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Carola Briones |
El 31 de agosto del 2020 muere Carola Briones, docente, poetisa y escritora que dejó un legado imborrable en la cultura del norte
El 31 de agosto del 2020 murió Carolina Briones, a quien llamaron “Carola” durante toda su vida, en Cafayate, Salta, a los cien años. Fue una docente, poetisa y escritora que dejó una huella imborrable en la cultura del norte. Aunque algunas biografías señalan 1926 como su año de nacimiento, la fecha más aceptada es el 21 de marzo de 1920, en La Banda, Santiago del Estero.Hermana de la artista plástica Juanita Briones, se formó como maestra y ejerció la docencia en su provincia natal, donde también dirigió una escuela infantil para niños de bajos recursos. En su primera jornada como directora en Santiago del Estero, notó que los alumnos asistían descalzos y, antes de finalizar el trimestre, consiguió zapatos para cada uno, reflejando su compromiso social. “A veces mi cuerpo no me aguantaba, pero yo hacía fuerza y conseguía cosas para los chicos”, rememoró alguna vez.Su trayectoria cultural comenzó en Santiago, como secretaria de la revista Zizayán, dirigida por María Adela Agudo, pero pronto se trasladó a Tucumán para continuar sus estudios. Allí se unió en 1944 al grupo literario La Carpa, junto a figuras como Raúl Galán, Manuel Castilla, María Elvira Juárez, Raúl Aráoz Anzoátegui, Omar Estrella, Nicandro Pereyra, Sara San Martín y Víctor Massuh.
Con Carlos Duguech y Manuel Serrano Pérez fundó la editorial Tarco, que dio vida a Cartón de Poesía, una publicación mensual iniciada el 1 de mayo de 1969 y que alcanzó 80 números. Esta revista, con textos, ilustraciones y ensayos de escritores, fotógrafos y artistas plásticos notables del norte, fue conmemorada 50 años después con una muestra por su valor patrimonial y simbólico.
Su obra, marcada por títulos como Agua de los esteros, Con ojos de silencio, Donde el tiempo es más lento, Cuando sopla el viento norte, Llueve sobre la caña dulce, Comarca alucinada, Remolinos de agosto, Zorrinito Cuni, Serenata y Cafayate (en poesía y narrativa), refleja la sensibilidad de su tierra.
El escritor Carlos Maita destacó su poema “La Campana” por evocar la paz aldeana de Cafayate y comparó su estilo con el de Juan José Coll, subrayando su singular uso de sonetos en una época que favorecía formas libres. Su poesía y narrativa recibieron múltiples distinciones: una mención en la Primera Antología Poética de Tucumán, la Medalla de Oro en el Salón del Poema Ilustrado del Consejo Provincial de Bellas Artes (1970), el Primer Premio en el mismo salón (1975) y la Medalla de Oro de la Sociedad Argentina de Escritores de Tucumán (1976). En ell 2005, el Fondo Nacional de las Artes la invitó a presentar su obra en la casa de Victoria Ocampo.
Jubilada, se radicó en Cafayate, donde fundó el grupo literario “Cafayate escribe” y continuó su labor cultural. “Siento la necesidad de contribuir a que se mejoren ciertas cosas en el lugar donde vivo”, expresó en una ceremonia de distinción en Tucumán.
Abogó por llevar la sensibilidad no solo a los académicos, sino también a la gente humilde, de quienes tomaba expresiones para sus prosas. A los jóvenes escritores les aconsejó: “Escriban sobre la tierra que están pisando”, instándolos a dedicar sus textos a quienes no pudieron formarse académicamente.
Víctor Massuh describió su trayecto desde los llanos santiagueños hasta las tierras altas de Salta como un ascenso hacia una región más vasta, sugiriendo que una estrella lleva su nombre.
Fue una promotora incansable de la participación social y cultural, dejando una huella de compromiso, creación y humanidad en el norte argentino.
Juan Manuel Aragón
Ramírez de Velasco®
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