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El Papa Luna y Maimónides |
De dónde viene la expresión, quizás poco usada pero muy conocida de mantenerse en sus trece, un repaso de su origen
Una frase de un libro u oída en la calle es “mantenerse en sus trece”, referida a quien persiste con terquedad en sus argumentos o mantiene a todo trance su opinión o su sentencia. Ahí está Miguel de Cervantes empleándola para hacerle decir al virrey de Cataluña: “El señor don Quijote está en sus trece y vuesa merced, en sus catorce...”.El lenguaje tiene a veces historias bonitas para contar en sí y por sí. Este dicho según unos, tiene un origen judío y según otros, católico. Ambos merecen conocerse en estos tiempos de cultura extensa y variada que se viven, al menos en los países de este lado del mundo.La explicación judía explica lo siguiente: el sabio Maimónides, (Moisés ben Maimón) quien fuera algo así como el santo Tomás de los hebreos, pese a ser tenido como partidario de una religiosidad exenta de rigidez dogmática, formuló una síntesis de las inconmovibles creencias de su pueblo, en trece principios o raíces. Son los conocidos en hebreo como “iagicarim”. La persistencia de los judíos medievales en mantener su fe resumida en esos trece principios, no obstante las persecuciones a que fueron sometidos, habría originado la frase. Por eso, quien está en sus trece denota firmeza en sus creencias, en sus acciones.
La etimología católica es algo más complicadita. Veamos, remite a Benedicto XIII, más conocido como el "Papa Luna", llamado también el Antipapa. Se llamaba Pedro Martínez de Luna y Pérez de Gotor y era un terco (terquísimo) español, aragonés. Su nombre como Pontífice no fue reconocido por la Iglesia. Unos siglos después, vino otro Cardenal, cuando lo eligieron agarró y se puso Benedicto y a ese sí le dieron el número XIII en forma legal, digamos. El Papa Luna en cambio no fue muy reconocido que digamos. Lo eligieron en el 1394 en medio de las luchas intestinas y las ambiciones de varios países por conseguir que la sede papal volviese al Vaticano. Cualquier pésimo alumno de la secundaria sabe que desde el 1309, la sede de los Papas estaba en Aviñón y está al tanto de las razones del traslado, aunque conozca los sucesos por la historia de Astolfi, no importa. No la repetiremos para no aburrir a los cultos lectores de estas pobres apostillas.
El caso es que su nombramiento chocaba a quienes reconocían a Bonifacio IX como Papa legítimo. Cuando Francia retiró el apoyo a Pedro Martínez de Luna, se convirtió en un impostor y se fue a vivir al Castillo de Peñíscola. Siguió actuando como Papa, a pesar de que lo presionaban de todos lados para hacerlo renunciar, y por eso rápidamente se comenzó a utilizar, refiriéndose a él, la expresión “sigue en sus trece”. Ese trece era, como cualquiera se dará cuenta, por el número de su nombre papal. O sea, XIII.
De las dos etimologías, la más bonita —sobre todo porque carece de la truculencia de la otra— es la de Maimónides, nacido alrededor del año 1135 en Córdoba, España y expulsado de allí por los siempre pérfidos musulmanes, junto a su familia y otros judíos. Pero, otro día podríamos hablar de la interesante y azarosa vida de este hombre, posiblemente descendiente del rey David y gloria eterna del Parnaso de la ciencia y la filosofía hebrea.
Otros podrán afirmar que la frase viene de otra parte, aducir un origen distinto, una etimología quizás más simple, extraída quién sabe de dónde. Cuando la comente a los amigos del café, en la oficina, o anime con ella la charla del mediodía con los hijos, usted, que es alguien culto, léido y escribido, se mantendrá en sus trece, la volverá a adjudicar al sabio Maimónides y si cita esta columna, al final hasta podría ganar la discusión.
Como se sabe, los buenos lectores mantienen conversaciones interesantes con la señora, con los hijos, en la mesa no hablan de plata, no mentan a clientes deudores ni se refieren a los vecinos con desprecio: ellos hablan de política, religión y fútbol, acaso los tres temas de conversación que importan a los hombres de bien de todos los tiempos.
Juan Manuel Aragón
A 1 de agosto del 2025, en el mercado Armonía. Desayunando té de ruda (y caña).
Ramírez de Velasco®
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