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1851 CALENDARIO NACIONAL Batalla del Tonelero

Sarmiento con la condecoración
brasileña en el pecho

Fue una batalla de argentinos contra una potencia extranjera en cuyo ejército participan… varios argentinos


El 17 de diciembre de 1851 se libró la Batalla de Paso del Tonelero, en lo que ahora es el partido de Ramallo, en la provincia de Buenos Aires. Fue durante la defensa encarada por fuerzas federales argentinas contra la flota imperial del Brasil, aliada de los unitarios y urquicistas, cuando pasaron por el río Paraná. Luego de esa campaña crepó la Santa Federación.
Con una intuición infantil que quizás no haya sido del todo inocente, los chicos de antes, cuando aprendían historia odiaban a Domingo Faustino Sarmiento. Lo veían pelado, viejo, antipático y pedante. En realidad, algo de eso fue en vida, pero las maestras lo pintaban con tonos rosas, como un dulce pedagogo, incomprendido en su tiempo, que huyó de la tiranía a Chile.
Fue uno de los tantos traidores que se unió a una potencia extranjera para atacar a la Argentina, derrocar a sus autoridades e imponer un orden nuevo en el país, que no había sido pedido por nadie y generó muchas resistencias en su tiempo.
El lugar de aquella acción militar lleva por nombre Tonelero, porque donde hoy está la isla de las Lechiguanas, frente a la costa en que Lucio Norberto Mansilla defendió la posición, vivían unos españoles que hacían toneles. Este corredor del Paraná era, junto al de la Vuelta de Obligado, el que más cerca pasaba de la costa, de allí que el Tonelero se convirtió de 1845 a 1851 en el sitio ideal para atacar a las flotas anglofrancesas, primero, y lusitanas, después.
En 1851, Mansilla dirigió el ataque a siete buques brasileños que navegaban el Paraná. Pero hay quienes sostienen que eran once navíos imperiales, que llevaban a la primera división del ejército del Brasil. Para el caso fue lo mismo.
El brasileño Miguel de Souza Mello y Alvim comandaba las fuerzas navales imperiales que cañonearon El Tonelero. Brasileños, uruguayos y entrerrianos combatían a Juan Manuel de Rosas para su derrocarlo. Esos barcos brasileños habían zarpado de Colonia, Uruguay, lugar en que subieron como “invitados especiales” los oficiales unitarios Wenceslao Paunero, Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento.
Minutos después del mediodía del 17 de diciembre de 1851 empezó batalla de El Tonelero de la Federación argentina contra buques imperiales del Brasil. La artillería argentina abrió el fuego con “balas rojas”, proyectil incendiario de ese tiempo, y los barcos brasileños respondieron con sesenta cañones y fusileros apostados en las bordas.
Luego de una hora y media, los brasileños no habían sufrido mucho daño ni tantas bajas, por lo que siguieron navegando hacia la desembocadura del río de la Plata y dio por terminada la batalla. No hay datos de cuántos hombres perdió Mansilla.
El Jefe de la escuadra brasileña Souza Mello y Alvim, en un parte, informa que los argentinos acertaron tres cañonazos en uno de los costados de la corbeta Doña Francisca que comandaba el inglés James Parker y fue herido un marino, William Moore.
Ese parte informa que una de las “balas rojas” de la artillería federal ocasionó graves daños a la corbeta a vapor Recife, que tuvo un foco de incendio y sufrió el fuego de metralla que le llegaba de las baterías patriotas apostadas en las costas del Paso del Tonelero. Hubo también tres bajas brasileñas y dos heridos en la tripulación del Recife.
El lugar había sido fortificado por Mansilla con 16 piezas y guarnecida por dos batallones de infantería, una batería de artillería ligera y un escuadrón de caballería, había además 1500 hombres. Pero un descendiente de viejos federales netos del lugar, Javier Tisera, dijo años después que en 1851 lucharon allí los efectivos del segundo Batallón de Patricios de Buenos Aires y un “Batallón Provisorio” que se armaba con las levas entre los gauchos de lugares cercanos; cuando pasaba la batalla volvían a sus tareas habituales.
“Hubo batallones provisorios en todo el país, pues se armaban en cada lugar donde se luchaba. Está el caso de un Batallón Provisorio en la provincia de La Rioja, por ejemplo”, informó Tisera. Esa unidad tenía su propia bandera de Guerra y carecía de  
“soldados regulares”. Es por eso que no hay muchas menciones de esta batalla en la bibliografía militar argentina.
En su afán por complacer a las logias masónicas, títeres de los intereses británicos, Justo José de Urquiza no dudó en aliarse con los brasileños para derrocar a Juan Manuel de Rosas. En la Batalla del Tonelero participó el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento, que luego llegaría, entre otros cargos, a ser presidente de la Nación Argentina. Estaba del lado brasileño y, en mérito a su participación en esta acción, fue condecorado con la “Orden de la Rosa”, por el emperador Pedro II de Brasil, enemigo de la Argentina.
Todavía hoy hay quienes admiran a los unitarios que triunfaron sobre Rosas, porque trajeron el progreso a la Argentina y aseguraron la libre navegación de los ríos interiores del país, sin asegurarse la contraparte, es decir, la libre navegación del Támesis por buques argentinos.
Y cantan loas a Sarmiento.
Viejo pelado.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

