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Documentos secretos vieron la luz |
El 25 de julio del 2010, WikiLeaks publicó documentos clasificados sobre la Guerra de Afganistán, de enero del 2004 a diciembre del 2009
El 25 de julio del 2010, el portal WikiLeaks publicó más de 91.000 documentos clasificados (es decir, secretos), sobre la Guerra de Afganistán, de enero del 2004 a diciembre del 2009, en lo que se convirtió en una de las filtraciones más significativas en la historia del ejército de los Estados Unidos. La publicación se realizó simultáneamente a través de tres medios de comunicación internacionales: The Guardian (Reino Unido), The New York Times (Estados Unidos) y Der Spiegel (Alemania), que habían accedido a los archivos con antelación y colaboraron con el análisis y difusión del contenido.
Los documentos, denominados colectivamente como los Afghan War Diary, provenían de registros internos del Departamento de Defensa norteamericano y detallaban operaciones militares, informes de inteligencia, ataques con drones, enfrentamientos con fuerzas insurgentes, y comunicaciones entre unidades desplegadas. Muchos de los informes eran de bajo nivel de clasificación, pero revelaban información sensible sobre tácticas, muertes de civiles no informadas oficialmente, colaboración o encubrimiento de gobiernos aliados, y evaluaciones internas sobre el estado de la guerra.
Julian Assange, fundador de WikiLeaks, justificó la publicación como un acto de transparencia necesario para exponer la verdadera naturaleza del conflicto, y denunció la falta de rendición de cuentas sobre las consecuencias humanas de la intervención militar. Los tres medios que colaboraron en la difusión del material aplicaron criterios editoriales para omitir información que pudiera poner en riesgo directo a individuos mencionados en los reportes.
El gobierno de Estados Unidos reaccionó con dureza. La administración de Barack Obama condenó la filtración, argumentando que ponía en peligro vidas, comprometía la seguridad nacional y socavaba las relaciones diplomáticas. El Pentágono inició una investigación inmediata y evaluó posibles daños estratégicos. En los días posteriores, aumentaron los controles internos sobre la gestión de documentos confidenciales dentro del ejército y otras agencias gubernamentales.
Las sospechas sobre el origen de la filtración recayeron inicialmente sobre Chelsea Manning, analista de inteligencia del ejército norteamericano, que meses antes había sido arrestada por haber entregado otros archivos confidenciales a WikiLeaks. Posteriormente se confirmaría que ella fue la fuente de los Afghan War Logs. En 2013, Manning fue condenada a 35 años de prisión por violaciones a la Ley de Espionaje y otras normas; en 2017 recibió el indulto del presidente saliente Barack Obama.
La publicación de estos documentos marcó un punto de inflexión en la percepción pública del conflicto afgano, al poner en evidencia contradicciones entre la narrativa oficial y los hechos reportados desde el terreno. También generó un debate internacional sobre los límites entre el derecho a la información y la seguridad estatal, y renovó el interés en la función de los medios y las plataformas digitales en la fiscalización de los poderes.
El episodio reforzó el perfil de WikiLeaks como actor disruptivo en el ecosistema informativo global. La organización ya había ganado notoriedad con filtraciones anteriores, pero el volumen y la gravedad del contenido sobre Afganistán superaron ampliamente lo visto hasta entonces. En los meses siguientes, seguirían otras filtraciones masivas, entre ellas los Iraq War Logs y los cables diplomáticos estadounidenses.
Desde entonces, WikiLeaks y su fundador enfrentaron diversas acciones legales y presiones políticas. Assange permaneció asilado en la embajada de Ecuador en Londres desde el 2012 hasta su arresto en el 2019, mientras Estados Unidos solicitaba su extradición para juzgarlo por conspiración y violación de leyes de espionaje.
Los documentos filtrados continúan siendo objeto de análisis de académicos, historiadores y defensores de derechos humanos. Su impacto no solo afectó a la política exterior de Estados Unidos, sino que también dejó una huella en el debate sobre transparencia gubernamental, ética periodística y la protección de fuentes.
La Guerra de Afganistán concluiría formalmente en agosto del 2021, con la retirada total de las tropas estadounidenses. Los Afghan War Logs permanecen como uno de los mayores corpus documentales disponibles sobre un conflicto bélico contemporáneo.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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