Ir al contenido principal

JEREZ La obra inconclusa

Julio Argentino Jerez

Por qué el cambio de una de las más famosas letras de una chacaera inmortal

Por Alfredo Peláez
Supo escribir Alberto Bravo Zamora, en la obra inconclusa de Julio Argentino Jerez, "Apologia de la chacarera". La misma en una de sus estrofas fue modificada, en su primera version decía: "Sos más criolla que ninguna/Tan noble como Jesus". Esto con el tiempo fue cambiado por los recitadores quedando definitivamente: "Sos más criolla que ninguna/ Y aquí te quiero cantar". Pero además tenemos que señalar que Gerez es el autor de cuatro estrofas, por eso dicen que la "Apologia..." es una obra inconclusa. De la última estrofa el autor sería el doctor José Antonio Faro.
Qué tiene la chacarera
Qué tiene que hace alegrar
A los viejos zapatear
Los mudos la tararean
Y los sordos se babean
Cuando la sienten tocar.
Es tristeza, es alegría
Es una danza es canción
Es alma de una región
Que evoca la raza mía
Ella es rara melodía
Nacida del corazón.

Su cuna fue un humilde rancho
Un bombo la bautizó
Y un paisano la cantó
Con versos improvisados
Salavina ha reclamado
Diciendo que allí nació.

Ella nació como yo
En el pago del mistol
Donde quema mucho el sol,
Se pita cigarro i chala
Donde se cantan vidalas
Y ser criollo es un honor.


Hasta aquí lo escrito por Julio Argentino; el autor de la estrofa que sigue, es decir de la última, sería el Doctor José Antonio Faro, según nos comentaran a Leandro “Meneco” Taboada y a mí, los amigos de los mencionados más arriba.

• Veamos la última parte:
Chacarera, chacarera
Melodía montaraz
Sos arrullo de torcaz
Bramido de tigre y puma
Sos más criolla que ninguna
Tan noble como Jesús.


El último verso “Tan noble como Jesús”, fue modificado por alguno de los recitadores y en la actualidad es el elegido por el público:

Chacarera, chacarera
Melodía montaraz
Sos arrullo de torcaz
Bramido de tigre y puma
Sos más criolla que ninguna
Y aquí te quiero cantar.


Gerezera de estatura común, algo corpulento, rostro blanco y ojos rasgados, solterón empedernido, no tan bien parecido, pero, paradójicamente, exitoso con las mujeres y, según se decía, “ellas adivinaban los tesoros líricos que aquel hombre llevaba en su interior …” Conversador amenísimo, bohemio absoluto, hermano de la noche y del vino, el que habitualmente lo alegraba, aunque a veces lo ponía nostálgico y otras un tanto alborotador. Gastó su vida en la tertulia amable, rodeado de amigos queridos en los que volcaba su ternura, pero supo dejar para sí el espacio de soledad necesario que le permitió cristalizar su bellísima obra.
“Birilli” Sánchez una de las personas que más estuvo a su lado, supo decir: “Muchas veces cuando creía que estaba solo, sin advertir mi presencia, lo he visto silbar bajito, abstraído, como buceando en su memoria y tengo para mí el convencimiento de que en aquellas circunstancias, él recordaba a la bandeña de su desengaño”. Lucila Bravo se llamó la musa inspiradora de sus temas “La Engañera”, “Ya me voy” y “La Despedida”.
José Antonio Faro

