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Bugsy Siegel |
El 20 de junio de 1947, muere “Bugsy” Siegel, notorio mafioso, figura clave en el desarrollo del crimen organizado y del auge de Las Vegas como capital del juego
El 20 de junio de 1947, murió Benjamin “Bugsy” Siegel, en Beverly Hills, California, baleado en la sala de su mansión alquilada en el 810 de North Linden Drive. Nueve disparos, cuatro de los cuales impactaron en su cuerpo, acabaron con la vida de uno de los mafiosos más notorios de Estados Unidos, figura clave en el desarrollo del crimen organizado y del auge de Las Vegas como capital del juego. Su muerte, aún sin resolver, marcó el fin de una carrera que combinó violencia, glamour y ambición desmedida.Nacido el 28 de febrero de 1906 en Brooklyn, Nueva York, creció en un hogar judío de origen ucraniano, en un entorno de pobreza que lo empujó al delito desde la adolescencia. A los 14 años, ya extorsionaba a vendedores ambulantes en el Lower East Side junto a Moe Sedway. Su apodo, “Bugsy” (bicho, por su temperamento volátil), lo acompañó desde entonces, aunque lo detestaba.Su carisma, apariencia elegante y disposición para la violencia lo hicieron destacar en los círculos criminales de Nueva York, donde forjó alianzas que definirían su destino.
En la década de 1920 se unió a Meyer Lansky, un astuto estratega del crimen, formando un dúo que operaba robos, contrabando de licor durante la Prohibición y asesinatos a sueldo. Junto a Lansky, Charles “Lucky” Luciano y Frank Costello, ayudó a estructurar el Sindicato Nacional del Crimen, red que coordinaba actividades ilícitas entre familias mafiosas.
Su papel en la “Murder, Inc.”, una organización de sicarios, lo consolidó como un ejecutor implacable, responsable de decenas de asesinatos, aunque nunca fue condenado por ellos.
En 1937, Siegel se trasladó a California, enviado por el Sindicato para supervisar operaciones en la Costa Oeste. En Los Ángeles, se mezcló con estrellas de Hollywood como Jean Harlow y Clark Gable, mientras controlaba apuestas, narcotráfico y extorsión. Su relación con la actriz Virginia Hill, conocida por su belleza y conexiones con la mafia, añadió un aura de escándalo a su vida.
Siegel usó su encanto para infiltrarse en la alta sociedad, pero nunca dejó de ser un criminal de acción, involucrado en el asesinato de rivales como Harry Greenberg en 1939.
Su proyecto más ambicioso comenzó en 1945, cuando vio el potencial de Las Vegas, entonces un pueblo desértico. Convenció al Sindicato para financiar la construcción del Flamingo Hotel and Casino, un complejo de lujo que costó 6 millones de dólares, cinco veces el presupuesto inicial. Inaugurado el 26 de diciembre de 1946, el Flamingo fue un fiasco inicial: las obras incompletas y las pérdidas financieras irritaron a sus inversores. Se sospechaba que Siegel desviaba fondos, posiblemente con Hill, que huyó a Europa días antes de su muerte.
La noche de su asesinato, Siegel estaba solo, leyendo el periódico Los Angeles Times, cuando fue atacado desde afuera de la casa. Las balas atravesaron las ventanas, matándolo al instante. El crimen, atribuido al Sindicato por sus deudas y fracasos, nunca tuvo culpables identificados. Lansky asumió el control del Flamingo, que se convirtió en un éxito tras su muerte.
Siegel dejó un legado contradictorio: transformó Las Vegas en un ícono del entretenimiento, pero su vida de violencia y excesos lo condenó. Su historia, entrelazada con el glamour de Hollywood y la brutalidad del hampa, permanece como un retrato de la ambición desmedida en el corazón del crimen organizado norteamericano.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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