  1. Creo que el artículo aborda el tema cometiendo el "error de presentismo", que es juzgar hechos del pasado con criterios y en base a valores y visiones del presente. Esto se ve con mucha frecuencia en nuestros días, con la ilimitada accesibilidad a la información histórica que permite Internet y que hace que se adopten juicios y posiciones en base a análisis univariables sin tener en cuenta la complejidad de los hechos, la situación política y la visión de los personajes.
    La presencia de Sarmiento en la flota es narrada por él mismo en su libro "Campaña en el Ejército Grande aliado de Sud-América", en el que se explaya sobre su visión para la Argentina del futuro, su única amada patria por cuya libertad y progreso dedicará toda su vida, según sus convicciones.
    Habiéndose unido al ejército de Urquiza, tenía obligación de subordinarse a sus órdenes como oficial, y en su crónica del libro "Campaña...." y en el parte de batalla donde narra el paso por El Tonelero, habla de las tropas de Mansilla como "nuestro ejército", y no "su ejército", lamentándose del pobre desempeño al mencionar que "demoraron demasiado en abrir fuego", y que " ni siquiera disparar cañones saben estos bárbaros".
    Sarmiento no fue un traidor de La Argentina, sino que lucho por La Argentina en contra de Rosas, su enemigo que lo caricaturizaba a través de la prensa adepta, por sus ideas unitarias (que hoy no comparto pero que para muchos intelectuales eran válidas en ese momento). Para ello se unió a Urquiza y colaboró con ese frente que formaron unitarios argentinos con Brasil y Chile. De la crónica, de los partes y de vasta literatura de varios escritores, se puede ver claramente que su enemigo fue Rosas, nunca La Argentina, algo que además se puede comprobar si se estudia en detalle toda su obra civil, política y literaria durante cada día de su vida, dedicada a servir a su país y a engrandecer la nación.

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  2. Eu digo: 1) Si Rosas fue atacado por el Imperio Británico, como se explica que, una vez derrotado, se refugiarse en el Consulado Ingles, viajará en un barco Ingles, y finalmente se radicará en Inglaterra, donde falleció después de muchos años. No me lo imagino a Fidel Castro derrotado, y refugiándose en U.S.A..Tampoco a Perón, asilandose en la embajada inglesa, y luego residiendo allí.NADIE JAMAS SUPO EXPLICAR ESTA ENORME CONTRADICCION. Ni rosistas, ni antirosistas. Haber si alguien abre la boca!!!!!!!

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    Respuestas
    1. Hay muchos revisionistas a los que les encanta meter a Inglaterra en cada conflicto intestino que tuvo La Argentina en su larga, gloriosa y muchas veces penosa historia. Creo que en realidad aquella era una época en la que el interés por Inglaterra y Francia era más fuerte que por España, principalmente porque nuestros principales próceres formados en Europa abrazaron el Iluminismo que se originó con la revolución inglesa, continuó con la revolución francesa y siguió por Alemania. Todos estos próceres hablaban inglés y francés y se maravillaron con "el siglo de las luces". Creo que Moreno tradujo a Rousseau y todos eran admiradores de éste, de Locke, de Kant, de Robespierre y de Voltaire. Se puede decir que todos detestaban a España (por razones obvias), por lo que más bien fueron nuestros próceres los que tenían un interésy admiración por el maquinismo inglés, que los hizo interesarse en involucrar a Inglaterra en sus gestas, mas que Inglaterra buscar hacerlo por su cuenta.
      Siempre he considerado que España le hizo a Latinoamérica un daño social, político, económico y cultural de proporciones mayúsculas, mucho mayor al de cualquier otra potencia anterior o actual, daño que perdura hasta nuestros días. Nuestro problema es que desde chiquitos nos enseñaron que a todo lo que venga desde Inglaterra hay que tirarle aceite hirviendo y palos desde la terraza, a lo que luego se sumó cómo fuimos adoctrinados "sentimentalmente" con respecto al conflicto por Las Malvinas (cuyo reclamo considero legítimo pero muy mal manejado). Nunca entenderé el encanto de los argentinos por España, sobre todo conociendo la actitud de los españoles hacia La Argentina en nuestros días y porque es necesario hacer conciencia de que España es parte del subdesarrollo de Europa. Creo que eso se debe a que los argentinos comparamos a España con La Argentina, en vez de compararla con los países realmente desarrollados de Europa.
      Antes hab{ia comentado sobre el error del "presentismo", y creo que este es un caso similar. No es válido juzgar las actitudes, visiones e intereses de nuestros próceres con parámetros culturales y visión política del Siglo XXI. Y menos pensar que la visión de hoy es siempre la correcta y por lo tanto es el parámetro con el cual se deben juzgar las actitudes de toda la historia de la humanidad.

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  3. Con el "haber" del final te descalificas solito, para qué responderte....

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  4. Religión o muerte !...pero me escondo con los que renegaron del catolicismo romano, negando rotundamente al Papá. Ahora que vivan los anglicanos!!

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  5. En el libro: " De animales a Dioses " de Yuval Noah Barato, existe un capítulo denominado: " La falacia de la retrospectiva". Hay que leerlo, o releerlo, creo que tiene coincidencias con lo que expresa el Sr. Horacio Ibarra.

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  6. Aclaro que quise decir " H a r a r i" ; Se autocorrige, y aparece " Barato".

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