¡Qué inolvidables noches de bohemia aquellas en que participaba Jerez, que comenzaban en la antigua churrasquería “El Pensamiento” en la Plaza Lorea y terminaban en el “Berna”, de generala corrida, en el estruendo de los dados!”.
Sus contertulios de siempre eran Félix Pérez Cardoso, Hilario Cuadros, Buenaventura Luna, Miguel Ángel Miranda, “Lito” Bayardo, José Luis Padula, “Atuto” Mercau Soria, Dardo Félix Palorma y excepcionalmente algunos más jóvenes, como Ariel Ramírez y Pedro Pascual Sánchez.
En cuanto a su material discográfico, pese a mi búsqueda incesante, solamente he conseguido dos discos de 78 revoluciones, con dos temas cada uno: el primero tiene en una faz “Coro Pampa” y en la otra “La Torcacita”. Los músicos que lo secundaron, fueron: los hermanos Andrés, Antonio y Luís Ríos en bandoneón, Raúl Infante en violín, Werfil Maldonado (guitarra), Julio Carrizo (guitarra), Pedro Pascual “Birili” (guitarra y 2ª voz) y José Antonio Faro en el bombo; en el segundo “La Candelaria” (zamba de E. Falú y Jaime Dávalos) y “La Huella”. (Danza Tradicional). En esta oportunidad lo acompañan, José Gerez y Leopoldo Díaz (bandoneón), Segundo Gennero (piano), Raúl Infante (violín), Benito Gerez (guitarra), Julio Carrizo (guitarra) y Pedro Pascual “Birilli” Sánchez (guitarra y 2ª voz) y Aníbal “Ani” Gerez, (hijo de José Gerez, en bombo).
Después de muchos años sin regresar como músico a su tierra natal, lo hace al frente de una orquesta nativa de diez ejecutantes, contratado para tres recitales en el “Parque de Grandes Espectáculos. El anuncio de su presencia causó una extraordinaria expectativa y su debut, el jueves 26 de marzo de 1953, constituyó un verdadero acontecimiento amistoso-musical. La orquesta estaba integrada por los Hnos. Andrés, Antonio y Luis Ríos (bandoneón), Pedro Pascual “Birili Sánchez, Julio Carrizo, Werfil “Catingo” Maldonado, Benito “El fiero” Gerez y Miguel Faro (Guitarra y Coro), “Atuto” Mercau Soria, (guitarra, quena y coro) y finalmente José Antonio Faro (bombo) . Todos ellos habían venido de Buenos Aires, acompañados por Santiago Adamini, en ese entonces directivo y luego presidente de Sadaic. Para dar aún mayor brillo, complementaron el espectáculo el recitador Sixto Cortinez y la pareja de bailarines integrada por Carlos Saavedra, ganador de varios concursos provinciales, y Clara Rosa Ramírez, clasificada como la mejor bailarina del año anterior.
Al día siguiente la pareja de danzas estuvo formada por Aldo Camaño Ramírez y el último día, es decir el sábado 28, por Miguel Ángel Navarro y Clara Ramírez.
Julio Jerez tenía programada una extensa gira por el norte que finalizaría en la ciudad de La Paz, Bolivia. La fuerte emoción del reencuentro y el calor y entusiasmo de sus coterráneos, le hicieron cambiar su hoja de ruta, quedando en Santiago mucho más tiempo del previsto. Esta circunstancia motivó que varios de sus músicos no pudieran acompañarlo durante toda su permanencia. Se sumaron entonces a la orquesta, Justo Marambio Serrano, Héctor Carabajal, Pedro Aparicio “Apalo” Villalba, “Chori” Paz, Rulo González y N. Maidana.
En La Banda se presentó el domingo 29 de marzo en el Centro Recreativo; el 4 de abril en Club Olímpico y en fecha no precisada, en “La Salamanca” de “Tilo” Argañaraz.
A fines de abril se presentó nuevamente en la ciudad de Santiago en “El Tinguilo”, y en el baile de “Grazziani”.
Más allá de lo profesional, cantó “de puro gusto nomás ”…en clubes, bares y bodegones de aquel entonces; tal es el caso del almuerzo en el “Centro de Viajantes”, organizado en su homenaje por la comisión provisoria del “Instituto de Folklore”. Estuvieron presentes los Dres: Mariano R. Paz, Horacio G. Rava, Emilio Christensen, Juan Delibano Chazarreta, Marcos J. Figueroa, Guillermo Helman y Alfredo Gargaro; Sres. Julián Díaz (Cachilo), Hipólito Noriega (periodista), Domingo Bravo, Napoleón Únzaga, Ramón I. Soria, Alejandro Bruhn Gauna, Raúl F. Monti, Nabor Barrionuevo Justo Marambio Serrano y el “Duro” García, su cuñado. Esa misma noche y luego de una recordada jornada, Julio Jerez y el Dr. Mariano Roberto Paz se trasladaron al viejo edificio del Jockey Club, ubicándose en el salón que da a la calle.
El aplauso de los presentes y su buena disposición, crearon el clima propicio para que se improvisara rápidamente la orquesta. Acompañado por la recordada Sra. Juanita Martínez de Viaña en el piano y por el Dr. Mariano Roberto Paz en el bombo. Julio Jerez comenzó a cantar entre las mesas, convirtiendo en mágica esa noche.
“El Rincón de los Artistas”, inigualado refugio de don Pedro Evaristo Díaz, situado en calle Tucumán 62, Bar “Los Tribunales” de Marcelo Contreras, en calle Libertad 477, pegado al entonces Tribunales, hoy Municipalidad de la Capital, y “Jaime Roldán”, avenida Moreno y Libertad, fueron algunos de los reductos visitados por Julio Jerez en nuestra ciudad capital.
En La Banda estuvo guitarreando en el boliche de “Los Bravo”, calle Besares al frente de la Estación Central Argentino, lugar en el que se reunían espontáneamente cantores y poetas y por supuesto que visitó “El Tenemelo” de “Tido Morales”.
En este viaje recibe la consagración musical en su propia provincia. ¡Había logrado su sueño!
©Ramírez de Velasco y el autor

