Dios, causa de todo lo creado |
¿Causa y motivo es lo mismo? Si tuvieran igual significado, la gente habría eliminado una: por algo no lo hizo
En la habitual sección sobre curiosidades del lenguaje hoy se tratará sobre la palabra “causa”. Quienes hablan en español la tienen por sabida, como un término fácil, sencillo, sin muchas complicaciones. Pero tiene sus cuetos y vericuetos, como se verá en esta nota. Vamos a por ella, como dicen los gallegos amigos.Dice el mataburros oficial de esta paginita, que es el principio que produce alguna cosa o el negocio en que se toma interés o partido.En lenguaje forense es el pleito contestado por las partes ante el juez o el proceso judicial que se hace contra alguno, por delito, ya sea de oficio o a instancia de parte. La causa final es el por qué último por el que se hace una cosa. La causa impulsiva o emotiva es la razón o motivo que impulsó a hacer una cosa. La causa lucrativa es el título con que se posee o adquiere, como por donación o legado a diferencia de la causa onerosa que supone algún gravamen o desembolso. La causa primera es la que con independencia absoluta produce el efecto; y así sólo Dios es propiamente causa primera. La causa pública es la utilidad y bien del común. La causa segunda es la que produce su efecto con dependencia de la primera. Causas mayores en Derecho Canónico están reservadas a la sede apostólica y de las cuales solo juzga el Papa. Acriminar la causa es agravar o hacer mayor el delito o la culpa. Arrastrar la causa, el pleito o los autos es avocar el tribunal alguna causa que pendía en otro. La frase conocer la causa, es ser juez de ella. Dar la causa por conclusa es la frase con que se significa que no hay más que alegar en un pleito, y se da por fenecido para que el juez sentencie. Salir a la causa o a la demanda es una frase usada para mostrarse parte en un pleito oponiéndose al que es contrario a él.
Uf, mucho, che.
En latín es tanto causa como caussa, en italiano, provenzal y catalán es causa, en picardo keuse, en francés del siglo XIII, caza, coze, en francés más moderno, cause.
Ahora viene un pequeño rifirrafe, con motivo, otra palabra de la que se hablará otro día. Causa se aplica en todos sentidos, desde Dios, causa suprema de todo lo creado hasta la última sustancia capaz de producir un efecto.
El motivo se aplica especialmente a las cosas humanas, por cuya razón no podríamos llamar a Dios el motivo supremo de todo lo creado.
Vamos a un caso. Pedro está enojado conmigo. Creo que no le he dado motivo de enojo. No puede decirse que no le he dado causa de enojo. No va, amigos.
Otro caso. Luisa ya no se casa con Vicente. Deberá tener sus motivos. No puede decirse que tendrá sus causas.
Motivo es la razón concreta y particularísima que nos impulsa y acaso nos obliga a obrar de cierto modo. Es una causa humana moral que equivale casi a razón.
Leer más: La sección “¿Qué sabe usted del diccionario?”, se complace en presentar la palabra “yerro” y sus similares, en el afán de demostrar que no son lo mismo
De modo que el sabio investiga la causa de todos los efectos.
El moralista busca el motivo de todas las acciones.
Cuando un juez sentencia no atiende a las causas ni a los efectos sino a los motivos que revelan nuestra intención.
La causa es universal.
El motivo es humano.
La causa viene de la esencia.
El motivo viene de la voluntad.
La voz causa, tomada en el sentido moral, como sinónima de la voz motivo, explica la razón que tenemos para hacer, decir o pensar alguna cosa, pero con esta diferencia, que la causa explica una razón forzosa que obliga a la acción o al juicio, y motivo es una razón voluntaria que mueve, induce, inclina.
Se rompió una pierna y es la causa de su renguera. Ha heredado una farmacia y el motivo por el que dejó de ser pobre.
No se continúa, por hoy, para no aburrir a los pacientes lectores con un asunto tan banal como este. Faltaría todavía tomar la palabra causa en sus distintas acepciones filosóficas, teológicas, espistemológicas, antropológicas y como parte de un sinfín de otras disciplinas del saber.
Sirva esta noteja, como puntapié inicial para que cada lector luego agarre su propia enciclopedia y se desburre a gusto y piacere.
¿Yo, pregunta?
Hasta aquí nomás llegué.
Hasta mañana.
©Juan Manuel Aragón
Brillante, dejas picando para seguir pensando. Bien ahí Juan.
ResponderEliminarDesmenuzar cada término y hacer la diferencia con otro similar es cosa de locos o mejor dicho de quien hace que lo imposible sea posible.
ResponderEliminarCada vez lo admiro más
Voy a leer y releer esta nota sobre LENGUAJE Curiosidades para desburrarme.
Lo admiro por cierto y considero que esta nota vale oro para quienes valoramos nuestro lenguaje.
.¡ GRACIAS!
Interesante e instructivo el post. Muy bien explicado
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