Teodoro Roosevelt |
El 3 de diciembre de 1901, el presidente norteamericano Teodoro Roosevelt, pide a los legisladores frenar el poder de los monopolios
El 3 de diciembre de 1901, el presidente norteamericano Teodoro Roosevelt, pidió a los legisladores que impidan el poder de los monopolios, en un mensaje sobre el Estado de la Unión de 20.000 palabras.En un discurso de 20.000 palabras y dos horas de duración, les dice, entre otras cosas: “Las grandes corporaciones existen sólo porque son creadas y protegidas por nuestras instituciones”. Por lo tanto, es “nuestro derecho y nuestro deber asegurarnos de que trabajen en armonía con estas instituciones”.El arma legal preferida de Roosevelt fue la Ley Antimonopolio Sherman, impulsada por el senador John Sherman (de Ohio), aprobada por el Congreso en 1890 y firmada por su predecesor en el cargo, William McKinley. Fue la primera medida promulgada por el Congreso dirigida directamente a prohibir los monopolios e inhibir el poder monopólico.
La administración Roosevelt presentó con éxito una demanda para desmantelar monopolios como la Standard Oil Co. de John D. Rockefeller y la Northern Securities de JP Morgan, un conglomerado ferroviario que la Corte Suprema de Estados Unidos, en una decisión de 5 a 4, disolvió.
“Existe una convicción generalizada en la mente del pueblo norteamericano de que las grandes corporaciones conocidas como trusts son, en algunas de sus características y tendencias, perjudiciales para el bienestar general”, escribió Roosevelt en su primer mensaje como presidente, tras el asesinato de McKinley.
“Esto no surge”, observó, “de ningún espíritu de envidia o falta de caridad, ni de falta de orgullo por los grandes logros industriales que han colocado a este país a la cabeza de la lucha nacional por la supremacía comercial.
“No se basa en una falta de apreciación inteligente de la necesidad de afrontar las cambiantes y modificadas condiciones del comercio con nuevos métodos, ni en la ignorancia del hecho de que la combinación de capitales en el esfuerzo por lograr grandes cosas es necesaria cuando el progreso del mundo exige que se hagan grandes cosas. Se basa [más bien] en la convicción sincera de que la combinación y la concentración deben ser, no prohibidas, sino supervisadas y controladas dentro de límites razonables; y en mi opinión, esta convicción es correcta.
“No es una limitación a los derechos de propiedad o a la libertad de contratación exigir que, cuando los hombres reciben del gobierno el privilegio de hacer negocios bajo la forma corporativa, lo que los libera de la responsabilidad individual y les permite atraer a sus empresas el capital del público, lo hagan sobre la base de declaraciones absolutamente veraces en cuanto al valor de la propiedad en la que se invertirá el capital. Las corporaciones que se dedican al comercio interestatal deberían ser reguladas si se descubre que ejercen una licencia que perjudica al público. Quienes buscan la mejora social deberían tener como objetivo tanto librar al mundo empresarial de los delitos de astucia como librar a todo el cuerpo político de los delitos de violencia”.
En los últimos años, la Ley Sherman se había convertido en blanco de críticas conservadoras. Robert Bork, el difunto jurista, juez de la corte de apelaciones y candidato fracasado a la Corte Suprema, era ampliamente conocido por sus críticas abiertas a la norma antimonopolio.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
Comentarios
Publicar un comentario