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El 6 de junio del 2001 se condena a la empresa tabacalera Philip Morris a pagar 3000 millones de dólares a un fumador con cáncer de pulmón irreversible
El 6 de junio del 2001, un jurado del Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles, California, ordenó a la empresa tabacalera Philip Morris, fabricante de los cigarrillos Marlboro, pagar una indemnización de 3.000 millones de dólares en daños punitivos y 5.54 millones de dólares en daños compensatorios a Richard Boeken, fumador de 56 años diagnosticado con cáncer de pulmón irreversible.El veredicto, emitido tras un juicio de más de dos meses y siete días de deliberaciones, representó la mayor indemnización individual otorgada contra una compañía tabacalera en la historia de Estados Unidos hasta esa fecha. Boeken, residente de Topanga, California, y comerciante de valores de petróleo y gas, acusó a Philip Morris de fraude, negligencia, conspiración y fabricación de un producto defectuoso.Boeken comenzó a fumar cigarrillos Marlboro a los 13 años y, según su testimonio, consumió al menos dos paquetes diarios durante más de 40 años. Fue diagnosticado con cáncer de pulmón en 1999, y posteriormente se descubrió que la enfermedad se había extendido a su cerebro, lo que le dio un pronóstico terminal.
Durante el juicio, su abogado, Michael Piuze, presentó decenas de documentos internos de Philip Morris que demostraban que la empresa había ocultado durante décadas los riesgos y la adicción que provocaba el tabaquismo. Entre las pruebas se destacó un memorando de 1978 del Tobacco Institute, del cual Philip Morris era miembro, que indicaba una estrategia para generar dudas sobre los riesgos para la salud sin negarlos directamente. También se citó una carta de 1964 de un director de la empresa que sugería ofrecer a los fumadores una "muleta psicológica" para justificar su hábito.
El jurado, de 12 personas, encontró a Philip Morris culpable en los seis cargos presentados, entre ellos negligencia, fraude y fabricación de un producto defectuoso. La indemnización de 3.000 millones de dólares en daños punitivos buscaba castigar a la empresa por su conducta, mientras que los 5.54 millones en daños compensatorios cubrían el sufrimiento y las pérdidas económicas de Boeken.
El veredicto marcó un hito en California, pues la derogación en 1997 de una ley que prohibía demandas por responsabilidad de productos contra las tabacaleras abrió la puerta a varios casos exitosos contra la industria. Antes del caso de Boeken, otros dos fumadores en California habían ganado juicios contra Philip Morris: Patricia Henley recibió 51.5 millones de dólares en 1999 (reducidos a 26.5 millones), y otro caso en San Francisco otorgó 21.7 millones en el 2000.
Philip Morris, representada por el abogado Maurice Leiter de Arnold & Porter, anunció de inmediato su intención de apelar el veredicto, calificándolo de "injustificado" y argumentando que Boeken conocía los riesgos del tabaquismo.
William S. Ohlemeyer, vicepresidente y consejero general asociado de la empresa, describió la indemnización como "escandalosa" y solicitó al juez Charles W. McCoy Jr. que anulara el fallo. La empresa afirmó que los riesgos del tabaco eran de conocimiento público y que Boeken había ignorado las advertencias de salud.
Las acciones de Philip Morris cayeron de 50 a 48.25 dólares en las operaciones posteriores al cierre del mercado tras el anuncio del veredicto.
El caso de Boeken fue el primero de su tipo en llegar a juicio en el Condado de Los Ángeles y extendió la racha de derrotas de la industria tabacalera en la costa oeste, con casos en San Francisco y Portland, Oregón.
Aunque Boeken expresó satisfacción con el veredicto, dando un gesto de aprobación en la sala, no habló con la prensa. Posteriormente, el juez redujo los daños punitivos a 100 millones de dólares, y Boeken murió en el 2002 antes de que se resolviera la apelación.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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