Comentarios

  1. Muy ilustrativo el artículo. Impecable descripción de un personaje y una época.

    ResponderEliminar
  2. Impecable relato de santiago 👏
    Arq lopez ramos

    ResponderEliminar
  3. Qué lindo que parecía ser ese Santiago, Mage

    ResponderEliminar
  4. Cristian Ramón Verduc17 de junio de 2022, 20:13

    Le he preguntado al locutor bandeño Miguel Coria, quien me ha explicado que el Recreo Avenida, llamado popularmente "Tenemelo" era de Alberto Morales, conocido como Tido Morales.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

HISTORIA La Casa de los Taboada

La Casa de los Taboada, recordada en El Liberal del cincuentenario Por qué pasó de manos de una familia de Santiago al gobierno de la provincia y los avatares que sucedieron en la vieja propiedad Los viejos santiagueños recuerdan que a principios de 1974 se inundó Santiago. El gobernador Carlos Arturo Juárez bautizó aquellas tormentas como “Meteoro”, nombre con el que todavía hoy algunos las recuerdan. Entre los destrozos que causó el agua, volteó una pared del inmueble de la calle Buenos Aires, que ya se conocía como “Casa de los Taboada”. Y una mujer que había trabajado toda la vida de señora culta, corrió a avisarle a Juárez que se estaba viniendo abajo el solar histórico que fuera de la familia más famosa en la provincia durante el siglo XIX. No era nada que no pudiera arreglarse, aunque ya era una casa vieja. Venía del tiempo de los Taboada, sí, pero había tenido algunas modernizaciones que la hacían habitable. Pero Juárez ordenó a la Cámara de Diputados que dictara una ley exprop

RECUERDOS Pocho García, el de la entrada

Pocho García El autor sigue desgranando sus añoranzas el diario El Liberal, cómo él lo conoció y otros muchos siguen añorando Por Alfredo Peláez Pocho GarcÍa vivió años entre rejas. Después de trasponer la entrada principal de El Liberal, de hierro forjado y vidrio, había dos especies de boxes con rejas. El de la izquierda se abría solo de tarde. Allí estaba Juanito Elli, el encargado de sociales; se recibían los avisos fúnebres, misas, cumpleaños. Cuando Juanito estaba de franco su reemplazante era, el profesor Juan Gómez. A la derecha, el reducto de Pocho García, durante años el encargado de los avisos clasificados, con su ayudante Carlitos Poncio. Pocho era un personaje. Buen tipo amantes de las picadas y el vino. Suegro de "Chula" Álvarez, de fotomecánica, hijo de "Pilili" Álvarez, dos familias de Liberales puros. A García cuando salía del diario en la pausa del mediodía lo esperaba en la esquina de la avenida Belgrano y Pedro León Gallo su íntimo amigo Orlando

HOMBRE San José sigue siendo ejemplo

San José dormido, sueña Un texto escrito al calor de uno de los tantos días que el mundo secularizado ideó para gambetear a los santos Todos los días es día de algo, del perro, del gato, del niño, del padre, de la madre, del mono, del arquero, de la yerba mate, del bombo, del pasto hachado, de la madrastra, del piano de cola, de la Pachamama, del ropero, de la guitarra, del guiso carrero, de la enfermera, del abogado, del pañuelo usado. Todo lo que camina sobre la tierra, vuela en el cielo, nada en el agua, trepa las montañas, nada en las lagunas, patina en el hielo, surfea en las olas o esquiva a los acreedores, tiene su día. Nada como un día sin connotaciones religiosas, sólo nuestro, bien masón y ateo, para recordar a los panaderos, a las mucamas, a los canillitas, a los aceiteros, a los carpinteros, a los periodistas a los lustrines, a los soderos, a los mozos, a los vendedores, a los empleados públicos, a los policías, a los ladrones, a los jugadores, a los abstemios y a los tomad