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La central obrera en la calle Azopardo, en Buenos Aires |
El 27 de septiembre de 1930 se funda la Confederación General del Trabajo, que reúne a los sindicatos de todo el país
El 27 de septiembre de 1930 se fundó la Confederación General del Trabajo, central obrera que reunió a diversos sindicatos para representar a los trabajadores del país. Surgió en un contexto de crecimiento industrial y luchas laborales, para unificar esfuerzos y promover los derechos de los trabajadores. La organización se formó tras la fusión de dos corrientes sindicales y se consolidó como una de las principales estructuras gremiales en Argentina, con una trayectoria marcada por su participación en el ámbito laboral y político.En los años previos a 1930, el movimiento obrero argentino estaba dividido entre varias corrientes ideológicas, principalmente socialistas y anarquistas. La Unión Sindical Argentina y la Confederación Obrera Argentina representaban a los principales sectores sindicales. La necesidad de unificar a los trabajadores frente a las demandas laborales y las tensiones sociales motivó acercamientos entre estas organizaciones. Las negociaciones para crear una central unificada comenzaron meses antes de la fundación.El 27 de septiembre de 1930, delegados de varios gremios se reunieron en Buenos Aires para formalizar la creación de la Confederación. El acto fundacional fue en el local de la Federación Obrera de la Construcción, de la calle Castro Barros. Representantes de la Unión Sindical y la Confederación Obrera, más otros sindicatos independientes, acordaron la unificación bajo el nombre de Confederación General del Trabajo. Fue un hito en la historia del sindicalismo argentino.
La Confederación General del Trabajo adoptó una estructura que integraba a sindicatos de diversas actividades, como los ferroviarios, los obreros de la construcción y los trabajadores de la industria alimenticia. En su primer congreso, se establecieron los principios de defensa de los derechos laborales, la promoción de mejores condiciones de trabajo y la representación de los trabajadores ante el Estado y los empleadores. La central buscaba ser un interlocutor único para las demandas obreras.
En sus primeros años enfrentó un contexto político complejo. Apenas dos semanas antes de su fundación, el 6 de septiembre de 1930, un golpe de Estado derrocó al presidente Hipólito Yrigoyen, iniciando un período de inestabilidad. La central mantuvo su actividad organizando a los trabajadores y promoviendo demandas por salarios justos y condiciones laborales dignas, a pesar de las restricciones impuestas por el gobierno militar.
Durante la década de 1930, consolidó su estructura organizativa. Se crearon comités y secretarías para abordar temas específicos, como la legislación laboral y la capacitación de los trabajadores. Los sindicatos afiliados crecieron en número, abarcando sectores como el transporte, la metalurgia y el comercio. La central también estableció vínculos con otras organizaciones obreras de América Hispana.
En 1935 se dividió en dos fracciones debido a diferencias ideológicas: CGT Independencia y CGT Catamarca. Esta división reflejó las tensiones entre socialistas, comunistas y otros sectores del movimiento obrero. Ambas facciones continuaron funcionando por separado hasta 1942, cuando se reunificaron bajo una sola central. La unificación fortaleció su capacidad de negociación.
Organizó numerosas huelgas y movilizaciones durante sus primeros años. En 1936, apoyó paros en sectores como el portuario y el ferroviario, exigiendo mejoras salariales y la reducción de la jornada laboral. Estas acciones consolidaron su papel como representante de los trabajadores frente a los empleadores y el Estado.
A lo largo de su historia inicial, la Confederación General del Trabajo mantuvo una postura de autonomía frente a los partidos políticos, aunque algunos de sus dirigentes tenían vínculos con el socialismo y el comunismo. Esta postura permitió a la central enfocarse en las demandas laborales sin alinearse completamente con una fuerza política específica.
Para 1943 había crecido hasta representar a más de 300.000 trabajadores afiliados. Su influencia en el ámbito laboral la convirtió en un actor clave en las negociaciones colectivas. La central continuó expandiendo su estructura, incorporando nuevos sindicatos y fortaleciendo su presencia en todo el país.
Ramírez de Velasco®
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