Agentes norteamericanos antidrogas |
El tráfico de drogas ilegales no nace por generación espontánea, necesita de clientes que quieran consumirlas
¿Por qué cada vez hay más narcotráfico en la Argentina? No es por generación espontánea, seguramente. Este negocio, como la mayoría, se mueve al compás de la demanda. Durante muchos años se dijo que era un país de tránsito en el que, de vez en cuando, se caía algún que otro gramo de sustancias de tráfico ilegal, nada para preocuparse.
No era preocupante, hasta que, por la globalización de la sociedad, la pobreza, cierta propaganda encubierta o al descampado de algunos medios, la liberalización de las costumbres, la destrucción de la familia, la evidente defección de la Iglesia Católica o todo a la vez, la instalaron como un fenómeno difícil de erradicar de la sociedad.
¿Hacia dónde es traficada la droga ilegal de la Argentina? Se supone que, si llega hasta el puerto de Rosario, de ahí la llevarán a todo el mundo. Pero se sospecha que los principales compradores son de Estados Unidos de Norteamérica y algo menos, de Europa.
Se ha sabido que conocidos narcotraficantes mejicanos y colombianos, fueron extraditados a Estados Unidos para ser juzgados por el delito de enviar drogas ilegales hacia ese país, dicho a groso modo, obviamente. El país más poderoso de la tierra ha pasado por encima de la soberanía judicial de naciones amigas, para meter presos a ciudadanos mejicanos y colombianos que envenenaban a gente de su país.
Hay gente, que con muy buenas intenciones pide una mayor intervención en la Argentina, de la Drug Enforcement Administration, la mentada DEA. Según Wikipedia, es la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas y el lavado de dinero en ese país. A pesar de compartir jurisdicción con el FBI en el ámbito interno, es la única agencia responsable de coordinar y perseguir las investigaciones antidroga en el extranjero.
Si se acabaran los consumidores, el negocio de traficar drogas ilegales se terminaría. En ese sentido, el daño que hicieron en los países productores, queriendo o no, los compradores norteamericanos de estupefacientes, es inmenso. No solamente se corrompió una buena parte de la juventud y se perdieron inteligencias que podrían haber sido útiles de no haber caído en los garfios del narco, sino que ese comercio para satisfacer necesidades de Estados Unidos, debe muchas muertes a las naciones pobres, como se está viendo en la Argentina.
Ya que las autoridades norteamericanas no pueden acabar con sus consumidores, lógico sería que, de alguna manera, nos resarcieran del daño provocado. No fuimos nosotros los que fuimos allá a ofrecer la merca, como le dicen. Ellos vinieron y siguen viniendo a comprarla. Todo lo que se haga en la Argentina para terminar con este azote, es muy poco si desde allá sigue habiendo clientes desesperados —literalmente— por consumirla.
Podríamos pedir un resarcimiento en dinero por cada muerto argentino, tasando cada vida en algo menos de lo que vale, es decir miles de millones de dólares. Si se niegan a pagar, se podría acudir a tribunales internacionales. Y si aún condenados, siguen queriendo echarnos a nosotros la culpa de sus consumidores, podríamos afirmar, quizás con algo de razón, que su gobierno es cómplice de los narcos.
Digo, es un camino, pero si usted no está de acuerdo, abajo hay lugar para debatir.
©Juan Manuel Aragón
Se ha sabido que conocidos narcotraficantes mejicanos y colombianos, fueron extraditados a Estados Unidos para ser juzgados por el delito de enviar drogas ilegales hacia ese país, dicho a groso modo, obviamente. El país más poderoso de la tierra ha pasado por encima de la soberanía judicial de naciones amigas, para meter presos a ciudadanos mejicanos y colombianos que envenenaban a gente de su país.
Hay gente, que con muy buenas intenciones pide una mayor intervención en la Argentina, de la Drug Enforcement Administration, la mentada DEA. Según Wikipedia, es la agencia del Departamento de Justicia de los Estados Unidos que la lucha contra el contrabando y el consumo de drogas y el lavado de dinero en ese país. A pesar de compartir jurisdicción con el FBI en el ámbito interno, es la única agencia responsable de coordinar y perseguir las investigaciones antidroga en el extranjero.
Si se acabaran los consumidores, el negocio de traficar drogas ilegales se terminaría. En ese sentido, el daño que hicieron en los países productores, queriendo o no, los compradores norteamericanos de estupefacientes, es inmenso. No solamente se corrompió una buena parte de la juventud y se perdieron inteligencias que podrían haber sido útiles de no haber caído en los garfios del narco, sino que ese comercio para satisfacer necesidades de Estados Unidos, debe muchas muertes a las naciones pobres, como se está viendo en la Argentina.
Ya que las autoridades norteamericanas no pueden acabar con sus consumidores, lógico sería que, de alguna manera, nos resarcieran del daño provocado. No fuimos nosotros los que fuimos allá a ofrecer la merca, como le dicen. Ellos vinieron y siguen viniendo a comprarla. Todo lo que se haga en la Argentina para terminar con este azote, es muy poco si desde allá sigue habiendo clientes desesperados —literalmente— por consumirla.
Podríamos pedir un resarcimiento en dinero por cada muerto argentino, tasando cada vida en algo menos de lo que vale, es decir miles de millones de dólares. Si se niegan a pagar, se podría acudir a tribunales internacionales. Y si aún condenados, siguen queriendo echarnos a nosotros la culpa de sus consumidores, podríamos afirmar, quizás con algo de razón, que su gobierno es cómplice de los narcos.
Digo, es un camino, pero si usted no está de acuerdo, abajo hay lugar para debatir.
©Juan Manuel Aragón
Que tema la droga......
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