Ir al contenido principal

1774 CALENDARIO NACIONAL Doña Paula

Bienvenida Sarmiento y su
madre, Paula Albarracín

El 27 de junio de 1774, nace Paula Albarracín, quien con el tiempo será la madre de Domingo Faustino Sarmiento


El 27 de junio de 1774, nació Paula Zoila de Albarracín e Irrázabal, en San Juan. Con el tiempo será la madre de Faustino Valentín Sarmiento, que llegó a ser Presidente de la Nación. Es conocida hoy como Paula Albarracín de Sarmiento.
En su libro Recuerdos de Provincia, 1850, siendo ya conocido como Domingo Faustino Sarmiento, “vindica” los importantes aportes a la cultura, el desarrollo social y la economía de la mujer jefa de hogar, anónima, trabajadora y autónoma, generalmente ignorada en los libros de historia. Dice: “En aquellos tiempos una mujer industriosa, y lo eran todas, aun aquellas nacidas y criadas en la opulencia, podía contar consigo misma para subvenir a sus necesidades…”.
El padre de Sarmiento, José Clemente, según se sabe por lo contado por él, se ausentaba durante largos períodos de su casa, y posiblemente, como mucha gente de aquella provincia y ese tiempo, se dedicaba al contrabando con Chile y alguna vez se hizo acompañar por su joven hijo, según contó más adelante.
Tuvieron quince hijos, pero llegaron a adultos sólo cinco, a saber, Paula, Bienvenida, Domingo Faustino, Rosario y Procesa. Para llevar su familia, la madre de Sarmiento, como muchas mujeres de aquel tiempo, apeló a sus habilidades en el telar, y convirtió a su casa, dicho con palabras de hoy, en una “unidad productiva” que le dio los medios para llevar una vida digna.
Varias mujeres se ayudaban entre ellas, ante la ausencia de los hombres, envueltos en sus negocios o yéndose a la guerra con sus caudillos. A doña Paula, como también se la conoce, la ayudaron sus tías Irrazábal que le cedieron dos esclavos para la construcción de su casa, su amiga doña Borja y “…la Toribia, una zamba, criada en la familia…”, su mano derecha y su amiga. Era la encargada de la venta de la producción doméstica de telas, ponchos y otros productos como velas y jabones.
En Recuerdo de provincia, el capítulo “La Historia de mi Madre “, permite inferir que Paula tenía una fuerte personalidad que acompañaba con una gran capacidad de trabajo que le permitió ejecutar sus propias ideas y llevarlas a la práctica. Una muestra de ello es su anhelo de tener casa propia, idea excepcional en la concepción de una niña soltera de la época, anhelo que llevó adelante con el dinero reunido con su trabajo en el telar.
Había sido educada por el sacerdote José Castro, también médico y maestro. Aprendió con métodos modernos sobre higiene, educación de los niños, trato entre esposos. Además, le enseñaron a leer y escribir y aunque no tuvo educación formal, era inteligente a tal punto que dejaba callado a su hijo, según cuenta él.
Sarmiento la describe físicamente como modesta y sencilla, alta y huesuda.
No practicaba mucho el culto católico, pero, siempre según su hijo estaba llena del espíritu del Evangelio y de confianza en Dios que vela por las madres pobres, que consuela y que conforta.
Dijo sobre ella: “Para los efectos del corazón no hay madre igual a aquella que nos ha cabido en suerte. La mía, empero, Dios lo sabe, es digna de los honores de la apoteosis, y no hubiera escrito estas páginas, sino me diese para ello aliento el deseo de hacer en los últimos años de su trabajada vida, esta vindicación contra las injusticias de la suerte…”.
Hoy se la recuerda en el mismo lugar en que vivió, en San Juan, en una casa que se convirtió en museo. Fue una de las pocas que quedaron en pie en el centro de aquella ciudad, luego del terremoto de 1944. Vive en su patio una higuera, como la que le dio sombra en aquel tiempo y está intacto el telar sobre el que tejió sueños para sus hijos.
Murió el 21 de noviembre de 1861.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.