empleados públicos. El gobierno argumenta que la nueva ley reforzará el laicismo en espacios compartidos.En diciembre de 2024, Legault expresó su intención de prohibir oraciones en lugares públicos, señalando que no desea ver estas prácticas en las calles. Mencionó la posibilidad de invocar la cláusula ´no obstante´, una disposición constitucional que permite al gobierno suspender ciertas garantías de la Carta Canadiense de Derechos y Libertades para implantar la medida.
La reacción no se hizo esperar. El arzobispo Lépine, en una carta publicada hace unos días, advirtió que la prohibición violaría libertades fundamentales. Según Catholic News Agency, calificó la medida como un intento de “prohibir el pensamiento mismo”, argumentando que criminalizar la oración pacífica atenta contra los derechos individuales.
Otros líderes religiosos se sumaron a las críticas. Representantes de comunidades musulmanas y judías expresaron preocupación por la vaguedad de la propuesta, que no detalla cómo se aplicaría ni qué constituye una “oración pública”. Organizaciones de derechos humanos, según Le Devoir, temen que la ley fomente la discriminación contra minorías religiosas.
La falta de claridad en la definición de “lugares públicos” genera inquietud. No está claro si la prohibición abarcará solo espacios como parques o también áreas cercanas a templos religiosos. Esta ambigüedad alimenta el temor a una aplicación arbitraria, según analistas citados por Global News.
El gobierno defiende la medida como una extensión de su compromiso con la laicidad, pero no quiere decir que atentará contra las libertades individuales. La propuesta podría tensar las relaciones con comunidades religiosas, especialmente tras el precedente de la Ley 21, que ya generó controversias legales.
La presentación del proyecto será clave para definir su alcance. Mientras, el debate crece en Quebec, con voces que piden diálogo para evitar una polarización mayor. Las críticas subrayan la necesidad de proteger la libertad de expresión religiosa sin comprometer la neutralidad del Estado.
Ramírez de Velasco®
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