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San Juan amonesta a Herodes |
Una narración espeluznante recordó la Iglesia Católica ayer, fue el día de la Degollación, por si no fue a misa, esta es la narración de los hechos
Una historia espantosa cuenta San Marcos en el Nuevo Testamento y está casi al principio nomás, en la parte de Herodes y el Bautista, en el capítulo 6, en los versículos que van del 17 al 29. Me acordé ayer, 29 de agosto, que fue el día de la degollación del pobre Juan, que andaba predicando en el desierto y bautizó a Nuestro Señor en el río Jordán. Usted también la sabe de memoria, doña, pero justo es repasarla sólo para ver si en alguna oportunidad no se ha comportado como la mujer aquella, aunque no tan perra, digamos.Resulta que Herodes había mandado a meter preso a Juan, el que luego fue conocido como el Bautista. Mire lo que son las cosas, el Reinaldo se había casado con la cuñada, la esposa de su propio hermano, Felipe y el otro solamente le recordó que no le era lícito tener a esa mujer. Al casarse, pasó a llamarse Herodías o, por lo menos eso dijo el cura cuando daba clases de catecismo para la Primera Comunión. Y lo odiaba tanto a Juan que intentaba matarlo.
Ha visto cómo son esas cosas, él sabía que no debía matar a Juan, y lo respetaba, porque era un hombre justo y santo y además lo protegía. Mucho no le gustaba, eso que se quedaba perplejo cuando lo escuchaba en sus sermones. Le tenía simpatía, en una palabra.Pero, usté sabe lo que son algunas, buenas píldoras, sobre todo si son las esposas de un tipo poderoso. Lo seguía odiando a Juan. Debe ser porque su marido pasaba por ser un piola bárbaro, en cambio ella era una destroza hogares que se había ido con el cuñado, fijesé vecina, qué horror.
Cada vez que venía el marido y le decía: “No me gusta mucho lo que dice, pero qué bien habla ese Juan”, a ella le venía una rabia tremenda. Como se ha visto en casi todas las películas, el ñato era viejo, pelado, feo, panzón, como la mayoría de los reyes, pero también era el que cortaba el queso en el pago. Y aguaitaba su oportunidad, esa guacha.
Un día, Herodes festejaba su cumpleaños y ofreció un gran banquete a sus dignatarios, a los oficiales y a la gente importante de la Galilea. En eso estaban, ¿no?, cuando en medio de la chupandina, salió a bailar la hija de Herodías. No lo consigna expresamente San Marcos, pero da a entender que la chica era un bombón, es decir que era hermosa. Entre los ricos de aquel tiempo se estilaba presentar bailarinas en medio de las jodas. Como dicen que siguen haciendo los que tienen plata, pero plata en serio en sus festicholas.
Parece que bailó tan bien, que el rey, chupado ya, se imagina uno, le dijo a la que venía a ser su sobrina: “Pedime lo que quieras y te lo voy a dar”. Pero no se quedó ahí, sino que después le aseguró “bajo juramento”, según San Marcos: “Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". La gente de aquel tiempo no juraba en vano, como ahora, que te miran a los ojos, te dicen “por esta” y se besan los dedos en cruz. No señor, si jurabas algo tenías que cumplirlo, chau.
Ella fue corriendo y le dijo a la mamá: "Ya lo tengo al gordo comiendo de la mano, ¿ahora qué era lo que tenía que pedirle?”. "La cabeza del Bautista", le contestó. Le voy a confesar algo amigo. Años después de la Primera Comunión, cuando recordaba esta parte o la decía el cura en la parte del Evangelio, sospechábamos que, en realidad Herodes también se quería trincar a la sobrina, total, si había hecho treinta, nada le costaba hacer treinta y uno. Capaz que hasta pensó: “¡Esta noche tengo otra fiestita!”. Huija rendija, con la mama y la hija.
