El Argos |
El 12 de mayo de 1821 aparece “El Argos”, periódico de Buenos Aires fundado por el inglés Santiago Spencer Wilde
El 12 de mayo de 1821 apareció “El Argos”, periódico de Buenos Aires fundado por el inmigrante inglés Santiago Spencer Wilde.Si bien primero se llamó solamente “El Argos”, luego cambiaría el nombre, en 1822, por "El Argos de Buenos Aires". Se publicaron en total 523 números, 17 extraordinarios y 3 suplementos, el último fue del 3 de diciembre de 1825.Difundía información de orden general, objetivamente, sin tomar partido. Sus directores fueron Santiago Wilde e Ignacio Núñez, además de Manuel Moreno y Esteban de Luca.
Fue redactado por Santiago Wilde hasta 1822, por Santiago Núñez en 1823 y por la Sociedad Literaria hasta 1825, el Deán Gregorio Funes, miembro de la Sociedad Literaria fue redactor en 1824.
En su presentación, en el Año 1, número 1, dijo:
“La publicación de un periódico en Buenos Aires ha sido durante la revolución obra sumamente fácil; mas su consistencia o estabilidad no ha sido posible conciliarse ni aun en las épocas en que más ha florecido. Entregarnos a investigar las causas, además de exigir otro tiempo muy distinto del que vivimos, seria echarnos a nadar en un mar lato y profundo, que ahogaría nuestro principal fin al presente:- convenimos en dejarlas. Ofrecemos si a la provincia de nuestro nacimiento, mantener este periódico de un modo que guarde consonancia con su mismo título, El Argos de Buenos Aires, y además que procuraremos en cuanto penda de nuestros propios arbitrios, escaparlo del naufragio de costumbre. Este primer número mostrará el orden que seguimos en adelante. Reclamamos tan sólo la indulgencia: nos da derechos a gozarla la buena intención que nos anima en la dedicación de nuestros trabajos a nuestros amigos y compatriotas, y el ser esta la primera vez que se los consagramos bajo el carácter de escritores públicos”. Luego seguía en el mismo tono.
Este periódico buscaba colocar a la provincia de Buenos Aires, justo cuando se reformaba y modernizaba, a la altura de la Revolución Francesa. Allí se entrelazaban contactos políticos, culturales, personales y comerciales.
Los intercambios a través de este periódico permitieron la circulación no sólo de libros, periódicos o folletos -que representaban los supuestos valores culturales de la época -sino también a los hombres de estado, justo en un tiempo en que llegaban los primeros cónsules extranjeros a Sudamérica, para hacer negocios con su interés específico.
Juan Manuel Aragón
©Ramírez de Velasco
Historia repetida de nuestro desarrollo institucional fueron desencuentros que aún hoy persisten por aquellos grupos acostumbrados a minimizar los esfuerzos de muchos en la búsqueda de la independencia cruzados por antinomia y sectarismos
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