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Alejandro Agustín Lanusse |
El 23 de marzo de 1971, la Junta de Comandantes, encabezada por Lanusse, destituyó a Lévingston, general de ideas nacionalistas
El 23 de marzo de 1971, Alejandro Agustín Lanusse destituyó a Roberto Marcelo Lévingston y terminó con su breve mandato como presidente. Había sido designado presidente de facto el 18 de junio de 1970 por la Junta de Comandantes en Jefe de las tres fuerzas armadas (Ejército, Armada y Aeronáutica) en reemplazo de Juan Carlos Onganía, que gobernaba el país desde 1966 luego del golpe de Estado que terminó con el gobierno de Arturo Umberto Illia.En ese tiempo alguien resumió su currículum antes de llegar a la Casa Rosada, de la siguiente manera: “subteniente, teniente, teniente primero, capitán, mayor, teniente coronel, coronel, coronel mayor, general de brigada, general de división, teniente general”. Se hacía alusión, por supuesto, a las pocas capacidades de los militares para manejarse en las procelosas aguas de la política, sobre todo la de aquel tiempo.Era hijo de Guillermo David Lévingston Sierralta y Carmen Laborda Guiñazú. Se casó en 1943 con Bety Nelly Andrés Llana, de San Miguel, Buenos Aires, hija de Joaquín Andrés y Lía Edith Llana, y con quien tuvo a Roberto Antonio, María Cristina y Alberto Marcelo.Luego de terminar la escuela secundaria ingresó al Colegio Militar de la Nación el 15 de febrero de 1938. Siguió la rama de oficial de caballería y egresó como subteniente de caballería a fines de 1941.
En noviembre de 1968 lo enviaron al Estado Mayor General del Ejército. El 1 de enero 1969 lo destinaron como agregado militar en la Embajada Argentina en Washington hasta el 13 de junio de 1970, cuando recibió un llamado de la Junta Militar pidiéndole que se haga cargo de la Presidencia de la Nación. Era un desconocido para la mayoría de los argetinos.
El gobierno de Onganía ya venía desgastado por la presión de los gremios y el malestar provocado por los bajos sueldos y la inflación, cuando la organización Montoneros, para darse a conocer, secuestró a Pedro Eugenio Aramburu, Onganía pasó a ser un muerto político, perdió el apoyo de los jefes militares y lo destituyeron el 8 de junio de 1970.
La Junta de Comandantes en Jefe, con Alejandro Lanusse, el brigadier general Carlos Rey y el almirante Pedro Gnavi, designaron presidente a Levingston. Querían que siguiera las políticas diseñadas por las fuerzas armadas.
Pero Lévingston se empeñó en llevar adelante sus propias políticas, como “argentinizar” el proceso de crecimiento económico y estimular la industria por medio de una consigna, el “compre nacional”, aplicada por las empresas estatales y préstamos a bajo costo. Además, aumentó los salarios para atraer a las bases sociales y otorgar adhesión popular a su gobierno. Pero se generó una espiral inflacionaria, fuga de capitales extranjeros debido a las políticas nacionalistas y un aumento del descontento social.
Intentó acercarse a los partidos políticos, pero le rechazaron la propuesta. La Hora del Pueblo pedía una salida electoral. Empujaron la propuesta Jorge Paladino, delegado de Juan Domingo Perón, y Ricardo Balbín. La Confederación General del Trabajo designó secretario general a José Ignacio Rucci y comenzaron los paros generales que afectaron a la industria, el transporte y los servicios. Una huelga que hicieron los trabajadores del Chocón, apoyada por la población y el obispo Jaime de Nevares, desmejoró aún más la ya frágil situación.
El 10 de marzo de 1971 comenzó una masiva revuelta en Córdoba luego de que se designara como interventor al nacionalista Camilo Uriburu, fue el Viborazo. Al mismo tiempo comenzó un paro general iniciado por la CGT regional el 12 de marzo. Los revoltosos tuvieron el control de unas 500 manzanas de Córdoba. Hubo violencia generalizada cuando fuerzas de la Policía de Córdoba y de la Policía Federal se enfrentaron con estudiantes y trabajadores. Un día después de que la ciudad fuera asegurada por las fuerzas policiales, Uriburu renunció.
Mientras Lévingston quería seguir con sus planes a largo plazo, la Junta de Comandantes le pidió la renuncia el 23 de marzo de 1971. Fue sucedido por Lanusse.
Durante su gobierno, Lévingston había designado a Margarita Argúas miembro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, primera mujer en integrar el máximo tribunal en América.
Quien tenía “los fierros”, como se llama se la jerga política al que está en posesión de las armas o del poder, era Lanusse, pero inexplicablemente, prefirió a otro para suceder a Onganía. Fue la primera vez que una persona estaba en el gobierno y otra era la dueña del poder, el experimento no terminó bien. Se repitió la experiencia con Héctor José Cámpora, que accedió a la presidencia mientras Juan Domingo Perón era el dueño de los votos. También salió como tenía que salir: mal.
©Juan Manuel Aragón
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