Pero, antes de que pasara el momento, la chica volvió rápidamente donde estaba el rey y le pidió: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". Imagínese el momento, el rey creyendo que esa noche nomás, largaba al diablo a la madre y se quedaba la hija o asunteaba con las dos. Pero viene ella y le sale con ese pedido. La rabia que le debe haber dado, ¿no? Pero ya se sabe que los evangelistas eran más buenos que el pan y entonces Marcos dice: “El rey se entristeció mucho”. Le habían pinchado el globo, pensábamos los jovencitos cuando oíamos esa parte.
Pero, él había dado su palabra bajo juramento, ahí estaban los invitados mirándolo y además no quiso quedar mal con la esposa y su hijastra. Y mandó a un guardia que fuera y trajera el encargo. El otro fue a la cárcel, dijo: “Me manda Herodes, quiere que le corten la cabeza a aquel y me la den para que se la lleve”. Y los otros lo hicieron. Después la llevó sobre una bandeja que le habían dado, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
Como todo lo que tiene un empiezo en la vida, quizás aquella vez se consolidó el dicho popular que expresa: “Un pelo de comués de ella, tira más que una yunta de tractores Massey Ferguson”
Cuando los discípulos de Juan supieron lo que le había sucedido, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Juan Manuel Aragón
A 30 de agosto del 2025, en la Tucumán y Libertad. Cruzando la calle.
Ramírez de Velasco®
Un día, Herodes festejaba su cumpleaños y ofreció un gran banquete a sus dignatarios, a los oficiales y a la gente importante de la Galilea. En eso estaban, ¿no?, cuando en medio de la chupandina, salió a bailar la hija de Herodías. No lo consigna expresamente San Marcos, pero da a entender que la chica era un bombón, es decir que era hermosa. Entre los ricos de aquel tiempo se estilaba presentar bailarinas en medio de las jodas. Como dicen que siguen haciendo los que tienen plata, pero plata en serio en sus festicholas.
Parece que bailó tan bien, que el rey, chupado ya, se imagina uno, le dijo a la que venía a ser su sobrina: “Pedime lo que quieras y te lo voy a dar”. Pero no se quedó ahí, sino que después le aseguró “bajo juramento”, según San Marcos: “Te daré cualquier cosa que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino". La gente de aquel tiempo no juraba en vano, como ahora, que te miran a los ojos, te dicen “por esta” y se besan los dedos en cruz. No señor, si jurabas algo tenías que cumplirlo, chau.
Ella fue corriendo y le dijo a la mamá: "Ya lo tengo al gordo comiendo de la mano, ¿ahora qué era lo que tenía que pedirle?”. "La cabeza del Bautista", le contestó. Le voy a confesar algo amigo. Años después de la Primera Comunión, cuando recordaba esta parte o la decía el cura en la parte del Evangelio, sospechábamos que, en realidad Herodes también se quería trincar a la sobrina, total, si había hecho treinta, nada le costaba hacer treinta y uno. Capaz que hasta pensó: “¡Esta noche tengo otra fiestita!”. Huija rendija, con la mama y la hija.
Pero, antes de que pasara el momento, la chica volvió rápidamente donde estaba el rey y le pidió: "Quiero que me traigas ahora mismo, sobre una bandeja, la cabeza de Juan el Bautista". Imagínese el momento, el rey creyendo que esa noche nomás, largaba al diablo a la madre y se quedaba la hija o asunteaba con las dos. Pero viene ella y le sale con ese pedido. La rabia que le debe haber dado, ¿no? Pero ya se sabe que los evangelistas eran más buenos que el pan y entonces Marcos dice: “El rey se entristeció mucho”. Le habían pinchado el globo, pensábamos los jovencitos cuando oíamos esa parte.
Pero, él había dado su palabra bajo juramento, ahí estaban los invitados mirándolo y además no quiso quedar mal con la esposa y su hijastra. Y mandó a un guardia que fuera y trajera el encargo. El otro fue a la cárcel, dijo: “Me manda Herodes, quiere que le corten la cabeza a aquel y me la den para que se la lleve”. Y los otros lo hicieron. Después la llevó sobre una bandeja que le habían dado, la entregó a la joven y esta se la dio a su madre.
