Ir al contenido principal

1853 CALENDARIO NACIONAL Nace Luis Revol Núñez

Sede del Jockey Club de Córdoba

Una fecha como hoy nació en Tucumán quien sería luego un destacado político en Córdoba


El 23 de enero de 1853 nació Luis Revol Núñez, en Tucumán. Fue un ingeniero y político, hijo de Félix Revol y Gumersinda Núñez. De joven se fue a Córdoba, y cursó sus estudios de ingeniería civil.
Su padre era francés, egresado de la Escuela Politécnica de París, pintor y retratista, vicepresidente del departamento Topográfico en 1865 y constructor de la Catedral de San Miguel de Tucumán. Su madre era tía de Rafael Núñez, gobernador de Córdoba en 1919.
En 1886 se casó con María Luisa del Rosario Warcalde, hija del médico, político y periodista Luis Warcalde, y de doña Rita Díaz, hija de José Javier Díaz.
Fue senador y diputado provincial, como dirigente conservador de la provincia. En 1887 impulsó la creación del Jockey Club de Córdoba, lo cual se concretó por decreto dictado por el entonces ministro de gobierno, Ramón Cárcano. En 1890 fue presidente de la entidad.
El 13 de mayo de 1887 asumió como intendente de Córdoba. Dos años después dispuso la edificación de 84 casas para obreros y familias humildes en lo que hoy es el Paseo de las Artes. Creó la plaza Vélez Sársfield y ordenó que se coloque allí una estatua del político. Proyectó un trazado de diagonales en la ciudad, pero no se concretó; y durante su gobierno se eligieron los terrenos para la construcción del Palacio Municipal, que comenzó a erigirse en la década de 1950.
Tuvo varios desacuerdos con el Concejo Deliberante, por lo que impulsaron su destitución, por siete votos contra uno el 13 de octubre de 1891.
Fue senador provincial por el departamento Colón en 1911. Falleció en Córdoba, en 1915.
Tuvo siete hijos, María Luisa, Claudina, Hortensia Rafaela, Delia Rosario, Laura, Luis Santiago Ramón y María Emilia Revol Warcalde.
©Juan Manuel Aragón

Comentarios

Entradas populares de este blog

AÑORALGIAS Santiago querido

La Secco Somera lista (a completar), de lo que hay todavía en la ciudad mágica habitada por los santiagueños, sus sueños y saudades Algunas cosas que antes sabía haber en Santiago y no hay más, se perdieron para siempre, consignadas en este sitio para que al menos quede su recuerdo. Esta lista la publiqué hace algunos años en Feibu y los amigos la completaron. 1 Helados “Kay”, más ricos no hay. 2 El auto Unión, (con motor de dos tiempos, como la Zanella). 3 Las heladeras Vol-Suar. 4 Las prohibidas del Renzi (¡Coca!, cuánto amor). 5 La bilz de Secco (la de ahora no es lo mismo, qué va a ser). 6 El Santa Ana, El Águila, empresa Robert, el Manso llegando desde el fondo del saladillo. 7 Cheto´s bar. 8 El peinado batido de las mujeres. 9 El jopo (ha vuelto, pero como mariconada). 10 La nueva ola y los nuevaoleros. 11 El Tuco Bono. 12 El departamento Matará. 13 Panchito Ovejero vendiendo billetes de lotería. 14 La Porota Alonso. 15 La Gorda de Anelli. 16 Tala Pozo. 17 Mi tata. 18 Panadería L

LEYENDA El remís con chofer sin cabeza

Imagen de Facebook de David Bukret Un misterioso auto circula por las calles de Santiago y La Banda: un caso que está dando que hablar en todos lados Un hombre detiene su motocicleta en el parque Aguirre, lleva una mujer atrás, son las 3 de la mañana. Se apean debajo de un eucalipto, justo cuando empiezan a besarse aparece un auto, un remís que los encandila y se queda parado, como esperando algo. Ella pega un grito: “¡Mi marido!”, suben de nuevo a la moto y se van. Antes de irse, el hombre observa que en el remís no hay nadie, parece vacío, pero ya ha acelerado, a toda velocidad y no se va a detener. Ha pasado varias veces, según cuentan los parroquianos en el café con nombre y apellido, en una historia que va pasando de mesa en mesa, repitiéndose todos los días con más detalles. Las mentas hablan de un remís que aparece de manera impensada, no solamente cuando detecta traiciones amorosas, sino que asustó a varios muchachos que andaban trabajando de noche en casas que no eran las suya

EVOCACIÓN El triste final de la Dama de Hierro

Mercedes Marina Aragonés El recuerdo para quien el autor de esta nota llama Dama de Hierro, algunas anécdotas y la apreciación sobre una personalidad controvertida Por Alfredo Peláez No fue el final que posiblemente soñó en sus años de poder y esplendor. Cuando el nombre Nina paralizaba hasta el más taimao. Se fue en silencio, casi en puntas de pie, como vivió sus últimos años. Muy pocos lloraron a Marina Mercedes Aragonés de Juárez, la dama que supo ser de hierro, en tiempos idos. Seguramente coqueteó en esos años con un funeral al estilo Evita, con su féretro en el salón principal de la Casa de Gobierno, o en el Teatro 25 de Mayo, y largas colas de santiagueños para darle el último adiós. Pero solo fueron sueños de diva. Nada de eso ocurrió. Los diarios santiagueños apenas se hicieron eco de su fallecimiento. Al fin y al cabo, más importante eran los 470 años del pago que ella intento domesticar a rienda corta y chicote. Quedarán miles de anécdotas que la tuvieron como protagonista.