Ir al contenido principal

1856 CALENDARIO NACIONAL Se funda San Justo

Viejo Colegio Nacional de La Matanza

La cabecera del partido de La Matanza es una ciudad relativamente nueva, con características muy peculiares


El 25 de diciembre de 1856 se fundó San Justo. Es la cabecera del partido de La Matanza, en la provincia de Buenos Aires. Queda al oeste del área metropolitana de Buenos Aires, a dos kilómetros y medio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y es la sede de la Universidad Nacional de La Matanza.
La Matanza, un partido que tiene identidad propia desde comienzos del siglo XVII, estuvo un​ largo trecho sin tener una ciudad capital.
En 1852, el juez de paz, Lino Lagos, que luego fue jefe de Gobierno, pidió los terrenos para asentar una ciudad cabecera. Pero recién en junio de 1856 lo logró. José Gorchs, en nombre de los herederos de Justo Villegas, propuso que la fundación se hiciera en tierras que poseían y estaban dispuestos a donar. En ese lugar se construiría una municipalidad, una iglesia, un colegio y la administración de seguridad.
En el lugar había terreno para construir un cementerio, un mercado y una parte residencial. El 5 de agosto se acepta la donación y el 25 de diciembre de 1856, queda fundada San Justo cuando se coloca la piedra fundamental en el predio en que ahora está el Hospital Italiano. Los herederos de Justo Villegas piden que la ciudad se llame “San Justo”.
El 8 de enero de 1857 se pide la formación de una corporación municipal. El 5 de marzo de ese año comienza a funcionar integrada por los vecinos Joaquín Madariaga, Vicente Silveyra, Hilario Schoor y Emilio Villegas.
La demarcación estuvo a cargo de Melchor Romero y fue aprobada el 13 de noviembre de 1857 por el departamento de Topografía de la provincia, quedando limitada a una legua cuadrada.
En 1864 al trazarse una nueva división territorial de la provincia, La Matanza perdió lo que había sido el Cuartel Cuarto que pasó a ser parte de los Partidos de General Las Heras y Merlo. En 1878 se volvió a reducir su superficie para formar el partido de Marcos Paz. Con sus nuevos límites tiene una superficie de 323 kilómetros cuadrados. El 7 de julio de 1929 se inauguró el palacio municipal, sede de la intendencia del partido.
Hasta la década del 30 La Matanza presentaba una fisonomía rural. En 1935, tenía 136 establecimientos industriales que ocupaban 1.190 personas. Luego se sancionaron las primeras ordenanzas de promoción industrial. La mayoría de las fábricas se establecieron en San Justo y en Ramos Mejía, más cercanas a la Capital Federal, y se empezaron a urbanizar a un ritmo acelerado.
Entre 1935 y 1947 las industrias se triplicaron. Después, entre 1947 a 1960, se produjo una modernización por el aumento de la actividad industrial. El proceso ocasionó el aumento de la población acompañado por el crecimiento de la urbanización. El censo industrial de 1954 refleja este desarrollo con 1.638 industrias y el censo e población de 1960 da 401.738 habitantes.
La década del 70 marca una ruptura en el crecimiento industrial a la que sigue un estancamiento durante los 80 y el proceso de desindustrialización de los 90. A pesar de este proceso, hoy el partido sigue teniendo áreas rurales, como Virrey del Pino, dedicadas principalmente a la horticultura.
La urbanización se aceleró a principios del siglo XX cuando el aumento de la población de la Capital Federal extendió el tejido urbano más allá de los límites de la avenida General Paz. La llegada de inmigrantes europeos provocó el problema de la vivienda, lo que llevó a la construcción de barrios en la parte lindera con la Capital.
Las facilidades dadas para la compra de lotes, la ampliación de las líneas de tranvía y el ferrocarril acentuaron ese proceso. La Matanza tenía dos partes urbanas, San Justo y Ramos Mejía, que habían surgido a partir de la creación de una estación del Ferrocarril Oeste, primero llamada San Martín, luego Lavalle y finalmente Ramos Mejía. La extensión de las vías férreas por el territorio hizo que se crearan otros centros urbanos como Gregorio de Laferrere, González Catán, Isidro Casanova y Rafael Castillo.
Pero las migraciones internas, que comenzaron en la década del 30, produjeron la explosión demográfica en el distrito, estimulando la propagación del tejido urbano a los costados de la ruta nacional 3 y la formación de nuevos barrios obreros y asentamientos precarios que dan a La Matanza su fisonomía característica.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.