Como todo lo que tiene un empiezo en la vida, quizás aquella vez se consolidó el dicho popular que expresa: “Un pelo de comués de ella, tira más que una yunta de tractores Massey Ferguson”
Cuando los discípulos de Juan supieron lo que le había sucedido, fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Juan Manuel Aragón
A 30 de agosto del 2025, en la Tucumán y Libertad. Cruzando la calle.
Ramírez de Velasco®
Otro sí digo
Precursor del Señor tanto en su vida como en su muerte (tropario y kondakion de San Juan Bautista)
El Jordán, aterrorizado por tu venida en la carne, oh Cristo, temblando remonta su curso; Juan, cumpliendo su oficio espiritual, se hace pequeño en su temor. El ejército de los ángeles estaba sobrecogido de estupor viéndote en el río, bautizado según la carne; en cuanto a los de las tinieblas han sido alumbrados, y nosotros te cantamos, Señor, a ti que te manifiestas e iluminas el universo.
La memoria del justo debe ser exaltada, pero a ti, Juan el Precursor, te basta con el testimonio del Señor. En verdad, tú eres el más venerable de los profetas, porque has sido digno de bautizar en las aguas aquel que los demás profetas tan sólo habían anunciado. Por eso, después de haber luchado por la verdad, te has ido al dominio de los muertos a anunciar a Dios aparecido en la carne, aquel que quita el pecado del mundo (Jn 1,29) y nos da su gran compasión.
El glorioso martirio del Precursor ha sido una etapa en la obra de la salvación, porque incluso en la estancia de los muertos ha anunciado la venida del Salvador. Que gima hoy Herodías ella que pide este asesinato impío, porque no es la ley de Dios ni la vida eterna lo que ama, sino las ilusiones que duran un momento.
Liturgia bizantina
JMA
Otro sí más digo
Los troparios y kondakiones (o kontakia) son himnos litúrgicos de la tradición cristiana ortodoxa y bizantina para conmemorar a los santos, acontecimientos bíblicos o fiestas litúrgicas. En el caso de San Juan Bautista, resaltan su vida, ministerio y papel como precursor de Cristo.
JMA
Etcétera
Precursor del Señor tanto en su vida como en su muerte (tropario y kondakion de San Juan Bautista)
El Jordán, aterrorizado por tu venida en la carne, oh Cristo, temblando remonta su curso; Juan, cumpliendo su oficio espiritual, se hace pequeño en su temor. El ejército de los ángeles estaba sobrecogido de estupor viéndote en el río, bautizado según la carne; en cuanto a los de las tinieblas han sido alumbrados, y nosotros te cantamos, Señor, a ti que te manifiestas e iluminas el universo.
La memoria del justo debe ser exaltada, pero a ti, Juan el Precursor, te basta con el testimonio del Señor. En verdad, tú eres el más venerable de los profetas, porque has sido digno de bautizar en las aguas aquel que los demás profetas tan sólo habían anunciado. Por eso, después de haber luchado por la verdad, te has ido al dominio de los muertos a anunciar a Dios aparecido en la carne, aquel que quita el pecado del mundo (Jn 1,29) y nos da su gran compasión.
El glorioso martirio del Precursor ha sido una etapa en la obra de la salvación, porque incluso en la estancia de los muertos ha anunciado la venida del Salvador. Que gima hoy Herodías ella que pide este asesinato impío, porque no es la ley de Dios ni la vida eterna lo que ama, sino las ilusiones que duran un momento.
Liturgia bizantina
JMA
Otro sí más digo
Los troparios y kondakiones (o kontakia) son himnos litúrgicos de la tradición cristiana ortodoxa y bizantina para conmemorar a los santos, acontecimientos bíblicos o fiestas litúrgicas. En el caso de San Juan Bautista, resaltan su vida, ministerio y papel como precursor de Cristo.
JMA
Etcétera
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